Xiomara Yamil Zambrano

Comunicación, responsabilidad social y sostenibilidad

  • El Foro Económico Mundial de Davos 2025 ha puesto de manifiesto la urgencia de abordar los desafíos de sostenibilidad a nivel global y, particularmente, en América Latina. Bajo el lema «Colaboración para la Era Inteligente», líderes mundiales y regionales han trazado una hoja de ruta que integra innovación tecnológica, transición energética y crecimiento económico sostenible. La IA y su potencialidad se convierten ahora en un eje de constante discusión, y posiblemente seguirá ocupando la escena desde la perspectiva del desarrollo sostenible tanto para sus aupadores como sus detractores.

    Sostenibilidad global: un imperativo ineludible

    La sostenibilidad se ha consolidado como eje central de las estrategias de inversión y desarrollo económico, ya sea por necesidad de cumplir regulaciones como por las mismas exigencias de los mercados. En Davos se ha subrayado la importancia de integrar criterios ESG/ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) para mitigar riesgos climáticos, e ir mucho más allá mediante el impulso a la competitividad y el crecimiento económico a largo plazo. 

    Así inteligencia artificial (IA) puede apoyar la optimización de recursos, la gestión ambiental e incluso el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Empresas líderes como Google, Microsoft, Siemens e IBM están a la vanguardia en el uso de IA para mejorar la eficiencia energética, reducir emisiones y promover prácticas sostenibles.

    Lo anterior refuerza la tesis de Inteligencia Aumentada que escuchamos explicar a Conchita Díaz, ponente de Google en el Foro Géiser de Islas Canarias. La gestión de los datos con la mediación de la IA puede ser abordada como un potente facilitadora de bienestar.

    Desafíos y oportunidades para América Latina

    Para América Latina, el Foro de Davos 2025 ha planteado una serie de desafíos y oportunidades en materia de sostenibilidad:

    1. Transición energética justa: La región busca equilibrar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con el desarrollo económico y social. Esto implica aprovechar sus vastos recursos naturales, como el litio y el potencial para el hidrógeno verde, mientras se abordan desigualdades históricas3.
    2. Crecimiento económico sostenible: Se proyecta un crecimiento del 2,4% para la región en 2025, pero este debe ser equitativo y sostenible. Los países enfrentan el reto de implementar reformas estructurales para mejorar la productividad y la resiliencia climática4.
    3. Acción climática: Con la COP30 programada en Brasil, América Latina se posiciona en el centro del debate global sobre la implementación de acuerdos climáticos y la aceleración de acciones inclusivas contra el cambio climático.
    4. Innovación y tecnología: La adopción de tecnologías avanzadas, incluyendo la IA y la computación cuántica, se presenta como una oportunidad para impulsar la productividad y abordar desafíos ambientales6.

    Estrategias para un futuro sostenible

    El Foro ha destacado varias estrategias clave para abordar estos desafíos:

    • Colaboración público-privada: Es esencial para atraer inversiones hacia energías limpias y tecnologías verdes.
    • Políticas adaptadas: La transición energética en Latinoamérica debe responder a las realidades específicas de la región, considerando aspectos sociales y económicos.
    • Inversión en infraestructura: Se requiere una inversión significativa en redes eléctricas y tecnologías de almacenamiento para facilitar la integración de energías renovables.
    • Desarrollo de capacidades: Es crucial invertir en educación y formación para preparar a la fuerza laboral para los empleos del futuro en una economía sostenible.

    El Foro de Davos 2025 ha reafirmado que la sostenibilidad no es solo un desafío ambiental, sino también una oportunidad para reinventar economías y sociedades. Para América Latina, el camino hacia un futuro sostenible requiere un enfoque holístico que integre innovación, equidad social y protección ambiental. La región tiene el potencial de liderar en áreas como energías renovables y conservación de la biodiversidad, pero necesita superar obstáculos estructurales y abrazar plenamente la transformación hacia una economía verde e inclusiva.El éxito de estas iniciativas dependerá de la capacidad de los líderes regionales en el ámbito privado y en el público para traducir los compromisos de Davos en acciones concretas, adaptadas a las realidades locales y con un enfoque en el largo plazo.
    Solo así, América Latina podrá convertir los desafíos de sostenibilidad en oportunidades para un crecimiento equitativo y resiliente.

  • Cada lunes y a través de la emisora digital Fedecámaras Radio hemos dedicado tiempo a conversar con activistas, empresarios, académicos, investigadores y líderes que promueven transformaciones en materia de responsabildad social o sostenibilidad

    Y cada encuentro ha quedado disponible, como podcast, para acceder a ese valioso conocimiento o vivencias, que agregan valor. En este enlace puedes acceder a cada una de ellas. https://www.ivoox.com/responsabilidad-social-hoy-ramon-osto-28-10-2024-audios-mp3_rf_135318342_1.html

  • Lesly Simon y sus huellas de buena voluntad

    En la crónica de la migración venezolana también hay un montón de historias de gente haciendo cosas buenas por los demás, sin importar dónde estén. Así que ahora te cuento sobre Lesly Simon y su increíble historia.

    Ayudar a conectar personas para hacer el bien a quien lo necesita es como el oxígeno para Lesly Simon. Quizás el ímpetu propio de la naturaleza en su natal estado Bolívar, la ha llevado a desbordar solidaridad desde su vida en Miami. Desde allí esta venezolana salta orillas cuando siente que debe estar en un rincón del planeta ávido de manos amigas.

    ¨Siempre me decía que quería visitar África, y tuve la fortuna de hacerlo. He tenido la oportunidad y la bendición de estar en otras latitudes y por supuesto en Venezuela, haciendo voluntariado, pero esa experiencia ha sido muy especial¨, relata Lesly, a propósito de sus vivencias en Uganda.

    ¿Qué la hace especial?, preguntamos.

