Xiomara Yamil Zambrano

Comunicación, responsabilidad social y sostenibilidad

¿De qué hablamos cuando decimos sostenibilidad?

El uso de este término suele asociarse inmediatamente al correcto comportamiento de las empresas y del ser humano con el medio ambiente, con alusiones a una moral y una praxis ecológica visible. En pocas palabras, ser lo más amigable posible con la vida y supervivencia del planeta. Quisimos explorar más allá de los deberes y tareas propuestas por la Organización de las Naciones Unidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además de revisar las aristas teóricas del tema y hemos dedicado minutos de Responsabilidad Social Hoy a conversar con especialistas, conocedores o practicantes de la sostenibilidad.

Lo primero es lo primero: el compromiso con el futuro

La definición de desarrollo sostenible no es nueva. La Organización de las Naciones Unidas a través del documento “Nuestro Futuro Común” (1987) –conocido también como Informe Brundtland– lo define como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones. Por tanto, la sostenibilidad es la gestión enfocada en principios y en el equilibrio entre los negocios, la sociedad y la vida del planeta para un ganar-ganar. Pero suele simplificarse el concepto con acción por el medio ambiente.
Hicimos la pregunta a Yanet Rodríguez, experta en sostenibilidad y quien se inició en el tema desde sus primeros pasos como ingeniera y auditora.

Cuando se dice sostenible se piensa en lo verde,¿ cierto?
_ Si, suele haber confusión. La sostenibilidad es satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo a las generaciones futuras. Las empresas deberían estar incorporando a la economía ese equilibrio entre lo económico, lo ambiental y el bienestar social. Imagínate tres círculos y su intersección. Lo que pasa es que inicialmente cuando se lanzó el término sostenibilidad estaba asociado a buscar soluciones a los problemas derivados de la industrialización y su impacto en el medio ambiente.
En las nuevas generaciones de emprendedores eso pareciera estar claro, pero ¿qué ocurre en aquellas empresas de muchos años y muy especialmente las familiares? Ellas pueden decir que hacer lo mismo de siempre sigue siendo rentable y que no tendría sentido asumir nuevos costos con la adopción de la sostenibilidad.
_ Hay que reformularse, hay que restructurarse. Es más sencillo incorporar este tema en las empresas jóvenes, en aquellas que ya nacen con esa mentalidad porque saben que si no tienen una estrategia de sostenibilidad puede que no sobrevivan más de 5 años. Lo dicen las estadísticas. Mientras que en las otras empresas son sus nuevas generaciones quienes pueden promover tales cambios. Es asunto de una toma de conciencia de los directores y de los dueños de negocio incorporar la sostenibilidad.

Entrevista a Yanet Rodríguez

La sostenibilidad en la práctica: el caso Leather Heart

En lo que respecta a sostenibilidad, la segunda letra del alfabeto pareciera tener más valor que ninguna otra porque cuando un negocio es certificado como ¨Empresa B¨ o B-Corp significa que esa buena voluntad de generar Triple Impacto está avalada, demostrada, aceptada. Y es rentable. La primera en obtener esa calificación internacional en Venezuela fue Leather Heart, la marca que se ha ido popularizando por la confección de osos de peluche a partir del reciclaje y la inclusión social en su cadena productiva. Conversamos con Javier Solórzano, miembro del staff gerencial.
_ Nacimos en el 2018 y ya el 2019 obtuvimos la certificación de Empresa B. Nosotros ya teníamos estipulado como queríamos trabajar y queríamos que con la venta de nuestros productos se generara un impacto más allá de la compra del regalo, sino sentir que estás aportando algo más. Por eso en Leather Heart se confecciona con textiles reciclados y esto lo hacen mujeres de sectores vulnerables. Además, la venta permite hacer aportes a diferentes ONG´s.


¿Y cómo pudieron ver dónde estaba la oportunidad y cómo los recibió el mercado?
Para explicarte tengo que ir un poquito más hacia atrás. Antes de crear Leather Heart se tenía otra empresa que se llamaba Group Classic. Esta operaba como un intermediario en la venta de ropa de segunda mano que tuviera buena calidad. Los especialistas nos indicaron que era muy bueno el proyecto, pero ¿qué tal si se agrega una arista social? Entonces pensamos que la ropa de segunda mano que no cumpliera con estándares para la venta podía usarse en hacer peluches y así nació la marca Leather Heart. Gustó tanto que tuvo muchísima más fuerza que el primer emprendimiento. ¿Qué necesita un negocio para ser calificado como empresa B? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo seguir? Si lo ves en la perspectiva de me voy a certificar como empresa B porque eso va a generar un mayor flujo de ingresos, te diría que lo no veas así. Eso tiene que nacer directamente de las personas que conforman el negocio y sus valores. Genuinamente. De que sea real ese pensamiento de que me interesa cómo estoy afectando a la sociedad y al medio ambiente con mi empresa. Pensar en lo que estamos haciendo con nuestro producto, con nuestro servicio. ¿Cómo se están llevando a cabo nuestros procesos en nuestros proveedores? ¿De dónde viene la materia que ellos utilizan y cómo la trabajan? Hoy en día nos hemos diversificado, y de los peluches pasamos a tener también productos decorativos.

