Xiomara Yamil Zambrano

Comunicación, responsabilidad social y sostenibilidad

  • ¿De qué hablamos cuando decimos sostenibilidad?

    El uso de este término suele asociarse inmediatamente al correcto comportamiento de las empresas y del ser humano con el medio ambiente, con alusiones a una moral y una praxis ecológica visible. En pocas palabras, ser lo más amigable posible con la vida y supervivencia del planeta. Quisimos explorar más allá de los deberes y tareas propuestas por la Organización de las Naciones Unidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además de revisar las aristas teóricas del tema y hemos dedicado minutos de Responsabilidad Social Hoy a conversar con especialistas, conocedores o practicantes de la sostenibilidad.

    Lo primero es lo primero: el compromiso con el futuro

    La definición de desarrollo sostenible no es nueva. La Organización de las Naciones Unidas a través del documento “Nuestro Futuro Común” (1987) –conocido también como Informe Brundtland– lo define como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones. Por tanto, la sostenibilidad es la gestión enfocada en principios y en el equilibrio entre los negocios, la sociedad y la vida del planeta para un ganar-ganar. Pero suele simplificarse el concepto con acción por el medio ambiente.
    Hicimos la pregunta a Yanet Rodríguez, experta en sostenibilidad y quien se inició en el tema desde sus primeros pasos como ingeniera y auditora.

    Cuando se dice sostenible se piensa en lo verde,¿ cierto?
    _ Si, suele haber confusión. La sostenibilidad es satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo a las generaciones futuras. Las empresas deberían estar incorporando a la economía ese equilibrio entre lo económico, lo ambiental y el bienestar social. Imagínate tres círculos y su intersección. Lo que pasa es que inicialmente cuando se lanzó el término sostenibilidad estaba asociado a buscar soluciones a los problemas derivados de la industrialización y su impacto en el medio ambiente.
    En las nuevas generaciones de emprendedores eso pareciera estar claro, pero ¿qué ocurre en aquellas empresas de muchos años y muy especialmente las familiares? Ellas pueden decir que hacer lo mismo de siempre sigue siendo rentable y que no tendría sentido asumir nuevos costos con la adopción de la sostenibilidad.
    _ Hay que reformularse, hay que restructurarse. Es más sencillo incorporar este tema en las empresas jóvenes, en aquellas que ya nacen con esa mentalidad porque saben que si no tienen una estrategia de sostenibilidad puede que no sobrevivan más de 5 años. Lo dicen las estadísticas. Mientras que en las otras empresas son sus nuevas generaciones quienes pueden promover tales cambios. Es asunto de una toma de conciencia de los directores y de los dueños de negocio incorporar la sostenibilidad.

    Entrevista a Yanet Rodríguez

    La sostenibilidad en la práctica: el caso Leather Heart

    En lo que respecta a sostenibilidad, la segunda letra del alfabeto pareciera tener más valor que ninguna otra porque cuando un negocio es certificado como ¨Empresa B¨ o B-Corp significa que esa buena voluntad de generar Triple Impacto está avalada, demostrada, aceptada. Y es rentable. La primera en obtener esa calificación internacional en Venezuela fue Leather Heart, la marca que se ha ido popularizando por la confección de osos de peluche a partir del reciclaje y la inclusión social en su cadena productiva. Conversamos con Javier Solórzano, miembro del staff gerencial.
    _ Nacimos en el 2018 y ya el 2019 obtuvimos la certificación de Empresa B. Nosotros ya teníamos estipulado como queríamos trabajar y queríamos que con la venta de nuestros productos se generara un impacto más allá de la compra del regalo, sino sentir que estás aportando algo más. Por eso en Leather Heart se confecciona con textiles reciclados y esto lo hacen mujeres de sectores vulnerables. Además, la venta permite hacer aportes a diferentes ONG´s.


    ¿Y cómo pudieron ver dónde estaba la oportunidad y cómo los recibió el mercado?
    Para explicarte tengo que ir un poquito más hacia atrás. Antes de crear Leather Heart se tenía otra empresa que se llamaba Group Classic. Esta operaba como un intermediario en la venta de ropa de segunda mano que tuviera buena calidad. Los especialistas nos indicaron que era muy bueno el proyecto, pero ¿qué tal si se agrega una arista social? Entonces pensamos que la ropa de segunda mano que no cumpliera con estándares para la venta podía usarse en hacer peluches y así nació la marca Leather Heart. Gustó tanto que tuvo muchísima más fuerza que el primer emprendimiento. ¿Qué necesita un negocio para ser calificado como empresa B? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo seguir? Si lo ves en la perspectiva de me voy a certificar como empresa B porque eso va a generar un mayor flujo de ingresos, te diría que lo no veas así. Eso tiene que nacer directamente de las personas que conforman el negocio y sus valores. Genuinamente. De que sea real ese pensamiento de que me interesa cómo estoy afectando a la sociedad y al medio ambiente con mi empresa. Pensar en lo que estamos haciendo con nuestro producto, con nuestro servicio. ¿Cómo se están llevando a cabo nuestros procesos en nuestros proveedores? ¿De dónde viene la materia que ellos utilizan y cómo la trabajan? Hoy en día nos hemos diversificado, y de los peluches pasamos a tener también productos decorativos.

    Entrevista a Javier Solórzano

    Los millenials y centenials, de cara a la sostenibilidad

    Mientras se comenzaba a hablar y discutir acerca del mundo que heredarán las próximas generaciones, e incluso proponer metas para alinear a la humanidad en un nuevo milenio, una gran masa de infantes fue creciendo absorbiendo esas ideas. Hoy en día esos ¨millenials¨ y ¨centenials¨ son adultos, muchos han formado hogares, son independientes, escalan posiciones en las empresas y tienen criterios propios de alguna manera han estado influenciados por los elementos de la sostenibilidad.
    En la entrevista con Luis Maturén, experto en investigación de mercados y CEO de Datos Group en Venezuela y en Centroamérica, tratamos de dilucidar qué tanto sentido tiene hablar de sostenibilidad en nuestro país. Durante más de 20 años ha estado monitoreando el comportamiento del venezolano y de las empresas en lo referente a la responsabilidad social y sus temas afines.


    ¿Hay presencia de sostenibilidad en la evolución del mercado venezolano o éste es muy ajeno a ese tema?
    Efectivamente, en Venezuela se refleja un crecimiento no tan marcado como lo hay en otras regiones. Quizás las prioridades aquí son otras y muchas veces el foco es poder llevar adelante el negocio y el tema de sostenibilidad puede quedar un poco un lado. Pero lo sorprendente es que aún en la situación que se vive en el país, un grupo importante de empresas venezolanas apuestan por la sostenibilidad, por ayudar a algo diferente, que es la definición de propósito cuando sirves a algo distinto de ti mismo. ¿El propósito es algo que suena a concepto de moda, o es que lo estás viendo en las estadísticas de las investigaciones que ustedes constantemente están realizando? Sí. Ahora las empresas necesitan una legitimidad social para trabajar ¿Qué quiere decir esto? Que necesitas que la sociedad te legitime y te permita operar. En Venezuela todavía no hemos llegado al nivel de que, por ejemplo, que te boicoteen y consideren que no eres una empresa socialmente responsable, pero estamos a la vuelta de la esquina. Las personas empiezan a usar redes sociales y crean matrices de opinión. E inclusive tu competencia podría hacerlo y tú vas a necesitar una tribu digital, unos aliados, una comunidad que te defienda ante cualquier ataque. ¿Entonces, qué es lo que ocurre? Una de las formas de poder construir esta sostenibilidad y crear esta tribu digital es tener un propósito, un ser para otros. es decir, ser para los colaboradores, para la comunidad, para los proveedores, para el medio ambiente, para la sociedad. No es tu beneficio, es qué aportas tú a cualquiera de estos grupos de interés.
    ¿Y cómo ves ese comportamiento a la luz de ese seguimiento que haces al consumidor?
    _De nuevo, no en la misma magnitud en la que lo hacen en otros países, pero más que hablar del consumidor, deberíamos hablar de la generación del milenio y la centenial, es decir, aquellos que nacieron desde 1985 en adelante. Son jóvenes que empiezan a tener posiciones de poder en las organizaciones. Se trata de generaciones que nacieron con una intención de dejar una huella en la humanidad; pero no para cambiar algo extraordinario, y sí para ir más allá del interés personal.

    Entrevista a Luis Maturén

    Un emprendimiento sostenible requiere formación

    Con el querer hacer y tener la buena intención no basta, si se carece del conocimiento de lo que realmente implica la sostenibilidad. Hace falta la formación, y de ello conversamos con Karen Borjas, promotora del diplomado de Sostenibilidad del IESA.
    ¿Qué motivación hay para estudiar y prepararse en ese campo?
    _ Para nuestra satisfacción, el resultado de esa formación es que todos los proyectos de quienes han cursado el diplomado de sostenibilidad son modelos totalmente ejecutables. Muchas veces el problema en cuanto a emprendimiento y sostenibilidad es que quizás las personas ven esto como cosas que se pueden hacer dentro de 5 años y no hoy, con los recursos que tienes. Y se preguntan ¿cuál es la rentabilidad actual en este momento? Por eso nuestro principal objetivo es ponerle números a estos temas de sostenibilidad y hacerlo tangible, mostrar que sí puede ser rentable.
    _ Pero no sólo se nos han acercado emprendedores. También los auditores y los departamentos de sostenibilidad. El avance con los criterios ESG y las nuevas regulaciones en Europa, por ejemplo, hace que la gente se interese mucho más en la sostenibilidad.