    _Su gente. El colorido. Te reciben en todas partes con una sonrisa, con música, con mucha fe en tí como persona y como la organización que representas. Ellos tienen las manos abiertas para recibirte con muchísima alegría con un ¨hello musungo¨(significa gente), a pesar de sus condiciones. Me dolían los cachetes de tanto sonreír.

    Cuenta con entusiasmo que el ansiado momento de ir a Jinja, Uganda, le llegó luego de conocer a Morella Carta, venezolana establecida desde hace tiempo en Estados Unidos, con exitosa trayectoria corporativa internacional y quien fundó ¨Stars Uganda¨ tras previas experiencias como voluntaria en distintas ONG´s. Ese encuentro ocurrió como parte de la activa agenda de responsabilidad social de la Cámara de Comercio Venezolano Americana (Miami, USA), la cual presidió Simon.

    Stars Uganda, según explica, es una casa hogar de transición para niños de 0 a 6 años que han sido transferidos porque quedaron huérfanos, o porque, aunque tengan vivo a uno de los padres no lo pueden criar. Actualmente hay 31 pequeños, de los cuales a algunos han podido reunificarlos con sus respectivas familias, sin abandonar su educación, tras un proceso de apoyo a sus padres y madres con herramientas para emprender, trabajar.

    Cuando te van a suceder cosas, sucederán, estés donde estés y además, cuando regresas de esas experiencias lo que sientes es demasiado gratificante¨.

    Durante el viaje a África a cambio de esa alegre receptividad tenían que dar muestras de confianza en la prédica, porque, según su relato, ir a una comunidad a decir que el agua del rio debe procesarse, hacerla potable, pasa por dar el ejemplo. Llevaron más de 100 filtros a un poblado en la montaña donde nace el Rio Nilo, en alianza con otra organización. Y además debían enseñar a instalar, a mantener y a cuidar lo recibido paraque se pudieran beneficiar todas las 500 familias. ¨Sí, ellos lo harían pero solo después de que nosotros y el jefe de la comunidad mostráramos que el vital líquido realmente era bueno y no nos pasaría nada al tomarlo¨.

    ¨Me preguntan si hay temor a que me pase algo, contagiarme de una enfermedad, u otra cosa. No. Cuando voy como voluntaria a sitios donde hay riesgos o seré vulnerable, pienso que hay que entregarse a Dios, no pensar en lo malo, prepararse y tomar previsiones por supuesto¨.

    Cuenta que lo mismo ocurre cuando ha estado haciendo trabajo voluntario en comunidades de Colombia o de Venezuela. Se limita a ir con cuidado, en vez de conectarse con un escenario negativo.

    ¨Cuando te van a suceder cosas, sucederán, estés donde estés y además, cuando regresas de esas experiencias lo que sientes es demasiado gratificante¨.

    Entre sus viajes hace mención especial a la oportunidad que tuvo de participar en la misión humanitaria del Barco Hospital de la Marina de Los Estados Unidos a Rio Hacha, Santa Marta y Cartagena. ¨Yo no soy médico, pero como civil ayudé como traductora y en muchas tareas de atención a migrantes en tránsito, ciudadanos colombianos y personas que se trasladaron desde distintos lugares de Venezuela para una cirugía imposible de recibir. Fue emocionalmente retador con momentos únicos como el señor con cataratas y salió del barco viendo, con gritos de alegría. Después de 20 años, él volvió a la luz¨ y con el tono que lo dice no queda duda del buen momento vivido.

    Lesly tiene como lema de vida que las manos se hicieron para dar y no hace falta ir tan lejos para hacerlo. Es lo que practica desde sus ocupaciones en la empresa de la cual forma parte, en Florida, y de las actividades del Comité de Responsabilidad Social de la Cámara, en Miami (https://www.venezuelanchamber.org/) Desde allí procuran conectar la buena voluntad de particulares y de ONG´s que se dedican a brindar apoyo a los migrantes, y a gestionar ayuda hacia quienes están en el país y requieren de esa mano amiga. Son muchos los afortunados ejemplos de solidaridad, más allá de la frontera.

  • ¿De qué hablamos cuando decimos sostenibilidad?

    El uso de este término suele asociarse inmediatamente al correcto comportamiento de las empresas y del ser humano con el medio ambiente, con alusiones a una moral y una praxis ecológica visible. En pocas palabras, ser lo más amigable posible con la vida y supervivencia del planeta. Quisimos explorar más allá de los deberes y tareas propuestas por la Organización de las Naciones Unidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además de revisar las aristas teóricas del tema y hemos dedicado minutos de Responsabilidad Social Hoy a conversar con especialistas, conocedores o practicantes de la sostenibilidad.

    Lo primero es lo primero: el compromiso con el futuro

    La definición de desarrollo sostenible no es nueva. La Organización de las Naciones Unidas a través del documento “Nuestro Futuro Común” (1987) –conocido también como Informe Brundtland– lo define como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones. Por tanto, la sostenibilidad es la gestión enfocada en principios y en el equilibrio entre los negocios, la sociedad y la vida del planeta para un ganar-ganar. Pero suele simplificarse el concepto con acción por el medio ambiente.
    Hicimos la pregunta a Yanet Rodríguez, experta en sostenibilidad y quien se inició en el tema desde sus primeros pasos como ingeniera y auditora.

    Cuando se dice sostenible se piensa en lo verde,¿ cierto?
    _ Si, suele haber confusión. La sostenibilidad es satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo a las generaciones futuras. Las empresas deberían estar incorporando a la economía ese equilibrio entre lo económico, lo ambiental y el bienestar social. Imagínate tres círculos y su intersección. Lo que pasa es que inicialmente cuando se lanzó el término sostenibilidad estaba asociado a buscar soluciones a los problemas derivados de la industrialización y su impacto en el medio ambiente.
    En las nuevas generaciones de emprendedores eso pareciera estar claro, pero ¿qué ocurre en aquellas empresas de muchos años y muy especialmente las familiares? Ellas pueden decir que hacer lo mismo de siempre sigue siendo rentable y que no tendría sentido asumir nuevos costos con la adopción de la sostenibilidad.
    _ Hay que reformularse, hay que restructurarse. Es más sencillo incorporar este tema en las empresas jóvenes, en aquellas que ya nacen con esa mentalidad porque saben que si no tienen una estrategia de sostenibilidad puede que no sobrevivan más de 5 años. Lo dicen las estadísticas. Mientras que en las otras empresas son sus nuevas generaciones quienes pueden promover tales cambios. Es asunto de una toma de conciencia de los directores y de los dueños de negocio incorporar la sostenibilidad.

