Para el empresario y promotor social, son los valores y no las competencias técnicas los pilares clave en la articulación de actores que motorizan el negocio.
Para proponer y ejecutar acertadas políticas y acciones en materia de responsabilidad social en un negocio, no sólo es imprescindible conocer la razón de ser del mismo, lo que hace. Es fundamental comprender y escuchar una de sus principales voces: el empresario. El sello y la filosofía organizacional en la materia necesitan estar en sintonía con su pensamiento y su actitud ante el nexo del negocio con la sociedad.
Presento aquí la entrevista que realicé a Alberto Vollmer, empresario venezolano, presidente de Ron Santa Teresa y quien desde hace varios años figura como agente de cambio de notorio impacto social, gracias al Proyecto Alcatraz. Fue invitado especialmente para compartir su experiencia y su perspectiva a propósito del tercer aniversario del programa Responsabilidad Social Hoy, transmitido online todos los lunes por Fedecámaras Radio, emisora especializada en economía y negocios.

¿Qué lleva a un empresario a ocuparse de la responsabilidad social?
_ Quiero responder desde dos ángulos porque generalmente se piensa que la responsabilidad social es todo lo que la empresa hace. Normalmente se piensa en entorno y comunidad, pero hay una responsabilidad implícita del empresario y es el empleo formal. Está demostrado en el mundo que ese empleo formal te da acceso a educación, a servicios, a salud y a una cantidad de cosas que das por sentado.
Ilustra esa idea con una anécdota familiar:
_ Una noche rezando con mis hijos estuve con el tema de los actos de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de tomar al que tiene sed, visitar al enfermo, etcétera. La mañana siguiente cuando los llevo para el colegio, el más pequeño me dice papá ¿cómo hace uno eso de lo que rezamos anoche? … y justamente pasamos frente a una persona que estaba viviendo en la calle y le digo ves uno tiene que tomar la oportunidad y traerle comida, ropa a esa persona. Y lo hicimos un tiempo después. Pero me quedo pensando y en la noche le dije que le tenía una mejor respuesta: La mejor forma de hacer esas cosas es a través del empleo, porque es cuando le das la oportunidad de trabajar a una persona y así acceso a vivienda, bebida, comida, salud, a educación, a un futuro.
Después de eso explica que hay una segunda fase, y es el hacer en la comunidad:
_ En el caso de Santa Teresa conocen la historia del Proyecto Alcatraz, el cual es un proyecto de rehabilitación y de reinserción de miembros de bandas delictivas. No solamente es para ellos, en realidad a quien estás beneficiando también a la comunidad porque deja de estar asediada por el hampa.
_ Empezamos a trabajar con bandas y esto nos llevó naturalmente a las cárceles. Hoy en día estamos en 29 en todo el país, con más de 2 mil muchachos jugando Rugby, deporte que no es común en Venezuela. Lo usamos como plataforma de transformación mediante la enseñanza de 5 valores: respeto, la disciplina, el trabajo en equipo, el espíritu deportivo y la humildad. Hay otro proyecto que se llama casas blancas y es otro tema de remodelación y de intervención de espacios públicos en las zonas populares alrededor de la Hacienda Santa Teresa.
_ Básicamente las empresas pueden y tienen muchísimo que hacer porque son herramientas extraordinarias de transformación. Es el llamado que tenemos todos los empresarios y todas las empresas en Venezuela.
Si, ser agentes de cambio de alguna manera. Y toda esta historia que has resumido y es bastante larga muestra lo multidimensional del Proyecto Alcatraz, según se observa en el website de Santa Teresa. Ha sido referente y motivación para que centros académicos fuera de Venezuela a nivel global se hayan avocado a estudiar el modelo que ustedes desarrollaron. ¿Qué ha significado para una empresa que tiene más de dos siglos de trayectoria y un impacto en la historia económica de Venezuela, el contar con un proyecto de ese alcance y ese impacto como es Alcatraz?