    Entrevista a Karen Borjas

    De lo sosteniblemente dicho, a lo sosteniblemente hecho

    Entrar en la discusión sobre sostenibilidad lleva muchas aristas y aunque su presencia no es nueva en la gestión empresarial, sí se ha visto un incremento del uso en el discurso económico, social y hasta político, dada la incidencia en la gobernanza de las ciudades, por no hablar de lo geopolítico. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y las tareas derivadas para cada uno de ellos, han entrado en los espacios de deliberación, regulación y fiscalización, así como de requerimientos obligatorios para acceder a fuentes de incentivos y recursos para el bienestar en todas sus manifestaciones, incluyendo el del medio ambiente pero mucho más allá de ese ámbito.

  • ¿Y qué pasa si no lo hacemos? La ética como instante clave en la comunicación corporativa

    En una institución de alto impacto en la opinión pública la Alta Dirección acaba de percatarse que se ha cometido, involuntariamente, un error que costará la vida de un ser humano por haberlo dejado abandonado en un sitio inhóspito. La DirCom de la misma está presente en el momento de esa revelación. Y ahora, ¿qué hacemos?

    Esta es una escena clave del film The  Martian: Bring him home (Ridley Scott, 2015) que ilustra claramente ese instante cuando la persona líder de las comunicaciones de una organización está en el deber de actuar firme y rápidamente, luego de tomar una decisión. Para no hacer spoiler a una película que tiene muchas lecturas interesantes en cuanto a comunicación, liderazgo y resiliencia personal, el desempeño de la funcionaria de alguna manera es el ejemplo de la intersección entre la ética, la reputación corporativa y la capacidad de ejercer, o no, influencia, en los Key Decision Makers de la organización.

    Tales dilemas forman parte del espacio de corresponsabilidad profesional interdisciplinaria que los comunicadores corporativos muchas veces hemos tenido que aprehender durante la marcha cuando hay que lidiar con una situación imprevista de impacto desbordado, descontrolado y magnificado. En pocas palabras, una crisis.

    Cuando hace cuatro años llegó el coronavirus a nuestras vidas y las empresas se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas y detenerse. La mayor parte de las mismas, no tenía previsto un plan para casos de tal magnitud según datos del Latin American Communication Monitor, LCM, en cuyo survey participan más de 1300 comunicadores corporativos de la región. Según sus resultados, los profesionales se vieron en la necesidad de proponer directrices y prácticas concretas para encarar el disruptivo momento, en aras de la sobrevivencia, con cada vez mayor tendencia a encarar desafíos propios de la Era digital.

    Es obvia la necesidad de controlar y mitigar posibles daños, reversibles o no, a la salud de la organización y esto puede conducir a dilemas o a buscar referentes para la toma de decisiones en las que subyace un aspecto moral. Los tipos de presiones o fuerzas que presionan directa o indirectamente las conocemos muy bien quienes hemos vivido esa experiencia, con una mezcla de contexto y de factores individuales. La sombra de la dependencia económica y los niveles de lealtad hacia propietarios o directivos de la empresa, pudieran incidir en acudir o no a recurrir a prácticas en materia de ComTech, con el uso de distintas herramientas, a veces con elementos de dudosa solvencia moral y credibilidad, según desde donde se le mire.

    Precisamente sobre este último tópico o dilema profundiza el estudio comparativo Desafíos Éticos de la Comunicación Digital publicado por el International Journal of Communication,( University of Southern California). La autoría corresponde al equipo de investigadores que representan las distintas regiones abarcadas por el Global Communication Monitor, de EUPRERA (incluyendo el LCM), con data proveniente de 52 países.

    La autodeterminación moral como brújula:

    El estudio revela un hallazgo crucial: la autodeterminación moral del comunicador corporativo es fundamental para navegar por los dilemas éticos. Más allá de los códigos de ética colegiados o corporativos, la capacidad individual de discernir entre lo correcto y lo incorrecto es la principal herramienta que poseen los profesionales para tomar decisiones responsables.

    Los investigadores sumaron al análisis otros elementos relevantes como el contraste de los resultados obtenidos con el Índice Internacional de Corrupción y con el Índice de Libertad de Prensa, para encontrar que, a diferencia de lo esperado, los profesionales que laboran en países con menor transparencia y solvencia moral, son más proclives a los temas éticos. La misma relación ocurre con el comportamiento en cuanto a la libre prensa. Interpretan esa tendencia como algo razonable ya que, según la explicación, después de todo, viven y trabajan en estos países podrían estar más sensibilizados hacia las prácticas poco éticas porque pueden observar dicho comportamiento más a menudo en su vida diaria y en sus entornos profesionales.

    Aunado a ello, el informe indica que factores como experiencia en roles decisores y edad sean predictores significativos en la identificación, o no, de dilemas éticos. No sería extraño entonces, por ejemplo, que para un joven que apenas acaba de abandonar el aula universitaria no vea problema alguno manipular algún algoritmo para que actúe a favor de aumentar la aceptación en la comunidad de un mensaje corporativo de buena voluntad.

    La necesidad de alfabetización crítica:

    En un contexto caracterizado por la sobreabundancia de información y herramientas digitales, la alfabetización crítica se posiciona como un elemento indispensable para los profesionales de la comunicación corporativa. Estos individuos deben poseer la capacidad de evaluar de manera exhaustiva las implicaciones éticas inherentes a las nuevas tecnologías, tales como los algoritmos y la inteligencia artificial, a fin de tomar decisiones responsables en su aplicación.

    El avance continuo de las innovaciones digitales, que desempeñan un papel central en lo que se ha denominado la Cuarta Revolución Industrial, aporta mayor complejidad al análisis reflexivo. La rápida proliferación de la inteligencia artificial generativa no permite un análisis pausado. Si bien resultaría más sencillo limitarse al ámbito corporativo y obviar las fuerzas y la complejidad del entorno, en la actualidad nos encontramos inmersos en un momento de compleja efervescencia geopolítica, marcado por la emergencia de liderazgos con inclinaciones autocráticas que cuestionan valores éticos fundamentales. Este es el marco en el que operan las empresas en sus diversos mercados, y aquellas que estén firmemente comprometidas con evolucionar, expandirse o simplemente subsistir se enfrentarán a dilemas éticos junto a sus partes interesadas, lo que demandará que el Director de Comunicación (DirCom) aborde estas cuestiones de manera efectiva.

    Una de las conclusiones relevantes del estudio es el llamado a fomentar una mayor conciencia ética a nivel individual, organizacional y profesional, y a fortalecer la formación en este ámbito, sin limitarse exclusivamente al dominio de habilidades técnicas. Los límites morales son esenciales para que los profesionales de las relaciones públicas no se vean subyugados por relaciones de poder u otros intereses. Es imperativo comprender los impactos de los algoritmos, el Big Data, la inteligencia artificial y todas aquellas cuestiones que planteen dilemas éticos a raíz de las decisiones adoptadas, especialmente en momentos de alta volatilidad, como durante situaciones de crisis.

  • La RSE en el modelo del negocio

    ¿Cuál es el referente para identificar dónde se encuentra un negocio en materia de responsabilidad social?

    Cuando en una organización se requiere incursionar en esa dimensión o darle coherencia y estrategia a lo que ya se realiza, el modelo de Marvin y Googins (2004) permite situar el nivel de evolución en el tema. Incluso facilita la aproximación a un balance entre expectativas y el tipo de gestión a desarrollar.

    El origen o causa de la decisión de iniciar la ruta de la RSE probablemente no sea el que aparenta ser en un primer momento y puede subyacer una historia de epifanía o revelación divina a la persona que lidera la organización en la necesidad de corresponder a la sociedad y hacer el bien, una carencia reputacional o una estrategia comercial.  Puede ser factible, especialmente si se hurga en la historia de las empresas familiares, que la pérdida de un ser querido o la experiencia de la cercanía a la muerte sea la motivación para abanderar una causa o fundar una ONG bajo el paraguas corporativo.

    En ese caso estamos hablando del modelo clásico de la Responsabilidad Social, de orientación filantrópica, con la relación donante-beneficiario y con el explícito propósito de sumarse al espacio del bienactuar o goodwill. Indudablemente tiene efecto positivo en la reputación, ya sea personal o corporativa, amén del impacto en quien recibe la ayuda. Esto aplica tanto si la empresa gestiona su modelo de responsabilidad social con un enfoque propio, dirigido por una instancia interna o departamento especializado para tal fin, o si se apoya en una fundación, propia o aliada.

    Aunque ese modelo, propio de los niveles básicos en la gestión de la RSE aún abunda, ha ido evolucionando hacia otros enfoques. A partir del concepto de sostenibilidad, y posteriormente con la Teoría del Valor Compartido nacida en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (Kramer y Porter, 2011) la internalización del concepto de aportar a la sociedad desde lo que se sabe hacer, se fue extendiendo. La incorporación de todas las partes interesadas en la creación de valor a partir del eje productivo medular del negocio, representó una interesante transformación del tema y del capitalismo en sí mismo, con énfasis en la articulación de los distintos componentes de la cadena de producción, incluyendo el consumidor.

    El capitalismo de las partes interesadas o Stakeholder Capitalism (Schawb, 2021) es un modelo que propone una serie de principios empresariales para crear valor, con perspectiva de globalidad e integración. El fundador del Foro Económico Mundial lo lidera después de acuñar el término Cuarta Revolución Industrial para proponer una perspectiva de comprensión de la sociedad actual, en su dimensión socioproductiva. Y a raíz de la pandemia esa propuesta se ha fortalecido como eje del llamado ¨Gran Reinicio¨ (Great Reset), dentro del cual se promueven 4 pilares de acción y medición de impacto que deben estar presentes en todo negocio: gobernanza, sociedad, ambiente y pobreza.  A su vez, se conciben 4 grupos de interés clave (gobiernos, empresas, sociedad civil y comunidad internacional) y 4 objetivos centrales en cada uno de ellos: prosperidad, beneficios y creación de valor, propósito y paz.