Entrevista a Javier Solórzano

Los millenials y centenials, de cara a la sostenibilidad

Mientras se comenzaba a hablar y discutir acerca del mundo que heredarán las próximas generaciones, e incluso proponer metas para alinear a la humanidad en un nuevo milenio, una gran masa de infantes fue creciendo absorbiendo esas ideas. Hoy en día esos ¨millenials¨ y ¨centenials¨ son adultos, muchos han formado hogares, son independientes, escalan posiciones en las empresas y tienen criterios propios de alguna manera han estado influenciados por los elementos de la sostenibilidad.
En la entrevista con Luis Maturén, experto en investigación de mercados y CEO de Datos Group en Venezuela y en Centroamérica, tratamos de dilucidar qué tanto sentido tiene hablar de sostenibilidad en nuestro país. Durante más de 20 años ha estado monitoreando el comportamiento del venezolano y de las empresas en lo referente a la responsabilidad social y sus temas afines.


¿Hay presencia de sostenibilidad en la evolución del mercado venezolano o éste es muy ajeno a ese tema?
Efectivamente, en Venezuela se refleja un crecimiento no tan marcado como lo hay en otras regiones. Quizás las prioridades aquí son otras y muchas veces el foco es poder llevar adelante el negocio y el tema de sostenibilidad puede quedar un poco un lado. Pero lo sorprendente es que aún en la situación que se vive en el país, un grupo importante de empresas venezolanas apuestan por la sostenibilidad, por ayudar a algo diferente, que es la definición de propósito cuando sirves a algo distinto de ti mismo. ¿El propósito es algo que suena a concepto de moda, o es que lo estás viendo en las estadísticas de las investigaciones que ustedes constantemente están realizando? Sí. Ahora las empresas necesitan una legitimidad social para trabajar ¿Qué quiere decir esto? Que necesitas que la sociedad te legitime y te permita operar. En Venezuela todavía no hemos llegado al nivel de que, por ejemplo, que te boicoteen y consideren que no eres una empresa socialmente responsable, pero estamos a la vuelta de la esquina. Las personas empiezan a usar redes sociales y crean matrices de opinión. E inclusive tu competencia podría hacerlo y tú vas a necesitar una tribu digital, unos aliados, una comunidad que te defienda ante cualquier ataque. ¿Entonces, qué es lo que ocurre? Una de las formas de poder construir esta sostenibilidad y crear esta tribu digital es tener un propósito, un ser para otros. es decir, ser para los colaboradores, para la comunidad, para los proveedores, para el medio ambiente, para la sociedad. No es tu beneficio, es qué aportas tú a cualquiera de estos grupos de interés.
¿Y cómo ves ese comportamiento a la luz de ese seguimiento que haces al consumidor?
_De nuevo, no en la misma magnitud en la que lo hacen en otros países, pero más que hablar del consumidor, deberíamos hablar de la generación del milenio y la centenial, es decir, aquellos que nacieron desde 1985 en adelante. Son jóvenes que empiezan a tener posiciones de poder en las organizaciones. Se trata de generaciones que nacieron con una intención de dejar una huella en la humanidad; pero no para cambiar algo extraordinario, y sí para ir más allá del interés personal.

Entrevista a Luis Maturén

Un emprendimiento sostenible requiere formación

Con el querer hacer y tener la buena intención no basta, si se carece del conocimiento de lo que realmente implica la sostenibilidad. Hace falta la formación, y de ello conversamos con Karen Borjas, promotora del diplomado de Sostenibilidad del IESA.
¿Qué motivación hay para estudiar y prepararse en ese campo?
_ Para nuestra satisfacción, el resultado de esa formación es que todos los proyectos de quienes han cursado el diplomado de sostenibilidad son modelos totalmente ejecutables. Muchas veces el problema en cuanto a emprendimiento y sostenibilidad es que quizás las personas ven esto como cosas que se pueden hacer dentro de 5 años y no hoy, con los recursos que tienes. Y se preguntan ¿cuál es la rentabilidad actual en este momento? Por eso nuestro principal objetivo es ponerle números a estos temas de sostenibilidad y hacerlo tangible, mostrar que sí puede ser rentable.
_ Pero no sólo se nos han acercado emprendedores. También los auditores y los departamentos de sostenibilidad. El avance con los criterios ESG y las nuevas regulaciones en Europa, por ejemplo, hace que la gente se interese mucho más en la sostenibilidad.

Entrevista a Karen Borjas

De lo sosteniblemente dicho, a lo sosteniblemente hecho

Entrar en la discusión sobre sostenibilidad lleva muchas aristas y aunque su presencia no es nueva en la gestión empresarial, sí se ha visto un incremento del uso en el discurso económico, social y hasta político, dada la incidencia en la gobernanza de las ciudades, por no hablar de lo geopolítico. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y las tareas derivadas para cada uno de ellos, han entrado en los espacios de deliberación, regulación y fiscalización, así como de requerimientos obligatorios para acceder a fuentes de incentivos y recursos para el bienestar en todas sus manifestaciones, incluyendo el del medio ambiente pero mucho más allá de ese ámbito.

Posted in , , ,

Deja un comentario