_ Yo diría que sobretodo es un privilegio porque nos ha acercado a realidades muy duras y realidades. Nos ha dado ese acceso no solo a ese dolor sino al potencial enorme, infinito, de los seres humanos, específicamente de los venezolanos. Y te hablo específicamente de los privados de libertad porque tú no te puedes imaginar cómo han abrazado el tema de los valores. Lo que te dicen es “uno los tenía allí pero estaban tapados por algo y llegó el proyecto Alcatraz y nos los volvió a redescubrir”. El rugby, como decía Churchill, es un deporte de bestias jugado por caballeros. Los privados de libertad lo valoran y cada uno de ellos es una historia de redención, de éxito que toca lo más profundo y yo diría que ese es el gran privilegio que nos ha dejado proyecto Alcatraz.
Vollmer cuenta el origen de la conocida iniciativa social, con énfasis en un momento muy particular y humano:
_ El proyecto Alcatraz nació de un asalto a mano armada en la hacienda. Nosotros terminamos buscando los personajes y les ofrecimos reponer la falta con trabajo. Luego nos dimos cuenta que si no incluíamos la banda enemiga el problema seguiría allí así que la captamos. Un día, por una situación que sucedió entre ellos decidimos meterlos en un cuarto sin decirle a ninguno de los dos que el otro lado iba a estar. Y cuando los teníamos en esa habitación los reto y digo que sabía que ellos eran lo suficientemente valientes como para matarse, pero quería saber si eran lo suficientemente valientes como para perdonarse. Allí salió la frase “el perdón es más valiente que la venganza”.
Sucedió que dos líderes de las bandas, los más peligrosos, terminaron dándose la mano. Fue un momento de enorme suspenso. Se la dieron sin verse a los ojos y estuvieron durante más de un minuto así. Luego pasaron al codo, del codo al hombro, de este al mentón hasta que se cruzaron las miradas y es allí donde se dijeron, los dos, ¡si va!
_ Años después caí en cuenta, que ese silencio y esa espera y ese tiempo en el que no lograban verse es justamente la razón tomando control de las emociones. Y yo creo que en Venezuela ese es el gran reto que tenemos, lograr que la razón tome control de las emociones.
Explicó que tras ese perdón cara a cara entre los dos líderes siguió el resto de los miembros de ambas bandas. “Comenzaron a abrazarse y decirse ¿cómo fue que comenzó esto? Luego se corrió la voz por el municipio y el poco tiempo teníamos 6 bandas haciendo cola. Fue realmente impresionante y te da pie para pensar que a nivel nacional se puede lograr. Que Venezuela está en capacidad de de un reencuentro y lo hemos podido ver en las peores circunstancias, quizás por esa polarización que lo único que ha hecho es hacer daño”.
Para el empresario y líder social esta experiencia sintetiza lo que es la transformación humana. Una vez más me digo que es eso que tanto nos hablaba el profesor Emeterio Gómez, a partir del perdón y a partir del tocar y meterse en la parte dura del ser humano y aceptar al otro como un legitimo otro.
El peso de los valores en la ecuación social
A partir de la pandemia y de todo lo que ha sido el efecto del Covid-19 a nivel global una de los temas en los asuntos que más se ha insistido globalmente es el tema de la inclusión y especialmente en el trabajo. Pareciera ser que el mundo ha cambiado tanto que va a quedar mucha gente por fuera del sistema laboral por no tener las competencias. ¿Qué desafíos implica para el empresariado venezolano después padecer tantas complicaciones?
_ Creo que el desafío que tenemos los venezolanos está en las competencias no solamente técnicas. Siempre hablo que para contratar a una persona a las competencias técnicas le sumes la experiencia y multiplicar por las actitudes. Esa ecuación la elevas a la potencia de los valores. Es decir competencia + experiencia x actitud y elevado a los valores. El tema que tenemos por delante en Venezuela hoy en día tiene que ver con esos 4 elementos. Ha habido una pérdida de capacidad ejecucional, se nos ha ido mucha gente del país y poder reconstruir esas capacidades va a requerir de un gran esfuerzo y tiene que ser mancomunado entre empresa, sector privado, academia. Por supuesto el entorno regulatorio tiene que empujar en esa misma dirección, empujar en el proceso, que sea mucho mas habilitador y no un obstáculo.
