¿Qué nexos pueden existir entre el quehacer cotidiano de un comerciante con el fortalecimiento y construcción de una sociedad sostenible y democrática? En nuestro modelo para la comprensión del nexo entre el comerciante con la responsabilidad social, ese vínculo está visiblemente presente, en esa interacción con ese otro llamado comunidad.
El comerciante es uno de los actores sociales llamados a ocupar roles protagónicos en la evolución de las urbes, y en ese objetivo que –dentro del espectro de los 17 ODS globales- se enfoca directamente en el impulso y florecimiento de ciudades sostenibles. Como proveedor de bienes y servicios, es el agente económico que estrecha directamente la mano de la ciudadanía, en su faceta de vecino, cliente o consumidor. Y a su vez, es quien tiene capacidad para apoyar un movimiento cívico, para movilizar recursos o para interceder ante la autoridad, cuando el vecindario lo necesita.
En nuestra experiencia y en nuestra investigación hemos observado cómo ese fenómeno social se reitera en situaciones de alta o baja complejidad o conflictividad, en grandes ciudades o modestas poblaciones, teniendo incidencia en uno de los elementos clave para el fortalecimiento del capital social: la confianza.

Las circunstancias apuran el paso y emergen comportamientos que se van contagiando, por la urgencia de cooperar con la resolución de problemas que impactan al prójimo, se sensibilizan. Así vemos por ejemplo en Venezuela que ante las crecientes carencias en la población, y específicamente de la emergencia alimentaria, como se va creando un tejido de cooperación entre comercios y ONG’s para realizar acciones puntuales como, por ejemplo, el acopio de comida. O también actividades de mayor logística y entendimiento entre las partes, tal como lo son, por ejemplo las iniciativas lideradas en Caracas por la organización social Ciudad Laboratorio en alianza con los comerciantes de la zona de Colinas de Bello Monte y la alcaldía del respectivo municipio. En este caso resalta la receptividad de la ciudadanía al llamado de movilización hacia la calle, con una propuesta creativa y bajo una perspectiva de resiliencia urbana, donde el encuentro con el otro en el espacio público es lo primordial.
Un evento así sólo es posible cuando existe motivación y un genuino interés común entre todas las partes.
En el caso del comerciante, actor social que ocupa la atención en este texto, se valida como una de sus principales competencias la Capacidad de conexión intersubjetiva.
Nos referimos con esto último a la capacidad de establecer una efectiva interconexión personal y su capitalización (construcción de capital relacional y sacarle provecho). Es esta una de las principales competencias que identifican a un comerciante: es altamente sociable, interdependiente, muy conectado con los otros y saca provecho de ello. Es de esas personas que al transitar por el vecindario van saludando una y otra vez.
Cuando hicimos las entrevistas de profundidad en nuestra investigación, a un grupo de hombres y mujeres dedicados al comercio, observamos que quienes mostraron una mayor actitud reflexiva, hay un visible sentido de interconexión humana en la actividad.Hay un constante esmero en la construcción y cultivo de relaciones, que a su vez conduce a otras relaciones
Y saben que son vistos como personas que impactan e influyen en el entorno, al ser su negocio un espacio para el relacionamiento con y entre actores. Es algo visible en las actividades de cooperación con la ciudadanía, como las que referíamos al inicio del artículo, con el caso de las actividades de calle para el entretenimiento y el encuentro de la ciudadanía.
No siempre encontraremos a comerciantes dispuestos a aliarse o cooperar, por muy alta que sea su capacidad de relacionarse. El espacio geográfico donde opera el negocio y su constitución como ámbito social con vida propia, es asumido con diferentes perspectivas y actitudes, que van desde la inmersión en su dinámica e involucramiento en los espacios donde se proponen ideas o se toman decisiones de impacto colectivo, hasta el enajenamiento. La relación con ese entorno inmediato y las personas u organizaciones que lo representan, entendido como comunidad, tiende a ocupar la atención de los sujetos, desde la actitud reactiva en la cual se responde o se actúa sólo si es convocado o solicitado por alguna instancia o persona de la comunidad que necesita apoyo, hasta la actitud proactiva en la cual se lidera y promueven cambios y participación de otros comerciantes o vecinos en iniciativas para el mejoramiento de espacios comunes. La ausencia puede manifestarse en la escasa participación en los escenarios locales de intercambio o toma de decisiones, pero de alguna manera los sujetos guardan un mínimo de identificación con el lugar donde operan sus negocios.
¿Vecino, agente económico o ciudadano?