    Entrevista a Yanet Rodríguez

    La sostenibilidad en la práctica: el caso Leather Heart

    En lo que respecta a sostenibilidad, la segunda letra del alfabeto pareciera tener más valor que ninguna otra porque cuando un negocio es certificado como ¨Empresa B¨ o B-Corp significa que esa buena voluntad de generar Triple Impacto está avalada, demostrada, aceptada. Y es rentable. La primera en obtener esa calificación internacional en Venezuela fue Leather Heart, la marca que se ha ido popularizando por la confección de osos de peluche a partir del reciclaje y la inclusión social en su cadena productiva. Conversamos con Javier Solórzano, miembro del staff gerencial.
    _ Nacimos en el 2018 y ya el 2019 obtuvimos la certificación de Empresa B. Nosotros ya teníamos estipulado como queríamos trabajar y queríamos que con la venta de nuestros productos se generara un impacto más allá de la compra del regalo, sino sentir que estás aportando algo más. Por eso en Leather Heart se confecciona con textiles reciclados y esto lo hacen mujeres de sectores vulnerables. Además, la venta permite hacer aportes a diferentes ONG´s.


    ¿Y cómo pudieron ver dónde estaba la oportunidad y cómo los recibió el mercado?
    Para explicarte tengo que ir un poquito más hacia atrás. Antes de crear Leather Heart se tenía otra empresa que se llamaba Group Classic. Esta operaba como un intermediario en la venta de ropa de segunda mano que tuviera buena calidad. Los especialistas nos indicaron que era muy bueno el proyecto, pero ¿qué tal si se agrega una arista social? Entonces pensamos que la ropa de segunda mano que no cumpliera con estándares para la venta podía usarse en hacer peluches y así nació la marca Leather Heart. Gustó tanto que tuvo muchísima más fuerza que el primer emprendimiento. ¿Qué necesita un negocio para ser calificado como empresa B? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo seguir? Si lo ves en la perspectiva de me voy a certificar como empresa B porque eso va a generar un mayor flujo de ingresos, te diría que lo no veas así. Eso tiene que nacer directamente de las personas que conforman el negocio y sus valores. Genuinamente. De que sea real ese pensamiento de que me interesa cómo estoy afectando a la sociedad y al medio ambiente con mi empresa. Pensar en lo que estamos haciendo con nuestro producto, con nuestro servicio. ¿Cómo se están llevando a cabo nuestros procesos en nuestros proveedores? ¿De dónde viene la materia que ellos utilizan y cómo la trabajan? Hoy en día nos hemos diversificado, y de los peluches pasamos a tener también productos decorativos.

    Entrevista a Javier Solórzano

    Los millenials y centenials, de cara a la sostenibilidad

    Mientras se comenzaba a hablar y discutir acerca del mundo que heredarán las próximas generaciones, e incluso proponer metas para alinear a la humanidad en un nuevo milenio, una gran masa de infantes fue creciendo absorbiendo esas ideas. Hoy en día esos ¨millenials¨ y ¨centenials¨ son adultos, muchos han formado hogares, son independientes, escalan posiciones en las empresas y tienen criterios propios de alguna manera han estado influenciados por los elementos de la sostenibilidad.
    En la entrevista con Luis Maturén, experto en investigación de mercados y CEO de Datos Group en Venezuela y en Centroamérica, tratamos de dilucidar qué tanto sentido tiene hablar de sostenibilidad en nuestro país. Durante más de 20 años ha estado monitoreando el comportamiento del venezolano y de las empresas en lo referente a la responsabilidad social y sus temas afines.


    ¿Hay presencia de sostenibilidad en la evolución del mercado venezolano o éste es muy ajeno a ese tema?
    Efectivamente, en Venezuela se refleja un crecimiento no tan marcado como lo hay en otras regiones. Quizás las prioridades aquí son otras y muchas veces el foco es poder llevar adelante el negocio y el tema de sostenibilidad puede quedar un poco un lado. Pero lo sorprendente es que aún en la situación que se vive en el país, un grupo importante de empresas venezolanas apuestan por la sostenibilidad, por ayudar a algo diferente, que es la definición de propósito cuando sirves a algo distinto de ti mismo. ¿El propósito es algo que suena a concepto de moda, o es que lo estás viendo en las estadísticas de las investigaciones que ustedes constantemente están realizando? Sí. Ahora las empresas necesitan una legitimidad social para trabajar ¿Qué quiere decir esto? Que necesitas que la sociedad te legitime y te permita operar. En Venezuela todavía no hemos llegado al nivel de que, por ejemplo, que te boicoteen y consideren que no eres una empresa socialmente responsable, pero estamos a la vuelta de la esquina. Las personas empiezan a usar redes sociales y crean matrices de opinión. E inclusive tu competencia podría hacerlo y tú vas a necesitar una tribu digital, unos aliados, una comunidad que te defienda ante cualquier ataque. ¿Entonces, qué es lo que ocurre? Una de las formas de poder construir esta sostenibilidad y crear esta tribu digital es tener un propósito, un ser para otros. es decir, ser para los colaboradores, para la comunidad, para los proveedores, para el medio ambiente, para la sociedad. No es tu beneficio, es qué aportas tú a cualquiera de estos grupos de interés.
    ¿Y cómo ves ese comportamiento a la luz de ese seguimiento que haces al consumidor?
    _De nuevo, no en la misma magnitud en la que lo hacen en otros países, pero más que hablar del consumidor, deberíamos hablar de la generación del milenio y la centenial, es decir, aquellos que nacieron desde 1985 en adelante. Son jóvenes que empiezan a tener posiciones de poder en las organizaciones. Se trata de generaciones que nacieron con una intención de dejar una huella en la humanidad; pero no para cambiar algo extraordinario, y sí para ir más allá del interés personal.