_ Por ejemplo la Ley de Ciencia y Tecnología tiene un gran componente de capacitación y la del 2005 fue una de los mejores del mundo. Durante esa etapa, del 2005 al 2010, tuvimos una inversión enorme en tecnología y en formación, siendo uno de los grandes habilitadores. Hay que regresar a un entorno que facilite y genere los incentivos para que empresas y academia inviertan y apuesten al futuro del país.
De hecho recuerdo que tienen una Escuela Técnica allí en los terrenos de la Hacienda Santa Teresa
_ Si. tenemos una Escuela que se llama Henry Pittier y se hizo en alianza con la Cámara Suiza Venezolana y las empresas que forman parte de la misma. Hoy en día es una escuela en capacitación técnica mecánica y eléctrica.
Por eso decía que la labor de ustedes es multidimensional ya que trabajan también en emprendimiento y turismo en la zona de las Casitas Blancas.
_ Si, justamente era un sueño mío desde hace años porque hacía mucho tiempo que había trabajado en la zona de Carapita. Yo soy ingeniero civil y comienzos de los 90 había montado un taller de construcción popular porque quería enseñar a la gente a embellecer su entorno. Venía con esa idea de los pueblos del sur de España con sus casas blancas y una estructura urbana parecida a los sectores populares nuestros para que fueran más bonitos, darles servicios atractivos para el turismo. Con esa idea en mente y con la empresa detrás tratamos de hacerlo con tres sectores del Municipio Revenga, comenzando un proceso de friso y pintura junto con la comunidad y con los arquitectos.
Relata que han hecho esfuerzos de acupuntura urbana con la intervención de espacios públicos y cerca de 1.000 casas. «De verdad da muchísimo gusto porque entras allí y sientes que estas en otro mundo. Si vives en un entorno sano, agradable e incluyes a los malandros en el proyecto Alcatraz, ese espacio seguro atrae inversión, capacidad asociativa, turistas. Los mismos malandros empiezan a protegerlo y sucede un proceso de reforma del sector», agregó el entrevistado.
De alguna u otra manera así se es catalizador de cambios. Aquí vemos claramente el ejemplo del empresario catalizador de cambios, la comunidad, la vida de las personas, los trabajadores a través de un sistema de valores y también a través de un producto que genera una marca y genera una proyección del país mucho más allá del turismo y del petróleo como lo es la marca Santa Teresa. ¿Qué ha significado para ti como persona que nace en el entorno de una familia que tiene vocación social, el proceso de aprendizaje y de integración de la vocación de negocios con la responsabilidad social?
_ Creo que esa es la mejor inversión a futuro. Uno como empresario aprende a invertir en el futuro y parece mentira pero una empresa que le va bien frente a un entorno que le va mal, no tiene futuro. El tema es que si esa empresa quiere que le vaya bien en los próximos 200 años tiene que asegurarse de que su comunidad, su entorno también avance igual que la empresa. Yo creo que ese es el mayor aprendizaje y por eso uno tiene que invertir en la gente, en su comunidad, en los valores. Muchas veces uno contrata a la gente por lo que sabe hacer y deja en segundo lugar los valores. Y una de las cosas que hacemos en Santa Teresa es contratar sobre la base de los valores. Porque las cosas que hay que hacer uno las aprende a hacer. Las competencias se aprenden más rápido pero los valores están o no están. Para mí, cuando unes esas dos cosas, el quehacer de la empresa y la inversión social, tienes una fórmula ganadora para el futuro.
«Es un privilegio acceder al potencial de los seres humanos»
Alberto Vollmer
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