Cuando un comerciante manifiesta la importancia de la interacción directa con la comunidad, la asume desde la perspectiva del desempeño cívico, como vecino (en este caso vecino comercial) y como una acción de interés personal. La comunidad es el hábitat de ese otro de orden colectivo llamado vecino, representado por sí mismo y por organizaciones civiles, que forma parte de una realidad que el comerciante construye, dentro de una visión sistémica. Esa conexión con esos otros que son identificados por constituir comunidad, en el sentido de Max Weber, implica prácticas no planificadas ni sistematizadas como atender invitaciones, visitar y explorar los sitios donde viven clientes y conocidos. Es una especie de familiaridad urbana.
También abarca el apoyo más allá de la donación o el patrocinio, como el establecimiento de lazos de amistad, compenetración, involucramiento con las personas en actividades deportivas. Esto incluso ha permitido la observación y el análisis crítico del comportamiento y mentalidad de la población beneficiada con las acciones sociales que promueve o auspicia: “el problema no eran los muchachos, sino los padres de los muchachos. No es fácil hacer una labor dentro de la zona. En las zonas marginales de cualquiera de esas.. porque la mentalidad del padre no es igual a la mentalidad que uno pueda tener”.
Pero la opción de no involucrarse es también parte de la realidad que el comerciante valida en su mundo cotidiano. Cuando se niega a participar o tener alguna vinculación con los vecinos, entonces su nexo con el entorno es estrictamente comercial, sin atribuirle sentido de comunidad. Se limita a la relación vendedor-cliente, y la comunicación con competidores cercanos para remitirse mutuamente compradores cuando no se dispone de un artículo. El afecto por el lugar está ausente.
La venta conduce al establecimiento de relaciones de muchos años, que incluso por lealtad hacia ellos no han dejado de vender productos dejarían de cubrirles esa necesidad. Michael Novak (1989) explica esas cualidades como propias del comercio por la tendencia al equilibrio, la tolerancia y al cultivo del respeto y la paz, mientras que Malavassi (2005) además de respaldar esa idea agrega que es característico del comerciante ser con otros mediante su particular sentido de convivencia y de la vida, dándole significado a los momentos de su cotidianeidad con expresiones como: “Yo prefiero una gotica a cada rato y no un vaso de un solo instante”.
Ese otro que hace vida en la comunidad reconoce al dueño del negocio vecino como parte de su sistema, no lo separa. Esto los lleva a insistir, en las conversaciones, en la necesidad de conectarse con el entorno local de alguna manera.
Allí somos una sola familia. En la zona de allá, lo que no tiene un producto una ferretería, nosotros lo dirigimos directamente a otra ferretería, y llamámos incluso por teléfono para decirle mira hay un cliente que necesita esta mercancía, tú la tienes? Es decir, hay diálogo.
En esa descripción del nexo con la comunidad se identifica que puede llegar a ser promotora de cambios que llegan hasta el ámbito de las regulaciones en instancias como alcaldías y municipios. La proactividad, producto de la observación, la escucha activa o la implantación de algunas prácticas por convencimiento propio (cuidado en la estética e impacto ambiental del negocio) permite estar preparados antes del surgimiento de una ley.
Para detectar esas tendencias en los criterios o necesidades de la comunidad y su deterioro, los comerciantes suelen proveerse de información del entorno por la vía directa, o a través de la interconexión con otros, con métodos propios. lo que acontece, sus necesidades y deterioro. En buena parte los datos son provistos por sus empleados, o por los vecinos, especialmente de quienes representan organizaciones comunitarias.
Ese hábito de informarse sobre el entorno a través de los empleados y de las relaciones que ha establecido con vecinos, dirigentes comunitarios y autoridades locales, deriva de reflexiones y aprendizajes personales después de episodios de alto impacto, especialmente saqueos y desastres naturales.
Tengo mucha relación, con quien hablo por lo menos una vez por semana, con un dirigente social de aquí. Desde hace muchos años, prácticamente desde que empecé a estar aquí. Siempre me pareció importante tener contacto con alguien que sabe qué es lo que está pasando por aquí cerca, que recoja un poco el sentir de la gente arriba en el barrio (…)
Uno debería buscar el tiempo y tratar de ayudar un poco más a la comunidad, a los que le hagan falta (…)
En la construcción de lealtad con la comunidad, cuando se logra, es el instrumento que permite construir confianza y refuerza el vínculo y expande otras posibilidades en la relación. A esa lealtad se le atribuye importancia estratégica en momentos críticos, constituyendo una especie de “saldo a” favor o blindaje emocional, como si fuera una vacuna anti-agresión, si otros factores cooperan.
En nuestro modelo para la comprensión del nexo entre el comerciante con la responsabilidad social, el nexo con la comunidad está visiblemente presente, en esa interacción con el otro. La autoconstrucción de si mismo, a lo largo del tiempo, le confiere un rol clave en la construcción de civilidad en una sociedad, por sus recurrentes prácticas de convivencia social. Y esta es una cualidad inspensable para el afianzamiento de la democracia.