    Entrevista a Luis Maturén

    Un emprendimiento sostenible requiere formación

    Con el querer hacer y tener la buena intención no basta, si se carece del conocimiento de lo que realmente implica la sostenibilidad. Hace falta la formación, y de ello conversamos con Karen Borjas, promotora del diplomado de Sostenibilidad del IESA.
    ¿Qué motivación hay para estudiar y prepararse en ese campo?
    _ Para nuestra satisfacción, el resultado de esa formación es que todos los proyectos de quienes han cursado el diplomado de sostenibilidad son modelos totalmente ejecutables. Muchas veces el problema en cuanto a emprendimiento y sostenibilidad es que quizás las personas ven esto como cosas que se pueden hacer dentro de 5 años y no hoy, con los recursos que tienes. Y se preguntan ¿cuál es la rentabilidad actual en este momento? Por eso nuestro principal objetivo es ponerle números a estos temas de sostenibilidad y hacerlo tangible, mostrar que sí puede ser rentable.
    _ Pero no sólo se nos han acercado emprendedores. También los auditores y los departamentos de sostenibilidad. El avance con los criterios ESG y las nuevas regulaciones en Europa, por ejemplo, hace que la gente se interese mucho más en la sostenibilidad.

    Entrevista a Karen Borjas

    De lo sosteniblemente dicho, a lo sosteniblemente hecho

    Entrar en la discusión sobre sostenibilidad lleva muchas aristas y aunque su presencia no es nueva en la gestión empresarial, sí se ha visto un incremento del uso en el discurso económico, social y hasta político, dada la incidencia en la gobernanza de las ciudades, por no hablar de lo geopolítico. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y las tareas derivadas para cada uno de ellos, han entrado en los espacios de deliberación, regulación y fiscalización, así como de requerimientos obligatorios para acceder a fuentes de incentivos y recursos para el bienestar en todas sus manifestaciones, incluyendo el del medio ambiente pero mucho más allá de ese ámbito.

  • ¿Y qué pasa si no lo hacemos? La ética como instante clave en la comunicación corporativa

    En una institución de alto impacto en la opinión pública la Alta Dirección acaba de percatarse que se ha cometido, involuntariamente, un error que costará la vida de un ser humano por haberlo dejado abandonado en un sitio inhóspito. La DirCom de la misma está presente en el momento de esa revelación. Y ahora, ¿qué hacemos?

    Esta es una escena clave del film The  Martian: Bring him home (Ridley Scott, 2015) que ilustra claramente ese instante cuando la persona líder de las comunicaciones de una organización está en el deber de actuar firme y rápidamente, luego de tomar una decisión. Para no hacer spoiler a una película que tiene muchas lecturas interesantes en cuanto a comunicación, liderazgo y resiliencia personal, el desempeño de la funcionaria de alguna manera es el ejemplo de la intersección entre la ética, la reputación corporativa y la capacidad de ejercer, o no, influencia, en los Key Decision Makers de la organización.

    Tales dilemas forman parte del espacio de corresponsabilidad profesional interdisciplinaria que los comunicadores corporativos muchas veces hemos tenido que aprehender durante la marcha cuando hay que lidiar con una situación imprevista de impacto desbordado, descontrolado y magnificado. En pocas palabras, una crisis.

    Cuando hace cuatro años llegó el coronavirus a nuestras vidas y las empresas se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas y detenerse. La mayor parte de las mismas, no tenía previsto un plan para casos de tal magnitud según datos del Latin American Communication Monitor, LCM, en cuyo survey participan más de 1300 comunicadores corporativos de la región. Según sus resultados, los profesionales se vieron en la necesidad de proponer directrices y prácticas concretas para encarar el disruptivo momento, en aras de la sobrevivencia, con cada vez mayor tendencia a encarar desafíos propios de la Era digital.

    Es obvia la necesidad de controlar y mitigar posibles daños, reversibles o no, a la salud de la organización y esto puede conducir a dilemas o a buscar referentes para la toma de decisiones en las que subyace un aspecto moral. Los tipos de presiones o fuerzas que presionan directa o indirectamente las conocemos muy bien quienes hemos vivido esa experiencia, con una mezcla de contexto y de factores individuales. La sombra de la dependencia económica y los niveles de lealtad hacia propietarios o directivos de la empresa, pudieran incidir en acudir o no a recurrir a prácticas en materia de ComTech, con el uso de distintas herramientas, a veces con elementos de dudosa solvencia moral y credibilidad, según desde donde se le mire.

    Precisamente sobre este último tópico o dilema profundiza el estudio comparativo Desafíos Éticos de la Comunicación Digital publicado por el International Journal of Communication,( University of Southern California). La autoría corresponde al equipo de investigadores que representan las distintas regiones abarcadas por el Global Communication Monitor, de EUPRERA (incluyendo el LCM), con data proveniente de 52 países.

    La autodeterminación moral como brújula:

    El estudio revela un hallazgo crucial: la autodeterminación moral del comunicador corporativo es fundamental para navegar por los dilemas éticos. Más allá de los códigos de ética colegiados o corporativos, la capacidad individual de discernir entre lo correcto y lo incorrecto es la principal herramienta que poseen los profesionales para tomar decisiones responsables.