    Existe coincidencia de ese modelo con el que los negocios desarrollan a partir de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) o ASG en español. Aunque ya existían, la COVID-19 aceleró su presencia. Ellos implican un avance en materia de sostenibilidad al tomar sus tres pilares (Ambiental, Social y Financiero) e incorporar activamente a los Consejos de Administración en el tema y muy especialmente instar la alineación de las compañías para la materialización de la sostenibilidad en la estrategia de negocio. El modelo ESG impulsa la elaboración de informes no financieros con capacidad de hacer evidente la veracidad de las prácticas que se realizan en esas tres áreas y contrarrestar el llamado ¨Greenwashing¨, así como visibilizar el retorno de la inversión en sostenibilidad y la gestión del riesgo de cara al cambio climático.

    La complejidad del levantamiento y procesamiento de los datos para tal tipo de reportes acentúa una faceta técnica especializada, dado el necesario rol de un auditor externo en el proceso. Las llamadas ¨Big Four¨, firmas de alcance global han estado abanderando la producción de contenidos y documentación que permita la comprensión del tema.

    Se trata de un paradigma que invita a los negocios a reinventarse y colocar en el centro de su estrategia el propósito de crear valor para la sociedad, para el accionista, para el medio ambiente, siendo además rentable. Que cada negocio se transforme, pueda medir su impacto y así rendir cuentas, en forma verificable o auditable, a la sociedad es el norte del reporte con criterios ESG. Y este tiene el cariz de cumplimiento de normativas tales como las establecidas por la Unión Europea y que revisten de obligatoriedad para las empresas de gran tamaño.

    Una variante afín es el Sistema B, orientado también a hacer que la buena voluntad sea negocio y que sea parte una nueva economía, a partir de la definición de un propósito, concretarlo y dar cuenta del mismo mediante la evidencia y la legitimidad. Una empresa B no se autodenomina así tiene que ser certificada como tal, es aquella que es evaluada según su impacto social y ambiental.

    Por tanto, el conocer estos conceptos es un punto de partida para conectar con la pregunta inicial, necesarios de abordar para tomar decisiones iniciales. Las rutas en materia de un comportamiento empresarial o corporativo responsable no son las mismas en cada modelo, ni son factibles de aplicar en todos los negocios. No obstante, en el fondo los distintos enfoques o esquemas se conectan de alguna u otra forma con el principal modelo global de gestión y operacionalización del bienestar para la toda la Humanidad. Nos referimos a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    Desde nuestra perspectiva, de acuerdo a la complejidad y al tipo de empresa, de su alcance, su contexto, su evolución, sus propósitos y sus posibilidades, lo más importante es transitar en el bienactuar y dar cuenta de cómo lo articula, porque la sociedad también avanza y exige más transparencia.

  • La ética y la comunicación son transversales en la reflexión corporativa post covid-19 

    En tiempos de alta complejidad e incertidumbre la ética se convierte en una necesidad de primer orden para las organizaciones, tanto como la comunicación. ambas son transversales en la gestión de cualquier organización. hay que tomar decisiones, ajustar procesos y comunicarlo.

    La ética y sus implicaciones emerge espontáneamente en las discusiones y espacios de encuentro y reflexión sobre los desafíos que ha dejado la pandemia.

    Así ocurrió en el encuentro ¨reinventar la comunicación empresarial en tiempos de pandemia¨ realizado a propósito de cumplirse dos años de haberse declarado la misma a causa de la Covid-19. allí participamos junto a empresarios, académicos y profesionales del área, con la organización dela Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, y en el contexto del LatinAmerican Communication Monitor (LCM) 2020-21.

    El llamado a la ética dibujó una especie de una espontánea intersección conceptual de los relatos sobre las vivencias, reflexiones y planteamientos de los distintos ponentes, entre ellos quien suscribe estas líneas. Empresarios, académicos, investigadores y profesionales coincidieron en señalar a la ética como una urgencia de primer orden a tener presente en el ámbito de las organizaciones, como parte de los aprendizajes tras la pandemia. ¿Por qué se hace tan contundente?  Un aspecto clave para entenderlo viene dado por el carácter estratégico que toman las decisiones y las posteriores acciones que afectan directamente a la comunidad interna de la organización (trabajadores o colaboradores) y a los clientes o consumidores.

    Ha quedado claro que en los momentos de crisis no es muy amplio el margen de maniobra, ni sobra el tiempo para actuar. Lo que has construido, o lo que no has robustecido en términos de relaciones con tus grupos de interés primarios y en tu cultura corporativa, se convierte en un saldo que deja expuesta tu fortaleza o tu vulnerabilidad, y que hace más o menos viable la ejecución de los cambios necesarios para adaptarse y sobrevivir, tal y como lo estuvieron realizando empresas que lograron surfear el tsunami pandémico. Por ejemplo, en el caso de Nestlé. Maria Cocho, presidenta de la filial venezolana fue enfática al exponer que el modelo de comunicación del negocio cambió y seguirá avanzando en esa nueva línea. Esa idea es coincidente con los resultados de las investigaciones exploratorias de nuestros estudiantes universitarios en los que se identifica una notoria tendencia a las transformaciones en los sistemas de comunicación  organizacional, como por ejemplo la creación de nuevos canales. Así lo refirió 75% de los encuestados por Payne y Pérez en su indagación sobre los cambios en las comunicaciones internas de las empresas durante la pandemia (2021).

    Ser un influencer corporativo estratégico y sus dilemas

    En un contexto volátil, dinámico y de alta complejidad, nos atrevemos a decir que el comunicador corporativo o DirCom se convierte involuntariamente en un ¨influencer¨ estratégico para la organización, ávido de combinar sus habilidades y conocimientos para lidiar con fuerzas centrífugas y centrípetas, propias de dinámicas y tiempos complejos, o incluso anticiparse a las mismas. Ese rol de doble cara implica que si estás en esa función te corresponde sentarte en la mesa con los decision makers para apoyarlos, acompañarlos u orientarlos. Y también estas conminado a actuar e inyectarle veloz marcha a un equipo de trabajo propio o interdepartamental para resolver asuntos operativamente y ejecutar tácticas con los stakeholders externos, ya sea consumidores, comunidades, gobiernos u opinión pública o con los internos, especialmente los trabajadores.

    Esta dualidad es el eje del modelo de comunicación de excelencia que sustenta teóricamente gran parte del LCM, el cual sitúa al DirCom como un actor altamente estratégico dentro del sistema organizacional. Y más aún en situaciones de alta incertidumbre. En estas se presentan dilemas de base moral, como los reflejados en el estudio en cuanto a ciertas prácticas en el ámbito digital que pudieran ser moralmente confusas o cuestionables, como por ejemplo el explotar datos personales, instar a los empleados a utilizar sus redes sociales o usar bots para generar métricas favorables. Hacerlo o no, es el dilema y ante ello el profesional venezolano al igual que el latinoamericano y el europeo, según lo refieren los resultados de esa consulta, apelan a sus códigos y convicciones personales. A nuestro juicio esto pareciera ser muy noble o ideal, sin embargo, esa toma de decisiones pudiera fundamentarse en creencias construidas sobre bases endebles derivadas de sesgos cognitivos y otros elementos de ruido que bien explican autores como Daniel Kahneman y Steven Pinker.

    La digitalización de la vida, desde lo estratégico hasta las acciones cotidianas, ha sido y es objeto de investigación, análisis y reflexión porque subyacen aspectos que quienes están en la responsabilidad de diseñar y ejecutar estrategias de comunicación no pueden ni deben pasar por alto.  Por un lado, tenemos una dimensión netamente técnica, operativa y otra dimensión de orden moral, reflexiva, aledaña a la responsabilidad y las decisiones en los propósitos del uso de datos y tecnologías.

    Juan Carlos Molleda, Alejandro Alvarez Nobell y Marco Herrera, profesores e investigadores del LCM,
    ética, INCERTIDUMBRE Y COMUNICACIÓN CORPORATIVA EN VENEZUELA

    Aquí entramos entonces al terreno de la ética en la gestión de la comunicación. Los datos del LCM en Venezuela no son muy diferentes al resto de la región latinoamericana, como bien lo resaltaron las voces que representaron al estudio en el encuentro anteriormente mencionado.

    Al preguntarse cuál es el referente ante un dilema ético, especialmente en el manejo de ese complejo panorama como lo es el universo digital, 51 % de la muestra manifiesta apelar en primer lugar a sus valores y creencias personales, en segundo lugar, a los códigos éticos de las asociaciones profesionales (43%) y en tercer lugar a las propias guías o directrices de las organizaciones en las que se trabaja (35%).

    Para comprender el contexto local vale mencionar que en Venezuela el confinamiento por Covid-19 sumó con creces al acumulado de situaciones imprevistas, críticas y de alto impacto colectivo que las organizaciones habían estado viviendo y resolviendo en los últimos años, como lo fueron el gran apagón nacional ocurrido en marzo del 2019, el desabastecimiento prolongado de combustible y de alimentos, o las masivas protestas de calle.

    El problema es que una vez más el entorno decantó en sorpresa y se evidenció la ausencia de planes y de iniciativas propias para el manejo de crisis, en lo que a comunicaciones se refiere, ya que 57% de las organizaciones se encontraba nada o muy escasamente preparada. Lo cual llama la atención porque lidiar con las emergencias y las crisis se ha convertido en práctica recurrente en la función de apoyo a las organizaciones en su carrera por la supervivencia y evolución, tanto como lo es el intentar estar a la par o en sintonía con tendencias globales.