En la actualidad, la figura del comerciante es de gran relevancia debido a que este es uno de los actores sociales que desempeñan distintos roles protagónicos en la evolución de las comunidades, uno de los roles más importantes que tiene el comerciante es la producción de bienes y servicios necesarios para el buen vivir, además de enfocarse principalmente en el impulso de ciudades sostenibles, esto lo logran planteándose metas y cumpliendo con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. En nuestro país tenemos múltiples carencias en servicios y en seguridad alimentaria, por lo que se ha tenido que implementar diversas cooperaciones y acuerdos entre comerciantes y ONG´s con la finalidad de satisfacer las necesidades de las comunidades, estas acciones son posibles de realizar debido a la motivación y el interés entre las partes, para lograr un bien común: Que los venezolanos puedan vivir mejor a pesar de las circunstancias que se viven actualmente. Los comerciales tienen la capacidad de construir capital y sacarle provecho, por otra parte, deben ser altamente sociables y muy conectados con las demás personas, en esto se basa su éxito. A medida que el comerciante brinda sus servicios a la comunidad se refuerza el vínculo y la confianza con el resto de las personas, manteniendo una constante interacción social con las comunidades, lo que le confiere un rol de gran importancia dentro de la construcción de civilidad en una sociedad.
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¿Qué tan relevante puede ser en estos momentos la figura del comerciante en las ciudades? Desde la perspectiva de la responsabilidad social.
En este blog el comerciante es descrito como «…proveedor de bienes y servicios, es el agente económico que estrecha directamente la mano de la ciudadanía, en su faceta de vecino, cliente o consumidor. Y a su vez, es quien tiene capacidad para apoyar un movimiento cívico, para movilizar recursos o para interceder ante la autoridad, cuando el vecindario lo necesita.» Sobre la base de esa premisa la repuesta sería que el comerciante en la actualidad seguirá jugando un papel fundamental y de relevancia en las ciudades.
El role dinámico del llamado comerciante es indispensable para que las comunidades, como un todo compuesta por individuos, funcionen de manera sistémica. El comerciante es indispensable para mantener el intercambio de productos, servicios e incluso funcionar como ente regulador entre la comunidad y su sentir colectivo y entes más grandes como autoridades u otro tipo de organización.
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El comerciante sin duda alguna es relevante en las ciudades y también en las comunidades porque son una fuerza mayor que ayuda a mejorar las necesidades del entorno en donde opera la misma organización comercial en donde desarrollan su actividad.
Por otro lado, aportan, de alguna manera, soluciones a problemas que en la comunidad no se han podido solventar con el paso del tiempo, cómo por ejemplo, un árbol a punto de caer, calles rotas, control del aseo, entre otras que hoy en día podemos ver en muchas comunidades
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Sin duda el papel que juega el comerciante dentro y fuera de las comunidades es de suma importancia para el desarrollo de la misma. El compenetrarse con la personas que habitan en estos sitios les permite crear lazos estrechos sostenibles en el tiempo y así tanto comunidad como comercio salen ganando en esa unión. Por lo tanto, el comerciante cumple un rol no solo como vendedor si no como un proveedor de bienestar para la comunidad, y la comunidad se vuelve un protector de este.
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El comerciante tiene un rol dinámico dentro de la sociedad y con diversos enfoques, y sin duda es una pieza importante para el crecimiento y evolución de la comunidad , ya que a través de este se da la producción y distribución de bienes y servicios necesarios en la vida de las personas.
De igual forma es un medio para la socializacion entre los integrantes de la comunidad, debido a su rol de vecino -cliente-consumidor. Permitiendole apoyar causas cívicas, levantar recursos y en caso ser intermediarios entre autoridades. Haciendo que la comunidad funcione de manera sistemática
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El comerciante posee un rol de alto impacto en la comunidad, por varias razones, en primera instancia el intercambio de bienes y servicios favorece a la comunidad y a la economía de la zona, ofrece ventajas competitivas sobre otras opciones de compra-venta, satisfacción a los clientes o a sus necesidad y cierta socialización con la comunidad que siempre es necesaria para el sostenimiento de un negocio, el cual se vale de clientes.
Un comerciante que se involucra puede, por otro lado, hacer mayores diferencias en la comunidad donde opera ¿Por qué? porque se preocupa por el funcionamiento de varios aspectos que pueden afectar de forma directa o indirecta su negocio, el cual representa su fuente de ingresos y por lo tanto es importante, o porque simplemente al presentarse un inconveniente le genera cierta empatía él sobre la comunidad o zona donde ha laborado quizá por un largo tiempo.
Lo cierto es que he me fijado en mi experiencia personal, que hay comerciantes con cierto grado de alcance monetario que se mantienen muy al margen de la zona donde labora, evidentemente teniendo la posibilidad de realizar iniciativas de responsabilidad social con la comunidad, así como hay otros que toman de sus recursos para hacer proyectos, concursos, promociones, reclutamiento del personal con personas de la zona.