    Los investigadores sumaron al análisis otros elementos relevantes como el contraste de los resultados obtenidos con el Índice Internacional de Corrupción y con el Índice de Libertad de Prensa, para encontrar que, a diferencia de lo esperado, los profesionales que laboran en países con menor transparencia y solvencia moral, son más proclives a los temas éticos. La misma relación ocurre con el comportamiento en cuanto a la libre prensa. Interpretan esa tendencia como algo razonable ya que, según la explicación, después de todo, viven y trabajan en estos países podrían estar más sensibilizados hacia las prácticas poco éticas porque pueden observar dicho comportamiento más a menudo en su vida diaria y en sus entornos profesionales.

    Aunado a ello, el informe indica que factores como experiencia en roles decisores y edad sean predictores significativos en la identificación, o no, de dilemas éticos. No sería extraño entonces, por ejemplo, que para un joven que apenas acaba de abandonar el aula universitaria no vea problema alguno manipular algún algoritmo para que actúe a favor de aumentar la aceptación en la comunidad de un mensaje corporativo de buena voluntad.

    La necesidad de alfabetización crítica:

    En un contexto caracterizado por la sobreabundancia de información y herramientas digitales, la alfabetización crítica se posiciona como un elemento indispensable para los profesionales de la comunicación corporativa. Estos individuos deben poseer la capacidad de evaluar de manera exhaustiva las implicaciones éticas inherentes a las nuevas tecnologías, tales como los algoritmos y la inteligencia artificial, a fin de tomar decisiones responsables en su aplicación.

    El avance continuo de las innovaciones digitales, que desempeñan un papel central en lo que se ha denominado la Cuarta Revolución Industrial, aporta mayor complejidad al análisis reflexivo. La rápida proliferación de la inteligencia artificial generativa no permite un análisis pausado. Si bien resultaría más sencillo limitarse al ámbito corporativo y obviar las fuerzas y la complejidad del entorno, en la actualidad nos encontramos inmersos en un momento de compleja efervescencia geopolítica, marcado por la emergencia de liderazgos con inclinaciones autocráticas que cuestionan valores éticos fundamentales. Este es el marco en el que operan las empresas en sus diversos mercados, y aquellas que estén firmemente comprometidas con evolucionar, expandirse o simplemente subsistir se enfrentarán a dilemas éticos junto a sus partes interesadas, lo que demandará que el Director de Comunicación (DirCom) aborde estas cuestiones de manera efectiva.

    Una de las conclusiones relevantes del estudio es el llamado a fomentar una mayor conciencia ética a nivel individual, organizacional y profesional, y a fortalecer la formación en este ámbito, sin limitarse exclusivamente al dominio de habilidades técnicas. Los límites morales son esenciales para que los profesionales de las relaciones públicas no se vean subyugados por relaciones de poder u otros intereses. Es imperativo comprender los impactos de los algoritmos, el Big Data, la inteligencia artificial y todas aquellas cuestiones que planteen dilemas éticos a raíz de las decisiones adoptadas, especialmente en momentos de alta volatilidad, como durante situaciones de crisis.

  • ¿Cómo puede introducirse al estudiante universitario en la conversación global sobre la sostenibilidad?
    ¡Qué interesante es el intercambio de puntos de vista sobre la sostenibilidad entre estudiantes universitarios de diferentes casas de estudio! Y, más aún, si residen en ambos lados del Atlántico. 

    Gracias a la alianza entre la Universidad CEU San Pablo, Madrid, y la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, profesoras de las cátedras Gestión de Marcas y de Responsabilidad Social y Sostenibilidad, respectivamente, durante el año 2023 tuvimos la oportunidad de ejecutar un proyecto conjunto con nuestros estudiantes bajo la metodología COIL (Collaborative Online International Learning) (*). El desafío planteado fue concreto: los jóvenes debían integrarse en equipos de trabajo binacionales y crear una marca con propósito, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El hipotético negocio tendría que ser replicable, capaz de adaptarse tanto al entorno español y al venezolano.

    Durante varias semanas ambas docentes seguimos de cerca el intercambio entre jóvenes que no se conocían, que debían encarar sus diferencias culturales, agendas personales y compromisos de estudio, así como horarios distintos. Y la dinámica conversacional pudo progresar, aportándose uno y otro lado. Para algunos ya era familiar o al menos conocido, el significado de la responsabilidad social como elemento cada vez más relevante y dinámico en la gestión del vínculo entre las empresas y sus grupos de interés. Pero para otros no tanto, o casi nada. Así que entre los equipos se fue gestando un proceso particular de concebir negocios y su impacto en dimensiones más allá de la financiera o netamente comercial, como la social y la ambiental.

    La experiencia en si fue interesante, porque llevó a la práctica la vivencia de la globalidad y la multiculturalidad, característica relevante en el mundo laboral de hoy.

    Y también mostró cómo las personas, coordinadas e integradas, son capaces de crear y de proponer marcas que agreguen valor, así como de abordar retos intrínsecos a la Agenda 2030. Las profesoras observamos que hubo ingenio suficiente para identificar necesidades del consumidor y formular productos o servicios basados en la eco-eficiencia, con criterios de rentabilidad. Hubo propuestas en materia de moda inclusiva, por ejemplo, o de turismo con afición en deportes acuáticos con cuidado del ambiente.

    Vislumbro un amplio y enriquecedor campo de aprendizaje con este tipo de experiencias. Estas, aunadas a la disciplina del aula, pueden impulsar un tejido juvenil multicultural con visión de corresponsabilidad global y sostenibilidad. Algunas palabras de los estudiantes así lo reflejaron:

    ¨Ha sido una de las mejores prácticas que hemos hecho, ya que nos permitió trabajar con personas que por su cultura son diferentes a nosotros pero que a la vez tienen nuestros mismos intereses¨.