    Los temas que despuntan en la gestión de la comunicación en Venezuela, según los resultados del LCM representan esa combinación de función operativa intrínseca al universo digital, y al mismo tiempo el rol apoyador a la alta dirección de una compañía. En ambos casos se presentan desafíos de índole ética, nada despreciables. La incertidumbre llegó para quedarse y los tomadores de decisiones requieren de más apoyo estratégico, ágil, conectado e informado, que pueda aportar valor en circunstancias de alta complejidad en las que una acción como por ejemplo un mensaje divulgado al personal puede favorecer o no el respaldo a una medida técnica extraordinaria, y asumir las responsabilidades por las consecuencias posibles. Se cumple allí la necesidad de estar conscientes de que ¨El mundo es un jardín de senderos que se bifurcan, en el que todas las decisiones nos conducen a una situación en la que nos enfrentamos a nuevas decisiones¨ (Pinker, 2021).

    Métricas globales (Edelman, 2021 y 2022) han mostrado que la población en el mundo demanda un liderazgo más empático y conectado, que de alguna manera entienda cuales son las inquietudes centrales que ocupan a las personas, como lo es por ejemplo el no perder sus fuentes de ingresos ni mermar la salud. En esa labor las empresas y sus lideres se sitúan como las principales fuentes de credibilidad y de esperanza. Razón de peso para acentuar ese rol estratégico del comunicador corporativo, por lo que el adquirir las competencias y habilidades que exige el universo digital y la Big Data es un plus indispensable, tanto como lo es el fortalecerse y actualizarse en el dominio de la esfera emocional y de la ética alineada con los desafíos contemporáneos, tal y como lo propone Nassin Taleb, desde la perspectiva del Cisne Negro, quien afirma que  ¨Estamos expuestos a lo improbable sólo si dejamos que este nos controle. Uno siempre controla lo que hace, hagamos pues de ello nuestro fin¨.

  • La pandemia: Tiempo para líderes socialmente responsables

    (Artículo ganador del Premio del Periodista Venamcham 2021, categoría Responsabilidad Social)

    Versión Podcast

    ¿Y qué pasa si una pequeña mariposa bate sus alas en un lugar del planeta en forma de virus…?

    La pandemia de Covid-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2 no ha terminado. Y ya sabemos que quedará para la historia como una situación que evidenció la complejidad que signa a la humanidad en la primera parte del Siglo XXI. El confinamiento global avizoró, desde su inicio, un impacto con una magnitud sin precedentes. No fue exagerada la declaración de una líder como Angela Merkel el 18 de marzo de 2020 cuando comparó la similitud que representaba ese desafío con la Segunda Guerra Mundial, cuyo entramado de implicaciones y múltiples consecuencias derivó en profundos cambios. Uno interesante por lo visible y contundente ha sido la emergencia de nuevas formas de liderazgo.
    Pensadores contemporáneos como Noah Yuval Harari, Byun Chung-Hang, Edgard Morin han estado advirtiendo o identificando fuerzas opuestas que hacen de este macroproceso un espacio complejo. Se suscitan grandes saltos hacia adelante en la humanidad como por ejemplo, el rápido desarrollo de vacunas para combatir al enemigo, y por otro lado se dan retrocesos contundentes en materia de democracia y libertades individuales, dado el riesgo de nuevos sistemas de control sobre el individuo. Un brote dictaduras digitales amparadas en la Big Data aunado a líderes con inclinaciones totalitarias. También es tiempo que acentúa desigualdades: el privilegio de quien puede resguardarse accediendo al teletrabajo desde casa versus la imperiosa necesidad del trabajador independiente de salir a la calle a ganarse el pan, bajo riesgo de contagio.


    Desde el surgimiento de las primeras reflexiones hasta el presente, para el momento de escribir este artículo tales autores y otros más han insistido en que el Covid ha sido un catalizador del deterioro de la salud mental y de la convivencia humana. Coinciden en invocar lo imprescindible de la cooperación, el entendimiento y el acuerdo. Humberto Maturana, recientemente fallecido, además del valioso legado científico e intelectual insistía en que debíamos “darnos cuenta que somos humanidad, no somos seres aislados, por lo tanto tal vez nos pueda inspirar a un vivir de conversaciones para colaborar y en el deseo de convivir en forma honesta”.
    Claman por el aprender a vivir con la incertidumbre y comprender la interdependencia, la volatilidad, la velocidad de las dinámicas y de los cambios. Pero sobre todo la emergencia o potenciación de nuevos desafíos que como bien dice la investigadora y catedrática venezolana Carlota Pérez “El futuro no va a ser mantener o reconstruir un pasado, ya visto como inadecuado, sino diseñar un nuevo rumbo idóneo”.
    La banca multilateral, organismos internacionales e instituciones académicas han estado aportando conocimientos mediante el monitoreo y permanente análisis para aportar en la comprensión del problema, desde una perspectiva económica, manteniendo el acento de impacto de la pandemia en el ser humano y el comportamiento de los actores sociales.
    Y entre estos últimos se observa la progresiva voz del líder emergente que irrumpe y mitiga el protagonismo o el peso de los factores geopolíticos e intereses gubernamentales en la formulación, articulación o ejecución de soluciones para atenuar las consecuencias de la enfermedad, evitar su propagación o erradicarla. Se ha ido mostrando el rol de la empresa privada y del empresario como agente de cambio. Ya sea por la vía de la influencia directa de holdings familiares o multinacionales, de las alianzas o de la asociatividad gremial, el capital privado ha ido mostrando proactividad en la búsqueda y construcción de rutas posibles.
    Para ese contexto de apretada síntesis citamos la definición de Responsabilidad Social Empresarial que hicimos hace unos años: Es el acto voluntario, consciente y estratégico de una empresa, materializado en prácticas y fundamentalmente a través de la intersubjetividad, cuya consecuencia última es la trascendencia en el tiempo, con base en un esquema de ganancia compartida y de correspondencia ética con la sociedad.
    Esa noción es pertinente para este ejercicio de comprensión, por una parte, de la responsabilidad social en tiempos del Covid-19, y por otro lado, de la influencia e importancia de la gestión comunicacional, ya sea institucional o corporativa, producción de canales y contenidos o acción divulgativa como tal.

    Además de los pensadores o fuentes ya citadas en esa perspectiva es necesario incorporar la mirada que dejó el alemán Niklas Luhmann quien propuso la teoría de los sistemas sociales sobre la base de conceptos desarrollados por los chilenos Maturana y Varela, especialmente la autopoiesis o auto-eco-organización. En su planteamiento la comunicación es el gran hilo conductor y organizador de la sociedad, al punto de afirmar que “no pueden haber sociedades sin comunicación”.
    ¿Cuál es el desafío para la empresa? ¿Para el comunicador?¿Para el líder?¿ Para el ciudadano? Nos permitimos asomar o proponer entre algunos retos donde subyace la dimensión protagónica de la comunicación:

    La empresa se asienta como eje social en la nueva realidad

    Hay un proceso de recolocación o redimensionamiento del rol de la empresa como actor social de alto impacto en el proceso de re-equilibrio de la sociedad, con velocidad para adaptarse a los cambios y promoverlos. La propuesta de Klaus Schwab de un capitalismo de partes interesadas cobra fuerza, con ejemplos de nuevas coaliciones. Tan evidente es que el Banco Interamericano de Desarrollo anunció a principios del 2021 una alianza, única e histórica con 40 empresas globales y regionales para la recuperación de la región tras la pandemia, enfocada en el empoderamiento de la mujer, en fortalecer las cadenas de valor y en acelerar la digitalización.
    Los trabajadores o colaboradores se convierten en la prioridad número 1 de las empresas, y a su vez sus dirigentes (fundadores, jefes) empiezan a marcar huella como modelos de actuación y de aporte a la sociedad durante emergencias de este calibre. Serán la referencia de credibilidad de aquí en adelante sobre que la compañía haga o diga hacer. En el caso de Amazon Jeff Bezos fue uno de los primeros empresarios en Estados Unidos que asumió directamente la situación de una manera pública y muy franca. En un comunicado dirigido a los 800 mil trabajadores de su negocio dijo “esto va a ser duro, fuerte y se va a poner peor. Y vamos a contratar 100 mil personas más porque sabemos que mucha gente se está quedando sin empleo”.


    Los desafíos ante la pandemia

    No se trata sólo de corporaciones multinacionales. Basta con pensar en cualquier negocio cerca de casa, dentro de los rubros esenciales para analizar cuánto hizo o dejó de hacer en materia de suministro y servicios, especialmente en los primeros meses de la cuarentena. ¿Han estado presentes la solidaridad, el compromiso con clientes y la comunidad? ¿Otros valores?

    Las principales prácticas que las personas de negocios accionaron en los primeros días de la cuarentena se orientaron al apoyo de terceros -especialmente del sistema sanitario- con donaciones de insumos (caso Ron Santa Teresa con el alcohol), dinero, productos e incluso cambios en las líneas de producción para manufacturar artículos indispensables en la lucha contra el coronavirus. Por ejemplo, la empresa de cosméticos L’Óreal decidió fabricar geles desinfectantes. La cesión de conocimientos –específicamente patentes de equipos médicos- también ha signado la actuación empresarial, como por ejemplo, Medtronic.

    En Venezuela la respuesta de los empresarios los ha convertido en una especie de “héroes”, con circunstancias muy distintas a las de sus colegas en cualquier lugar del mundo. Así nos lo han referido entrevistados a nuestro programa ‘Responsabilidad Social Hoy” tales como Víctor Guédez, Charo Méndez, entre otros. Explican que hombres y mujeres de negocios o los nuevos emprendedores se han esmerado en que la empresa sobreviva u operar a pesar de innumerables dificultades como acceso a insumos, servicios públicos, traslado del personal, preservación de la bioseguridad y del bienestar emocional del equipo de trabajo. No todos lo han logrado a pesar de los esfuerzos de adaptación y así, de alguna manera, el ejercicio de la responsabilidad social ha retornado a lo básico. Pero está presente el interés en cuidar de su propia gente y en atender al consumidor.