Tuve la oportunidad de escuchar una charla hace un par de años sobre emprendimiento culinario, en la UCAB, y allí asistió el dueño de Pasta Morandi (ubicada el El Paraíso), quien comunicó la iniciativa que tienen llamada “Pasta pendiente” se trata de un proyecto para donar comida a los más necesitados. Por ejemplo, yo compro la orden de un platillo de pasta y esa orden se la otorgan a alguien con problemas para adquirir alimentos, y se van manejando con varias órdenes así con varias órdenes, tienen registros de estas campañas en las redes sociales.
Quizá es una iniciativa que surge de un problema profundo que vemos, y que los comerciantes que se dedican a la venta de comida sufren de forma más directa. También hay otros comerciantes que realizan donaciones o patrocinios a estudiantes y lo ven como otra forma de contribuir al futuro.
Así, el año pasado junto con una compañera de esta clase realizamos un evento, un simposio de historia de la ciudad de Caracas y solicitamos el apoyo de los pequeños negocios dentro de la UCAB y sus alrededores para brindar un espacio de compartir y sortear algunas cosas, la verdad es que tuvimos alrededor de 20 patrocinadores, en su mayoría de la universidad y de dos panaderías correspondientes a la zona de Montalbán, por lo que puedo decir que existe una gran empatía en los venezolanos y muchos comerciantes a la hora de apoyar un proyecto bien sea sustentable, cultural o académico, pues en el fondo saben que aportan un grano de arena mucho más que la publicidad o las ventas que realmente puedan obtener.
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El comerciante aporta considerablemente a las comunidades y a la sociedad. En estos momentos, esta figura es fundamental dentro de las comunidades por su visible sentido de interconexión humana. Estos se encuentran constantemente analizando su entorno inmediato y ha convertido su negocio en un espacio para construir relaciones.
Esta figura además actúa como un canal de comunicación entre proveedores y consumidores, al conocer la demanda de su comunidad, se transforma y acciona en función de adaptarse a las necesidades de esta.
En mi urbanización se encuentran varios comerciantes, ante esta situación, todos se colocaron de acuerdo en ofrecer delivery gratuito a la comunidad, realizaron un censo de personas mayores o con alguna enfermedad y han tomado la responsabilidad de hacer sus compras de alimentos, medicinas u otros productos que se necesiten.
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El comerciante en este crítico momento para el país y para el mundo representa un actor social de gran importancia para la comunidad, muchos negocios se han convertido en proveedores de humanidad y de un ancla moral para afrontar la situación. Ya no se limita en que vendan productos u ofrezcan servicios, sino que estén presentes junto a las personas para atender sus necesidades y brindarles apoyo.
En mi parroquia, El Paraíso, en Caracas, soy testigo de un acantilado que separa al buen comerciante y buen ciudadano(vecino) del comerciante desinteresado y desconocido; con este último no hay confianza, no hay encuentro, y no se percibe un genuino interés, y poseen un nexo estrictamente comercial.
Pero existen otros, como “los gochos”, “Héctor del quiosco”, “Pacheco” y “Aristóteles, el del electro” que están marcando una diferencia, que son recordados por sus nombres o apodos, y los cuales, por la lealtad que han creado, están siendo beneficiados porque la comunidad prefiere acudir a sus negocios que al del resto de comerciantes de la zona.
En este caso, no han llegado a ser proactivos en mi urbanización, pero espero que prontamente tomen acciones más abiertas y comunicativas sobre sus esfuerzos sociales, lo cual reforzaría su presencia positivamente para todos como ciudadanos.
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El papel del comerciante como actor social es sumamente importante, desde el ser parte de un proceso hasta ser esa persona quien pueda servir de conexión o nexo con la comunidad por su afinidad con esta, y su constante preocupación por el bien y construcción de la comunidad. Por lo anterior es considerado un actor social clave a tomar en cuenta por las empresas u organizaciones que quieren desarrollar proyectos de sustentabilidad o responsabilidad social con una determinada comunidad. La respuesta de este para cooperar con alguna empresa u organización estará sujeta a las condiciones en las que se presente y los beneficios que pueda traer esta cooperación a la comunidad, pues es un actor social que vela por la constante mejoría y desarrollo de su comunidad. También puede fungir como intermedio entre una empresa y la comunidad para hacerles llegar un posible proyecto y cuál sería su respuesta frente a esto, o de negociar con la comunidad las condiciones que requieren y así darles esa licencia para operar en su proyecto. Sin embargo, su importancia es ser clave como agente de cambio, civilización de comunidades, fortalecimiento de la democracia. Por eso, considero siempre tomarlo como aliado a la hora de llevar a cabo un proyecto como empresa en una comunidad.
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