    ¨Esta experiencia me ayudó a conocer a nuevas personas, puntos de vista y rutinas. De la misma manera, me enseñó a convivir y a utilizar estrategias adecuadas para las condiciones de trabajo colaborativo¨

    ¨En un mundo cada vez más globalizado y consciente de los problemas sociales y ambientales, las empresas tienen un papel fundamental en la construcción de un futuro sostenible. Aprender sobre la responsabilidad social empresarial me permitió reflexionar sobre cómo las decisiones y acciones de las organizaciones pueden generar un impacto significativo en las comunidades en las que operan¨.

    De esta manera la comprensión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su incorporación a las estrategias de negocio, y más aún, la conexión con los criterios ESG deja de ser algo abstracto para pasar a lo práctico, y con tono de interculturalidad.

  • La RSE en el modelo del negocio

    ¿Cuál es el referente para identificar dónde se encuentra un negocio en materia de responsabilidad social?

    Cuando en una organización se requiere incursionar en esa dimensión o darle coherencia y estrategia a lo que ya se realiza, el modelo de Marvin y Googins (2004) permite situar el nivel de evolución en el tema. Incluso facilita la aproximación a un balance entre expectativas y el tipo de gestión a desarrollar.

    El origen o causa de la decisión de iniciar la ruta de la RSE probablemente no sea el que aparenta ser en un primer momento y puede subyacer una historia de epifanía o revelación divina a la persona que lidera la organización en la necesidad de corresponder a la sociedad y hacer el bien, una carencia reputacional o una estrategia comercial.  Puede ser factible, especialmente si se hurga en la historia de las empresas familiares, que la pérdida de un ser querido o la experiencia de la cercanía a la muerte sea la motivación para abanderar una causa o fundar una ONG bajo el paraguas corporativo.

    En ese caso estamos hablando del modelo clásico de la Responsabilidad Social, de orientación filantrópica, con la relación donante-beneficiario y con el explícito propósito de sumarse al espacio del bienactuar o goodwill. Indudablemente tiene efecto positivo en la reputación, ya sea personal o corporativa, amén del impacto en quien recibe la ayuda. Esto aplica tanto si la empresa gestiona su modelo de responsabilidad social con un enfoque propio, dirigido por una instancia interna o departamento especializado para tal fin, o si se apoya en una fundación, propia o aliada.

    Aunque ese modelo, propio de los niveles básicos en la gestión de la RSE aún abunda, ha ido evolucionando hacia otros enfoques. A partir del concepto de sostenibilidad, y posteriormente con la Teoría del Valor Compartido nacida en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (Kramer y Porter, 2011) la internalización del concepto de aportar a la sociedad desde lo que se sabe hacer, se fue extendiendo. La incorporación de todas las partes interesadas en la creación de valor a partir del eje productivo medular del negocio, representó una interesante transformación del tema y del capitalismo en sí mismo, con énfasis en la articulación de los distintos componentes de la cadena de producción, incluyendo el consumidor.

    El capitalismo de las partes interesadas o Stakeholder Capitalism (Schawb, 2021) es un modelo que propone una serie de principios empresariales para crear valor, con perspectiva de globalidad e integración. El fundador del Foro Económico Mundial lo lidera después de acuñar el término Cuarta Revolución Industrial para proponer una perspectiva de comprensión de la sociedad actual, en su dimensión socioproductiva. Y a raíz de la pandemia esa propuesta se ha fortalecido como eje del llamado ¨Gran Reinicio¨ (Great Reset), dentro del cual se promueven 4 pilares de acción y medición de impacto que deben estar presentes en todo negocio: gobernanza, sociedad, ambiente y pobreza.  A su vez, se conciben 4 grupos de interés clave (gobiernos, empresas, sociedad civil y comunidad internacional) y 4 objetivos centrales en cada uno de ellos: prosperidad, beneficios y creación de valor, propósito y paz.

    Existe coincidencia de ese modelo con el que los negocios desarrollan a partir de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) o ASG en español. Aunque ya existían, la COVID-19 aceleró su presencia. Ellos implican un avance en materia de sostenibilidad al tomar sus tres pilares (Ambiental, Social y Financiero) e incorporar activamente a los Consejos de Administración en el tema y muy especialmente instar la alineación de las compañías para la materialización de la sostenibilidad en la estrategia de negocio. El modelo ESG impulsa la elaboración de informes no financieros con capacidad de hacer evidente la veracidad de las prácticas que se realizan en esas tres áreas y contrarrestar el llamado ¨Greenwashing¨, así como visibilizar el retorno de la inversión en sostenibilidad y la gestión del riesgo de cara al cambio climático.

    La complejidad del levantamiento y procesamiento de los datos para tal tipo de reportes acentúa una faceta técnica especializada, dado el necesario rol de un auditor externo en el proceso. Las llamadas ¨Big Four¨, firmas de alcance global han estado abanderando la producción de contenidos y documentación que permita la comprensión del tema.

    Se trata de un paradigma que invita a los negocios a reinventarse y colocar en el centro de su estrategia el propósito de crear valor para la sociedad, para el accionista, para el medio ambiente, siendo además rentable. Que cada negocio se transforme, pueda medir su impacto y así rendir cuentas, en forma verificable o auditable, a la sociedad es el norte del reporte con criterios ESG. Y este tiene el cariz de cumplimiento de normativas tales como las establecidas por la Unión Europea y que revisten de obligatoriedad para las empresas de gran tamaño.

    Una variante afín es el Sistema B, orientado también a hacer que la buena voluntad sea negocio y que sea parte una nueva economía, a partir de la definición de un propósito, concretarlo y dar cuenta del mismo mediante la evidencia y la legitimidad. Una empresa B no se autodenomina así tiene que ser certificada como tal, es aquella que es evaluada según su impacto social y ambiental.