    La voluntad del liderazgo empresarial venezolano de crear, canalizar o proponer soluciones desde la asociatividad y la cooperación se ha manifestado en este tiempo en acciones concretas. Por ejemplo, Fedecámaras con la propuesta de un plan nacional de vacunación en el que la empresa privada aporte desde su operatividad logística y recursos. O la organización e impulso -a través de la divulgación- que hace la Cámara de Comercio Venezolana Americana a las ONG’s que desde Estados Unidos se ocupan de brindar y canalizar asistencia humanitaria a la población.

    Abundan los ejemplos de la empresarialidad interconectada para sumar valor a la sociedad en esta pandemia. Venamcham ha sido un factor clave para la interrelación entre actores motivados a conocer o mejorar su acción social y se ha adaptado con nuevos formatos.

    Redimensionamiento del liderazgo

    Según el informe “Approaching the future 2021” para la identificación de tendencias, conducido por Corporate Excellence, la gestión de la incertidumbre así como el mayor escrutinio de los grupos de interés ha llevado a los profesionales latinoamericanos a revisar su rol de líder. Tan importante es para las organizaciones su adaptación a la nueva realidad creada como lo es el fomento de un modelo de liderazgo denominado socialmente responsable. Significa que del ejecutivismo inspirador y modelador de innovación se evoluciona hacia el concepto de sujeto consciente, sensible, responsable y empático, practicante de esa visión del otro como legítimo otro que acuñó Maturana junto a mayores destrezas en la toma de decisiones.
    Para 69,6 por ciento de los consultados en el citado estudio la pandemia ha cambiado su forma de liderar, independientemente del tamaño de la organización. En consulta propia a mandos gerenciales de empresas venezolanas quien suscribe ha notado la alusión a cambios personales de hombres y mujeres que se vieron en la necesidad de brindar soporte y orientación a sus equipos de trabajo en medio de la incertidumbre. Fortalecieron su propia resiliencia con las herramientas que ya tenían. Por ejemplo, 90.4 por ciento de los cuadros de mando de una empresa agroindustrial percibe que ha potenciado su ejercicio del liderazgo, y 80 por ciento no se siente sobrepasado por la emergencia.

    Los dilemas éticos para el comunicador

    Carmen Aristegui, periodista de CNN, indicaba en un foro durante los primeros meses del confinamiento que la pandemia estaba desnudando muchas cosas. Una de ellas era la desigualdad y la necesidad de darle voz a los sin voz.
    En el caso de la comunicación institucional o corporativa estos tiempos del Covid-19 han abierto espacio para la conjunción de fortalezas y debilidades del comunicador con sus dilemas personales en momentos de alta volatilidad. En los recientes resultados del Global Communication Monitor en Europa se identifica que el cultivo de la ética es un desafío creciente para los colegas de la comunicación organizacional y relaciones públicas del viejo continente. Sobre sus hombros lleva la responsabilidad de incidir y asesorar a los líderes de la organización y a su vez mediar en la interacción de la misma con sus grupos de interés. La pandemia hizo que por lo menos una vez al día surgiera un reto de tipo ético en 64.8 por ciento de los encuestados. No es de extrañar que así fuese, ante lo inédito de la situación y la urgencia de las empresas en actuar ante la crisis. Incluso, el DirCom, por el necesario nexo directo con el alto mando decisor de la organización se vio en la necesidad de ser proactivo e inducir a la acción corporativa hacia los stakeholders.

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    Refiere ese estudio que a mayor necesidad de desempeñar funciones de influencia, especialmente como agente externo, mayor la contundencia del desafío ético. El rol de consultor, asesor, coach o ejecutivo de cuenta 67,2 por ciento se vio en la necesidad encarar dilemas éticos, especialmente ante situaciones de complejidad. Un poco más que otras funciones más operativas. Ninguna estuvo exenta y aunque cada país tiene un contexto en particular que según las medidas de sus autoridades condujo a una mayor o menor intensidad del desafío.
    ¿Y qué hace el profesional ante los momentos complejos, inciertos y saturados de presión con alta carga moral? Apela por su espacio íntimo, configurado por sus valores y creencias personales (86, por ciento) como referente para las decisiones y consecuentes acciones. Y en menor instancia toma en cuenta tanto los códigos y reglamentos de la organización con la cual trabaja (76,5 por ciento) como las pautas dictadas por una instancia colegiada a la cual pertenece (57,5 por ciento). Será interesante contrastar tal realidad europea frente a la latina cuando próximamente dispongamos de los resultados del LCM 2020-21.
    ¿Es tiempo de hablar de responsabilidad global?
    Los cambios ocurren aunque no puedan verse con claridad, aún. La tormenta sigue en curso, con variantes, con movimientos pro y contra vacunación, con actores emergentes en la economía y en la composición social de las minorías. Pero el ciudadano no queda fuera de juego. De sus competencias o de su dominio de la esfera digital se expanden las posibilidades de hacer virales contenidos y asuntos, de amplio alcance y multiplicación de conductas tanto para hacer el bien como hacer daño. Y puede suceder incluso en entornos con menores facilidades de conexión.
    Así que comunicando con o sin mediatización digital hay consecuencias en el otro por lo que hago o dejo de hacer en situaciones de incertidumbre. Esa es la esfera de la RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL
    Y también hay implicación sistémica en la toma de decisiones y acciones de cualquier actor social que como agente de cambio lidera pequeñas o grandes transformaciones. Lo que se hace o se deja hacer o decir en un punto del planeta puede impactar al mundo entero: es RESPONSABILIDAD GLOBAL, desde la metáfora del aleteo de la mariposa que identifica a la Teoría del Caos.
    Por: Xiomara Y. Zambrano
    @xiomarayamil

    La llamada "nueva realidad" causada por la pandemia también llega a la responsabilidad social empresarial, especialmente al liderazgo.
    Este trabajo publicado en Bussiness Venezuela No.383, Revista oficial de Venamcham).

  • El momento de la reinvención, o del “gran reinicio”, llegó para quedarse. Casi nadie en este planeta escapó al impacto del confinamiento masivo. Yo tampoco. Y decidí esforzarme para presentar el resultado hoy, 5 de diciembre, día de mi cumpleaños y a la vez día del profesor universitario en mi país, Venezuela.

    Quiero contar que como docente y comunicadora este tiempo acentuó mi viaje en la dimensión punto cero. Es decir, estando en casa pisé el acelerador en ese andar, sumándole reflexiones sobre el quehacer, la vocación y la “nueva realidad”.

    Yo había incursionado, sin prisa y sin pausa, en el uso de recursos digitales mucho, pero mucho antes del Covid-19. Me era familiar acudir eventualmente a la video conferencia para dar alguna clase cuando viajaba, para brindar coaching en forma remota a un joven migrante profesional, para resolver una reunión de equipo; o bien para liderar el desarrollo de una comunidad virtual regional. Pero eran opciones dentro de una agenda abundante de presencialidad. Ahora la vida en línea se instaló como imprescindible, catalizando transformaciones.

    He aquí el giro de este sitio web, con su nuevo dominio punto com. De blog que divulga contenido útil o de interés sobre los actores sociales, desde una perspectiva académica y técnica, ahora pasa a ser una plataforma integral en responsabilidad social, comunicación y liderazgo de sí. Desde mi identidad como profesional Senior, este espacio pretende conversar y a la vez dar apoyo, a personas y organizaciones que protagonizan transformaciones: los activistas, estudiantes, emprendedores, profesionales con propósito, empresarios y el ciudadano consciente. Son agentes de cambio.

    Si eres ese lector que frecuentaste el blog, podrás seguir consultando los contenidos sobre actores sociales que durante cinco años lo caracterizaron y se mantienen, sumándole más conocimientos, análisis, casos o reflexiones. Si te acercas por primera vez, te digo que el objetivo de este emprendimiento digital es proveer conocimientos, servicios y productos a personas, organizaciones sociales y empresas que necesitan la construcción de su propósito, potenciar su valor social y fortalecer la comunicación.

    Las tres “Tes” o esferas de apoyo

    En esta evolución se interconectan tres nodos de servicios: Te enseño, te asesoro y te acompaño. Por razones metodológicas y prácticas, están separados, pero perfectamente pueden interconectarse de acuerdo a las necesidades propias de cada persona.

    Al decir Te enseño te hablo de mi aula virtual, a tu disposición. Con este servicio establezco contigo el compromiso de guiarte, proveerte, o canalizar los conocimientos que requieras, identificando primero el real objetivo pedagógico. Aún tratándose de herramientas prácticas, funcionales, tendrá un sello de enseñanza con profundidad e impacto cogsnocitivo. Vale tanto para quien se acerque con un objetivo individual – como la necesidad de fortalecer una competencia profesional o tutoría para resolver un tema académico- o un objetivo grupal, cuando se trata de organizaciones.

    Con la esfera Te asesoro me presto a servir como consultora y apoyar con el desarrollo de proyectos o soluciones puntuales. Ha sido fructífero el aprendizaje en la larga experiencia junto a quienes toman decisiones en las organizaciones, como los CEO y mandos medios de empresas nacionales, multinacionales y organizaciones empresariales sin fines de lucro (gremios, asociaciones civiles o patronales).

    Y la tercera es Te acompaño. El ejercicio del coaching y la mentoría significa estar allí, activamente presentes, conversando, enfocados en aquello que necesitas transformar en ti, en el equipo o en la organización.

    También más allá de las Tres Tes esta plataforma ofrece contenidos y herramientas descargables (*) de tipo informativo, instruccional, orientador, de profundidad, análisis o tips; y la conexión con productos multimedia de origen externo, propio o de terceros con quienes me vinculo como Fedecámaras Radio o el LatinAmerican Communication Monitor.  