    Por tanto, el conocer estos conceptos es un punto de partida para conectar con la pregunta inicial, necesarios de abordar para tomar decisiones iniciales. Las rutas en materia de un comportamiento empresarial o corporativo responsable no son las mismas en cada modelo, ni son factibles de aplicar en todos los negocios. No obstante, en el fondo los distintos enfoques o esquemas se conectan de alguna u otra forma con el principal modelo global de gestión y operacionalización del bienestar para la toda la Humanidad. Nos referimos a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    Desde nuestra perspectiva, de acuerdo a la complejidad y al tipo de empresa, de su alcance, su contexto, su evolución, sus propósitos y sus posibilidades, lo más importante es transitar en el bienactuar y dar cuenta de cómo lo articula, porque la sociedad también avanza y exige más transparencia.

  • La ética y la comunicación son transversales en la reflexión corporativa post covid-19 

    En tiempos de alta complejidad e incertidumbre la ética se convierte en una necesidad de primer orden para las organizaciones, tanto como la comunicación. ambas son transversales en la gestión de cualquier organización. hay que tomar decisiones, ajustar procesos y comunicarlo.

    La ética y sus implicaciones emerge espontáneamente en las discusiones y espacios de encuentro y reflexión sobre los desafíos que ha dejado la pandemia.

    Así ocurrió en el encuentro ¨reinventar la comunicación empresarial en tiempos de pandemia¨ realizado a propósito de cumplirse dos años de haberse declarado la misma a causa de la Covid-19. allí participamos junto a empresarios, académicos y profesionales del área, con la organización dela Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, y en el contexto del LatinAmerican Communication Monitor (LCM) 2020-21.

    El llamado a la ética dibujó una especie de una espontánea intersección conceptual de los relatos sobre las vivencias, reflexiones y planteamientos de los distintos ponentes, entre ellos quien suscribe estas líneas. Empresarios, académicos, investigadores y profesionales coincidieron en señalar a la ética como una urgencia de primer orden a tener presente en el ámbito de las organizaciones, como parte de los aprendizajes tras la pandemia. ¿Por qué se hace tan contundente?  Un aspecto clave para entenderlo viene dado por el carácter estratégico que toman las decisiones y las posteriores acciones que afectan directamente a la comunidad interna de la organización (trabajadores o colaboradores) y a los clientes o consumidores.

    Ha quedado claro que en los momentos de crisis no es muy amplio el margen de maniobra, ni sobra el tiempo para actuar. Lo que has construido, o lo que no has robustecido en términos de relaciones con tus grupos de interés primarios y en tu cultura corporativa, se convierte en un saldo que deja expuesta tu fortaleza o tu vulnerabilidad, y que hace más o menos viable la ejecución de los cambios necesarios para adaptarse y sobrevivir, tal y como lo estuvieron realizando empresas que lograron surfear el tsunami pandémico. Por ejemplo, en el caso de Nestlé. Maria Cocho, presidenta de la filial venezolana fue enfática al exponer que el modelo de comunicación del negocio cambió y seguirá avanzando en esa nueva línea. Esa idea es coincidente con los resultados de las investigaciones exploratorias de nuestros estudiantes universitarios en los que se identifica una notoria tendencia a las transformaciones en los sistemas de comunicación  organizacional, como por ejemplo la creación de nuevos canales. Así lo refirió 75% de los encuestados por Payne y Pérez en su indagación sobre los cambios en las comunicaciones internas de las empresas durante la pandemia (2021).

    Ser un influencer corporativo estratégico y sus dilemas

    En un contexto volátil, dinámico y de alta complejidad, nos atrevemos a decir que el comunicador corporativo o DirCom se convierte involuntariamente en un ¨influencer¨ estratégico para la organización, ávido de combinar sus habilidades y conocimientos para lidiar con fuerzas centrífugas y centrípetas, propias de dinámicas y tiempos complejos, o incluso anticiparse a las mismas. Ese rol de doble cara implica que si estás en esa función te corresponde sentarte en la mesa con los decision makers para apoyarlos, acompañarlos u orientarlos. Y también estas conminado a actuar e inyectarle veloz marcha a un equipo de trabajo propio o interdepartamental para resolver asuntos operativamente y ejecutar tácticas con los stakeholders externos, ya sea consumidores, comunidades, gobiernos u opinión pública o con los internos, especialmente los trabajadores.

    Esta dualidad es el eje del modelo de comunicación de excelencia que sustenta teóricamente gran parte del LCM, el cual sitúa al DirCom como un actor altamente estratégico dentro del sistema organizacional. Y más aún en situaciones de alta incertidumbre. En estas se presentan dilemas de base moral, como los reflejados en el estudio en cuanto a ciertas prácticas en el ámbito digital que pudieran ser moralmente confusas o cuestionables, como por ejemplo el explotar datos personales, instar a los empleados a utilizar sus redes sociales o usar bots para generar métricas favorables. Hacerlo o no, es el dilema y ante ello el profesional venezolano al igual que el latinoamericano y el europeo, según lo refieren los resultados de esa consulta, apelan a sus códigos y convicciones personales. A nuestro juicio esto pareciera ser muy noble o ideal, sin embargo, esa toma de decisiones pudiera fundamentarse en creencias construidas sobre bases endebles derivadas de sesgos cognitivos y otros elementos de ruido que bien explican autores como Daniel Kahneman y Steven Pinker.

    La digitalización de la vida, desde lo estratégico hasta las acciones cotidianas, ha sido y es objeto de investigación, análisis y reflexión porque subyacen aspectos que quienes están en la responsabilidad de diseñar y ejecutar estrategias de comunicación no pueden ni deben pasar por alto.  Por un lado, tenemos una dimensión netamente técnica, operativa y otra dimensión de orden moral, reflexiva, aledaña a la responsabilidad y las decisiones en los propósitos del uso de datos y tecnologías.

    Juan Carlos Molleda, Alejandro Alvarez Nobell y Marco Herrera, profesores e investigadores del LCM,
    ética, INCERTIDUMBRE Y COMUNICACIÓN CORPORATIVA EN VENEZUELA

    Aquí entramos entonces al terreno de la ética en la gestión de la comunicación. Los datos del LCM en Venezuela no son muy diferentes al resto de la región latinoamericana, como bien lo resaltaron las voces que representaron al estudio en el encuentro anteriormente mencionado.