    El desarrollo de este emprendimiento en línea, para que crezca y se fortalezca tiene como fin además ser sostenible. Te enviaré un presupuesto. Primero debes hacer click aquí, detallando lo que necesitas. Te ofrezco una primera sesión gratuita para conversar y precisar.

    Con este relanzamiento o gran reinicio personal concluyo meses de trabajo dedicados a la evaluación, la reflexión, estudio de herramientas, testeos, elaboración y pruebas de cada detalle de este sitio. Ha sido una labor individual en casi en 100%. Pero no toda. Mi agradecimiento total a tres emprendedores ampliamente conocedores del quehacer digital por su apoyo técnico y sus orientaciones Yelitza Zambrano, Maria Lorena Zambrano y Carlos Muñoz.

    La síntesis de esta nueva etapa es: aportar a tu Propósito. Desde aquí te apoyo en tu crecimiento como persona, profesional, activista o líder organizacional una ruta que cada vez con mayor fuerza se harán presentes en la vida actual: la integración de lo que el mundo necesita con lo que te apasiona a partir de aquello en lo que eres bueno.

    (*) próximamente

    He acudido a Xiomara en momentos muy puntuales, tanto en lo personal, como en lo profesional. En todas esas oportunidades, sus palabras, sus consejos y su acompañamiento han sido de gran ayuda para mi. Siempre muy acertada. Firme cuando tiene que ser firme, pero con mucho respeto y profesionalismo»
    Yajaira, líder ONG


  • ¿Cómo hacer responsabilidad social en las empresas?

    Una vez que en una organización se toma la decisión de querer hacer el bien o de incorporar algún tipo de acción social al portafolio de prácticas, surge la inquietud: ¿Cómo implementar responsabilidad social en la empresa?

    Si eres el responsable directo o formas parte del equipo que debe resolver esa necesidad, es profesional asumir una postura técnica y calmar las emociones e ilusiones que suelen acompañar esas decisiones.
    La búsqueda de una respuesta acertada es, para mis estudiantes, la vivencia clave de lo que ese tema implica en una organización. Sólo desde la práctica se puede comprender y aprender, en una organización a partir de un proceso racional y sistemático. Y permanente introspección. Lo mismo ocurre en una compañía: para entender bien su implicación, el alcance y la capacidad de activar o impulsar cambios sociales, sólo se obtiene con la puesta en marcha de una iniciativa de impacto.
    En primer lugar, antes de realizar un proyecto de responsabilidad social es necesario hacerse ciertas preguntas que conduzcan a una reflexión y a la precisión de ciertos aspectos. Algunas de ellas son:
    • ¿Qué necesito saber y para qué?
    • ¿Cuál es la mejor vía?
    • ¿Cuáles son las expectativas?
    • ¿Quién lo pide? ¿Por qué ahora?
    • ¿De cuánto tiempo disponemos para ver resultados?
    Hay que diferenciar además si se trata de un proyecto para definir la base conceptual de la responsabilidad social de la organización, su plan estratégico completo, o si se trata de un programa o iniciativa puntual para un día o momento específico. Son dos caras muy distintas para empezar a aplicar la responsabilidad social en una empresa.

    Las rutas y los pasos en la responsabilidad social
    Existen dos rutas, llamadas Analítica y De Oportunidad.
    En la primera abunda el análisis, la evaluación, el diagnóstico, vinculación con los asuntos regulatorios. Es un trabajo muy racional porque hay una necesidad de acoplar la responsabilidad social con las líneas estratégicas del negocio. Lo podemos hallar claramente en cualquier multinacional que cotice en la Bolsa de Valores.
    En la segunda se observa una clara trayectoria filantrópica familiar, liderazgo motivado y espontaneidad. Es usual en las PyME e incluso en las llamadas empresas multilatinas.
    No son rutas excluyentes. En la práctica como consultora he aprendido que el origen de una u otra signa el sendero del proyecto, el enfoque a seguir y las coaliciones a propiciar o considerar.
    Algo que también tienes que saber, además de optar por una de estas vías, es bajo cuál modalidad de gestión de la responsabilidad social será más adecuado el proyecto a desarrollar.
    Cuando se parte desde cero en la ejecución de la responsabilidad social empresarial, es pertinente tomar en cuenta un esquema de actuación empresarial, con 12 pasos. He comprobado que si se quiere establecer una estrategia seria en la materia, no se puede andar de prisa, improvisando a capricho, ni obviando etapas. La sistematización y el foco deben ir de la mano.

    Pasos para la responsabilidad social en la empresa


    En ese modelo es necesario identificar una fase diagnóstico, con suficientes insumos para la acertada evaluación de opciones y la toma de decisiones. La definición del área temática representa un momento clave, porque se trata de precisar el problema social a abordar, para luego proponer una solución. Se debe utilizar una metodología confiable, que incluya investigación, faceta puede ser delegada a un tercero con experiencia en el campo.
    Los datos sistematizadamente recopilados te permitirán tomar decisiones o sugerir acciones, sobre la base de evidencias concretas, y no de caprichos.
    Una metodología que suelo usar en mis proyectos y enseñar a mis estudiantes es el árbol del problema. Bien sembrado, te permite estudiar con detalle eso que creemos puede ser el asunto social donde la empresa va a involucrarse. Un ejemplo de ello es Incremento de la desnutrición en la población infantil en … (define tú el nombre de la localidad)
    Te darás cuenta que mientras más avanzas en el desarrollo del modelo para ejecutar la responsabilidad social en la empresa, más preguntan surgen. Es normal que ocurra, porque estamos trabajando en la esfera de la transformación social. Bien llevado, agregará valor y elementos de trascendencia a la organización. Entre algunas de esas interrogantes se encuentran: ¿Cuál es el problema a resolver? ¿Quiénes son los involucrados? ¿Cuál será el papel de la organización líder?

    A la etapa de diagnóstico le sigue la ejecución, teniendo en cuenta los pasos referentes a los aspectos administrativos, procedimentales y comunicacionales.
    Como todo buen proyecto, para su evaluación y su factibilidad se utiliza un marco lógico. El criterio racional y el soporte de evidencias son primordiales, cuidando además asignar un tiempo a una prueba piloto que permita correctivos y ajustes definitivos, antes de replicarlo o convertirlo en un programa bandera o protagónico en la organización.

    En el siguiente video encontrarás 5 Tips para desarrollar un proyecto de Responsabilidad Social

    La sistematización del proceso será un aprendizaje que aportará significados a la política y filosofía de responsabilidad social de la organización y enriquecimiento a su sistema de valores.

    Si quieres estudiar más sobre cómo implementar la responsabilidad social en una empresa y si necesitas acompañamiento (coaching) o asesoría técnica en esta materia, puedo apoyarte. Contáctame y te diré cómo.

  • Al ver la reciente publicación del Cuaderno de Reflexión No.15, mi mente viaja a 2004, al corazón de la investigación que lo originó. Quiero expresar mi profunda gratitud a Cedice Libertad por esta invaluable oportunidad en ocasión de sus 40 años y, sobre todo, por ser la plataforma que, desde mis inicios como pasante en 1987, me forjó en los principios del libre mercado, la ética y la responsabilidad individual. Este trabajo es también un tributo a la visión y el valor de los más de 20 hombres y mujeres que entrevisté en ese entonces, muchos de los cuales ya no nos acompañan físicamente, especialmente nuestro querido profesor Emeterio Gómez. Recuerdo con especial aprecio no solo sus testimonios formales, sino también aquellas profundas y esclarecedoras conversaciones que se suscitaban al apagar la grabadora, donde la sabiduría de la experiencia empresarial y cívica se compartía sin filtros, dejando una huella indeleble en mi formación profesional y personal.

    La aparición de la edición conmemorativa del Cuaderno de Reflexión Nro 15: «CEDICE: Más de Dos Décadas por la Libertad», en el marco de la celebración de los 40 años de actividad ininterrumpida de Cedice Libertad (1984-2024), es un acto de justicia histórica y una invitación urgente a la reflexión.
    Este trabajo, producto de una investigación que realicé inicialmente en 2004 para el 20 aniversario de la institución, ve la luz dos décadas después, lo cual es significativo. Su publicación tardía es un recordatorio de que las ideas, especialmente aquellas de la libertad, a menudo deben esperar el momento coyuntural para retumbar con la fuerza necesaria
    Mi conexión con esta organización va más allá de la investigación: me formé en sus aulas de debate. Inicié mis pasos en el periodismo económico a través del programa de pasantes universitarios de Cedice entre 1987 y 1988. Posteriormente, mi vínculo se consolidó como colaboradora y, muy especialmente, al realizar mi tesis doctoral bajo la guía y tutoría del recordado y querido profesor Emeterio Gómez en el Centro de Ética y Ciudadanía Corporativa4. Hoy, como docente, consultora e investigadora encuentro en este documento la vigencia ineludible de los principios que defiendo: la iniciativa individual, la ética y la economía de libre mercado como pilares de desarrollo. .
    El Cuaderno Nro 15, que expone la historia y evolución de Cedice, es más que una memoria; es un manual de resistencia intelectual para todos los profesionales, empresarios y estudiantes que buscamos un mejor futuro para Venezuela.

    El Despertar de un país: La necesidad de la doctrina liberal
    El Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) no fue un accidente, sino una respuesta necesaria a una crisis de ideas. Su génesis se encuentra en la conmoción nacional posterior al viernes 18 de febrero de 1983, que obligó al país a «descubrir el sentido de la palabra ‘economía’».
    La Venezuela de entonces, acostumbrada a la renta petrolera y al intervencionismo, padecía un vacío intelectual notable. El mercado estaba dominado por la visión keynesiana del Estado como rector productivo, y era prácticamente imposible encontrar literatura que fortaleciera el valor de la empresa privada y la libertad.