    Al preguntarse cuál es el referente ante un dilema ético, especialmente en el manejo de ese complejo panorama como lo es el universo digital, 51 % de la muestra manifiesta apelar en primer lugar a sus valores y creencias personales, en segundo lugar, a los códigos éticos de las asociaciones profesionales (43%) y en tercer lugar a las propias guías o directrices de las organizaciones en las que se trabaja (35%).

    Para comprender el contexto local vale mencionar que en Venezuela el confinamiento por Covid-19 sumó con creces al acumulado de situaciones imprevistas, críticas y de alto impacto colectivo que las organizaciones habían estado viviendo y resolviendo en los últimos años, como lo fueron el gran apagón nacional ocurrido en marzo del 2019, el desabastecimiento prolongado de combustible y de alimentos, o las masivas protestas de calle.

    El problema es que una vez más el entorno decantó en sorpresa y se evidenció la ausencia de planes y de iniciativas propias para el manejo de crisis, en lo que a comunicaciones se refiere, ya que 57% de las organizaciones se encontraba nada o muy escasamente preparada. Lo cual llama la atención porque lidiar con las emergencias y las crisis se ha convertido en práctica recurrente en la función de apoyo a las organizaciones en su carrera por la supervivencia y evolución, tanto como lo es el intentar estar a la par o en sintonía con tendencias globales.

    Los temas que despuntan en la gestión de la comunicación en Venezuela, según los resultados del LCM representan esa combinación de función operativa intrínseca al universo digital, y al mismo tiempo el rol apoyador a la alta dirección de una compañía. En ambos casos se presentan desafíos de índole ética, nada despreciables. La incertidumbre llegó para quedarse y los tomadores de decisiones requieren de más apoyo estratégico, ágil, conectado e informado, que pueda aportar valor en circunstancias de alta complejidad en las que una acción como por ejemplo un mensaje divulgado al personal puede favorecer o no el respaldo a una medida técnica extraordinaria, y asumir las responsabilidades por las consecuencias posibles. Se cumple allí la necesidad de estar conscientes de que ¨El mundo es un jardín de senderos que se bifurcan, en el que todas las decisiones nos conducen a una situación en la que nos enfrentamos a nuevas decisiones¨ (Pinker, 2021).

    Métricas globales (Edelman, 2021 y 2022) han mostrado que la población en el mundo demanda un liderazgo más empático y conectado, que de alguna manera entienda cuales son las inquietudes centrales que ocupan a las personas, como lo es por ejemplo el no perder sus fuentes de ingresos ni mermar la salud. En esa labor las empresas y sus lideres se sitúan como las principales fuentes de credibilidad y de esperanza. Razón de peso para acentuar ese rol estratégico del comunicador corporativo, por lo que el adquirir las competencias y habilidades que exige el universo digital y la Big Data es un plus indispensable, tanto como lo es el fortalecerse y actualizarse en el dominio de la esfera emocional y de la ética alineada con los desafíos contemporáneos, tal y como lo propone Nassin Taleb, desde la perspectiva del Cisne Negro, quien afirma que  ¨Estamos expuestos a lo improbable sólo si dejamos que este nos controle. Uno siempre controla lo que hace, hagamos pues de ello nuestro fin¨.

  • Ayudar desde la tecnología

    Programa especial 4to. aniversario

    (7 de febrero)

    En esta nueva celebración de Responsabilidad Social Hoy contamos con la presencia de Wingu. Una organización sin fines de lucro creada hace 14 años en Argentina, y actualmente con sede en Ciudad de Mexico y en Bogotá. Wingu utiliza la tecnología como herramienta de ayuda a aquellos que quieran potenciar sus proyectos y emprendimientos.

    En esta ocasión tuvimos el placer de poder charlar con la directora regional de Wingu, Daniela Carvajalino, la cual nos habló de la transformación digital con impacto social y las posibilidades que nos aporta.

    Está comentó que Wingu se propone a ayudar a otras ONG a surgir y sacar el mayor provecho de las herramientas tecnológicas. Siendo una especie de guía, a muy bajo costo, para aquellas organizaciones sociales que lo necesitaran.

    En el 2017 Wingu creó su propia teoría del cambio, con la cual la organización se rige y cree firmemente, creando un empoderamiento de las ciudadanías y las organizaciones sin fines de lucro. Según Carvajalino, el objetivo de Wingu “…está centrado en que las metodologías innovadoras se consoliden realmente como un catalizador estratégico para el cambio de América Latina. Nosotros creemos que la tecnología debe ser una herramienta que le permita al sector social crecer, fortalecerse y expandir su impacto”.

    Wingu logra su objetivo mediante capacitaciones, cursos, aplicaciones y sitios web, donde las organizaciones pueden aprender sobre su teoría del cambio y aplicarlas en su transformación. Un ejemplo de esto es SafariTech.

    A pesar de las barreras que existen en cuanto a tecnología en America Latina, Wingu trata de incorporar cada vez más la misma en el territorio.

    De igual manera, Carvajalino explica cómo aquellas personas que deseen aprender más sobre las herramientas que utiliza Wingu, pero no tienen una conectividad recurrente, pueden hacerlo de manera offline.

    Asimismo, es mencionado también el cómo en muchos países de America Latina la tecnología cívica es una forma de alzar la voz ante los problemas sociales, poder informarnos acerca de las políticas públicas, e informar de manera internacional lo que sucede en el contexto del país. Creando así, la tecnología, nuevos espacios de participación ciudadana.

    Por último, hablamos sobre El Festival de Innovación y tecnología social (FITS). Un festival donde distintas personalidades especializadas en tecnología, provenientes de America Latina,son reunidas para que se conecten y puedan compartir sus experiencias y enseñanzas con las diferentes ONG y personas interesadas en el tema.

    @Wingu