    En palabras de Rafael Alfonso Hernández, ex-Presidente de Cedice:
    «Estábamos saliendo todavía de la conmoción causada por el estrepitoso fracaso del intervencionismo del Estado en la economía, el final de la ilusión petrolero, el reino de la incertidumbre, alimentado con inflación, devaluaciones, deudas y empresas públicas quebradas. Era necesario despertar a los venezolanos de los peligros que representaba para ellos y para sus próximas generaciones el rechazo a las virtudes de una economía abierta, una sociedad de libertades plenas».
    Cedice se materializó como esa «cruzada» para llenar ese vacío, posicionando la Libertad como el eje de la discusión, en contraste con el estatismo y el paternalismo.

    Aportes fundamentales: De la librería a la formación de opinión
    La organización, que nació con el ideal de 40 fundadores principales, sentó rápidamente las bases para transformar el debate público a través de la divulgación y la formación.

    Producción editorial y centro de consulta
    • Cedice combatió el «silencio intelectual sobre la doctrina del libre mercado» mediante la publicación de monografías (como Nuestra Herencia Moral de F.A. Hayek), y la serie Clásicos Contemporáneos.
    • La Librería Libre Iniciativa —germen del esfuerzo— es hoy día una «referencia obligada» para estudiantes, investigadores y hombres de empresa que requieren documentación sobre economía y pensamiento liberal.
    • La labor de recoger el valioso pensamiento empresarial, que solía quedar «engavetado» o con poca circulación, fue una acción prioritaria que le dio capital documental a la institución.

    Formación de opinión pública
    Uno de los aportes más trascendentes fue en el ámbito periodístico, a través del Programa de Información Económica y pasantías para estudiantes de Comunicación Social. Haydée Cisneros de Salas, una de las fundadoras, calificó este como el programa más exitoso:
    «Yo creo que fuimos visionarios y nunca nos llegamos a imaginar que sería tan indispensable ese trabajo que se hizo para los periodistas que hoy están al frente de los programas de opinión, los articulistas, y de todo lo que es opinión en el país».
    La influencia de Cedice en la formación de profesionales se percibe en la «seriedad, responsabilidad» y el manejo de las ideas esenciales de sociedad abierta y respeto a los derechos de propiedad en los escenarios de opinión e información del país.
    Eddo Polesel, empresario, resume la visión trascendental de la misión:
    «La libertad es un modo de vida que tiene raíz en la economía, es la esencia misma del ser humano.»

    La Evolución de la misión: ética, pragmatismo y cambio cultural
    A lo largo de sus más de 20 años de historia cubierta por el cuadernillo, Cedice comprendió que la defensa de la libertad económica no era un fin en sí mismo, sino un componente de una visión más amplia. El pensamiento que promovió la institución desde sus inicios estableció la libertad como un todo, no negociable ni «dosificable». El empresario Carlos Ball lo sentenció claramente:
    «Si los hombres no somos libres para producir, consumir, importar, exportar, comerciar e intercambiar en la manera que nuestros intereses individuales así lo indiquen… no somos libres en el pleno sentido de la palabra. La libertad no puede ser dosificada, según los intereses políticos de nuestros gobernantes. La Libertad tiene que ser la consigna empresarial» .
    Esta concepción llevó a un salto filosófico: la necesidad de incorporar la dimensión ética y la responsabilidad individual como punto de partida del liberalismo.

    Ante ello, el profesor Emeterio Gómez definió el reto: «La tarea nuestra hoy es pegar un salto en el tipo planteamiento que se hace, revindicando la idea de economía de mercado, procesando estas discusiones que nunca se hicieron, con un salto hacia delante: incorporar la dimensión ética en la idea de economía de mercado».

    Del paternalismo a la iniciativa individual
    El trabajo de Cedice también evolucionó de lo conceptual a lo pragmático, aplicando ideas liberales a lo local (gestión municipal) y a problemas sociales concretos (Mesa Sanitaria) Esto permitió observar un cambio cultural crucial en la población, especialmente en la de menor ingreso.
    Germán Sifontes destacó este cambio, que hoy nos ofrece una ventana de oportunidad:
    «El 95 por ciento de la población de menor ingreso sostiene que ni el Estado, ni la iglesia, ni los programas de dàdivas solucionar sus problemas básicos, sino el mismo individuo». Frente a esta nueva conciencia, la postura de la organización es clara. El politólogo Herbert Koenecke lo explica:
    «Lo que se debe reforzar es que la dádiva y la improvisación no son soluciones a la pobreza. … Por eso, la educación ha permitido a pases competir, a estimular el ahorro y la inversión, a que se promueva la iniciativa individual: lo que yo logre es producto de mi esfuerzo y así yo mejoro, mejora mi familia, el país.»
    La misión para combatir la pobreza se centra en «generar riqueza» a través del fortalecimiento del espíritu emprendedor.

    El desafío: un futuro más libre
    Cedice Libertad, como ¨tanque de pensamiento¨ (think tank), ha logrado un hito fundamental en la sociedad venezolana, según Rafael Alfonso Hernández:
    «Nuestro mayor orgullo ha sido lograr una suerte de derecho de ciudadanía plena para las ideas que defendemos. Pero los conceptos fundamentales de la libre empresa como el mejor medio para alcanzar progreso económico, el de la libertad de los ciudadanos… tienen hoy muchas y más profundas raíces en la sociedad venezolana».
    A pesar de operar en un entorno político y económico que le es ideológicamente opuesto, la organización demuestra el valor indetenible de una ONG con misión. Su permanencia es el testimonio de que la labor de educación, difusión y formación en los principios de libertad, responsabilidad y respeto a los derechos de propiedad es el cimiento para un país con mejor gobernabilidad25252525.
    Para los profesionales y estudiantes de hoy, entender esta historia es fundamental. El futuro de una sociedad abierta depende de que el debate ético y económico se mantenga vivo.

    ¡Descarga el cuaderno y únete a la Reflexión!
    Te invito a descargar de forma gratuita el Cuaderno de Reflexión Nro 15 en la Librería Digital de Cedice Libertad.

  • La dimensión de la diáspora venezolana requiere una gobernanza trasnacional

    Tomás Páez Bravo, sociólogo y PhD. en Planificación, de amplia trayectoria como investigador y profesor universitario, es conocido como fundador y líder del Observatorio de la Diáspora Venezolana, ODV. Aquel proyecto iniciado en el año 2012 como línea de investigación de la Universidad Central de Venezuela fue la base del libro ¨La voz de la diáspora venezolana¨ (2015), el cual sentó un importante precedente en el estudio y visibilidad del fenómeno. Hoy en día se ha transformado en una organización de amplio alcance y exhaustiva labor, con la participación de un grueso equipo profesional, interdisciplinario y global.

    Le preguntamos si durante esos comienzos en la observación del fenómeno se podía avizorar la magnitud de lo que es actualmente, una migración que sobrepasa los 9 millones de personas. ¨No, nunca. Lo que sí veíamos era el enfoque que desarrollamos y que era necesario estudiar la diáspora, en ese momento de 1.400.000 venezolanos que habían salido del país¨. (Leer más en BienHallados Agost.2025).

    O descarga el siguiente podcast:

    Podcast con entrevista a Tomás Páez Bravo, Director del Observatorio de la Diáspora Venezolana
  • Fortalecer la confianza: El Rol del CEO en tiempos de escepticismo
    Audio del artículo Fortalecer la confianza: El rol del CEO en tiempos de escepticismo

    Hace poco más de 20 años escribimos un artículo llamado ¨Batallar en la era del cinismo¨, sin fines divulgativos. Era una especie de ejercicio de ¨marketing relacional reflexivo¨ (por ponerle un nombre), y lo compartí con clientes y relacionados en el entorno empresarial y corporativo.  

    Tenía una inquietud ante el avance de la globalización. Comenzaba el nuevo milenio. Se avizoraba una creciente necesidad de impulsar la buena comunicación de las organizaciones con los stakeholders, y así apoyar la construcción de la confianza. La tecnología, los conocimientos y los recursos para hacerlo se estaban multiplicando rápidamente, con positivos augurios.

    ¿Qué ha pasado? La tendencia al cinismo sigue presente. Actualmente, hay estudios que indican un aumento en la desconfianza y la polaridad. ¿Batalla perdida?
    El auge del desaliento y el escepticismo

    La desconfianza ha ganado terreno. Es lo que muestran los más recientes reportes del Barómetro Global Edelman, realizado anualmente por esta firma desde hace 25 años. Este monitor de la confianza se basa en una encuesta anual aplicada en 28 países de distintas regiones del mundo. Sus hallazgos reflejan tendencias, teniendo presente que en algunos contextos los resultados pudieran variar significativamente e incluso, ser más contundentes.
    El panorama presentado por esta investigación anual no es muy alentador, al mostrar una crisis global de credibilidad. La percepción pública de la confianza en gobiernos, empresas, medios de comunicación y ONG revela una tendencia, ya no solo al escepticismo, sino también, hacia un creciente resentimiento. Las fallas de los principales actores sociales a lo largo de 25 años han estado nutriendo un sentido de desconfianza, de una mentalidad de suma cero y hasta de justificación a las acciones de activismo dado a la retaliación. A modo de ranking, la percepción actual de la opinión pública global se caracteriza principalmente por:

    • Desconfianza en los medios.
    • Miedos sociales.
    • Pesimismo económico.
    • Injusticia sistémica.
    • Falta de identidad compartida.
    • Desconfianza en el gobierno.

    Esto representa un contexto desafiante para la gestión organizacional. Y un peligroso caldo de cultivo para movimientos radicales.

    Aunque en una orientación distinta, otro estudio, el European Communication Monitor 2024-25 de Euprera, coincide en señalar los retos que representa para las organizaciones el tener que encarar un entorno signado por la complejidad, polarización y conflictividad. Las expectativas de los stakeholders hacia las mismas les demandan respuestas, actitudes y acciones que pueden implicar mayores tensiones y riesgos de los habituales.


    La batuta de las empresas y sus CEO´s
    En el lado contrario a la confianza se encuentra el riesgo del desplome, retroceso o estancamiento de las sociedades en cuanto a su desarrollo integral, de la merma de su capital social. Y tanto en las empresas junto a sus CEO pareciera recaer esa misión de rescate, con un llamado a tomar un papel mucho más protagónico y contundente. Ambos estudios destacan la responsabilidad ampliada de los negocios y sus líderes. Ellos deben actuar como fuerzas estabilizadoras. Además, deben ser fuentes de verdad en un mundo cada vez más desconfiado y dividido.
    Las empresas, según el Barómetro Edelman han demostrado ser más confiables que el gobierno y los medios de comunicación desde 2007. En 2020, se convirtieron en la única institución de confianza. Para 2021, este actor social era la única institución percibida como competente y ética. Esta tendencia se mantuvo en 2022 y 2023. Luego consolidó ese lugar, con una diferencia sustancial con los gobiernos de 53 puntos en 2022. Sin embargo, esa percepción no es extensiva a todos los sectores productivos, ya que, por ejemplo, los negocios informáticos no tienen el mismo nivel de credibilidad. Es preciso mirar muy bien el entorno particular y no generalizar.
    En 2022, el 81% de los empleados esperaba que los CEOs se pronunciaran públicamente sobre temas sociales y políticos controvertidos. Para 2023, las expectativas eran más altas y se deseaba el involucramiento en asuntos diversos desde laborales, hasta el cambio climático o la discriminación.
    En la tarea de rescate de la confianza, y el incremento del capital social per se, la gestión comunicacional y relacional de la organización debe ser estratégica. Los negocios y sus líderes deberían ser capaces de visibilizarse e involucrarse con la sociedad, de ser transparentes y proactivos, de ir más allá del espectro regulatorio. Redes sociales como LinkedIn pueden proveer oportunidades que no están siendo bien aprovechadas por los CEOs, según un estudio Saavedra y Capriotti (2024).
    El camino al incremento y fortalecimiento de la confianza se compone de comportamiento cooperativo y honesto, con normas y valores compartidos. Es un proceso nada sencillo cuando se adolece de la misma, ni transaccional.

    En un mundo fragmentado, polarizado y sorprendentes avances en el uso de la Inteligencia Artificial, las compañías y sus líderes son más que agentes económicos. Deben conciliar la lógica empresarial con las demandas de los stakeholders. La inquietud sigue allí y el llamado a la buena comunicación, tal como lo dijimos en aquella oportunidad, se hace más imprescindible que nunca. Tiempo de desafíos para todo profesional del relacionamiento estratégico.


    [1] “Global Corporate Citizenship: The Leadership Challenge for CEOS and Boards”. World Economic Forum. January 2002.
    [2] “People more skeptical of most institutions-survey” http://www.prcentral.com. Inside PR and Reputation Management. 1998.
    [3] “Communication is Carácter” Selz/Seabolt. http://www.reputation-mgmt.com

    (*) Texto no publicado, escrito en el año 2002.

  • Un puente entre el talento venezolano y el ecosistema empresarial español

    En la entrevista exploramos los motivos detrás de la fundación de CeVe, su crecimiento y la influencia de la comunidad venezolana en la cultura y economía española a través del emprendimiento. Álvarez destacó la integración del talento venezolano, la fusión cultural y el impacto social y empresarial en diversos sectores, subrayando su compromiso innato con la responsabilidad social y la colaboración con ONG. Hay una clara invitación tanto a los emprendedores venezolanos como a los españoles interesados en involucrarse con perspectivas de negocios, a unirse a la cámara.

    La Cámara nació, según Adriana, desde la convicción de que “los empresarios no solo construyen negocios, sino que también crean cultura, valores y modelos de liderazgo humanista y sostenible.

     

    Nos explica que la misión principal de la cámara es conectar, apoyar e impulsar tanto a profesionales como a emprendedores y empresarios venezolanos en su proceso de integración y expansión en España.Es una labor gratificante y transformativa, ya que el emprendimiento se ha convertido en una herramienta básica y fundamental para la unión y fusión de los venezolanos con la sociedad española, sin que implique pérdida de identidad con sus raíces.

    Comenta Adriana que la empresarialidad del migrante venezolano ha entrado poco a poco en la cultura española en todos los sectores, no solo en la gastronomía e inmobiliario, sino también en el fintech, el educativo y la salud. La aceptación y popularidad en el mercado de productos como los tequeños son un claro ejemplo de esta influencia cultural en la vida cotidiana, tal y como ocurrió al contrario hace tantos años con la placentera incursión de, por ejemplo, los churros con chocolate en Caracas.

    En campos como la tecnología y la digitalización, hay numerosas empresas fintech y startups creadas por venezolanos que contribuyen a la transformación digital de España. También tienen influencia en la educación, la formación, el arte, la moda y el derecho.

    Para nosotros, dice, implica un compromiso fundamental con el desarrollo del emprendimiento venezolano en España. Las distintas iniciativas de los connacionales de alguna manera implican un impacto social significativo al enfocarse en la integración, la creación de cultura y valores, el apoyo al talento venezolano, la construcción de comunidad, y la promoción de la responsabilidad social.

    Agrega que la Cámara también tiene un fuerte enfoque en la responsabilidad social, y cuenta con un comité dedicado a este tema desde sus inicios. Apoyan a diversas ONG y fundaciones que operan tanto en Latinoamérica como en España, ofreciéndoles apoyo y cuota cero como miembros. La transformación cultural va más allá del éxito económico y busca un impacto positivo en la comunidad. La solidaridad se considera parte del ADN venezolano, lo que impulsa un liderazgo positivo y sostenible de manera innata.

    El emprendimiento ha solido ser una salida a la inserción de los migrantes en otra sociedad, y en este caso es un pilar de acción. Por ello, de acuerdo a lo conversado con Adriana Álvarez, iniciativas como las que dirige son importantes al facilitar el acceso a redes estratégicas, recibir apoyo con formación y oportunidades de crecimiento, dar a conocer el talento y las empresas venezolanas, entre otras.

    Audio con la entrevista a Adriana Álvarez, Cámara de Empresarios Venezolanos en España, CeVe.

  • Confianza y crecimiento: La importancia de invertir en las personas

    Comparto aquí con ustedes una reflexión muy especial, producto de una nueva conversación, como siempre es muy enriquecedora con un invitado de lujo: Ramón Ostos, presidente de Alianza Social de Venamcham y Director General de KPMG en Venezuela. En anteriores oportunidades lo hemos entrevistado en Responsabilidad Social Hoy e incluso lo tuvimos en clase con mis estudiantes de Comportamiento Empresarial Responsable.

    Ramón es una figura clave en el mundo de la sostenibilidad empresarial en el país, especialmente en la celebración de los 25 años de Alianza Social de Venamcham. Esta cámara es una institución empresarial altamente significativa que ha liderado por décadas las relaciones de negocios entre Venezuela y Estados Unidos. Quienes, como yo, hemos estudiado de cerca las iniciativas Responsabilidad Social Empresarial en el país, sabemos el enorme valor de este camino recorrido aún en tiempos tan complejos como los que se han vivido en los últimos años.

    Y siempre emociona ver cómo, a pesar de las dificultades, organizaciones como Alianza Social se esfuerzan por mantener una visión alineada con las tendencias globales. Esto se hizo patente en el tema central del encuentro «Invertir en las personas».

    Ramón comentó que tomaron los ejes de la 55a edición de la reunión anual del Foro Económico Mundial, celebrada a inicios del 2025, para identificar y desarrollar dos puntos clave:

    •             Restituir la confianza: Ya hace un año se había tratado ese punto, pero se hace cada vez más urgente. La confianza es el motor fundamental para impulsar la cooperación entre organizaciones, sí, pero también, y de manera crucial, entre el sector público y privado. Y no solo eso, es esencial para generar inversión. Sin confianza, es difícil avanzar.

    •             Repensar el crecimiento vinculado con las inversiones: Aquí es donde entra la premisa de invertir en las personas, educarlas y formarlas. Ramón hizo énfasis en que estamos en la era inteligente, donde la tecnología tiene un peso fundamental. Pero ojo, no se trata solo de invertir en herramientas tecnológicas, sino de cómo preparamos a nuestra gente para esta nueva realidad. ¡La digitalización requiere alfabetización digital! Y lo más importante, poner al ser humano en el centro de este repensamiento.

    Por ello, insiste en que ¨pensar en el crecimiento tiene que pasar por invertir en las personas, por formarlas. Transversalmente eso tiene que llevarte, conceptualmente, a que estamos en la era inteligente, en donde la tecnología y las herramientas tecnológicas están teniendo un peso importante en todo lo que hacemos¨.

    A ese enfoque se le suma el perenne llamado a proteger al planeta. ¨La conciencia ambiental debe ser transversal a todo lo que hacemos¨, dijo.

    Son cinco lustros colocando temas e impulsando la reflexión y la acción. Para ahondar y conocer más de las reflexiones compartidas los invito a escuchar el siguiente audio, con la entrevista completa.

  • El valioso aporte de la colaboración intercultural en la creación de marcas sostenibles

    Presentamos recientemente en el IV Congreso Internacional de Innovación Docente, Educación y Transferencia, junto a la profesora Marilé Pretel de la Universidad CEU San Pablo, España, los resultados de tres años trabajando proyectos colaborativos en línea con estudiantes universitarios. El balance es positivo y alentador.

    La metodología COIL (Collaborative Online International Learning) surge como una herramienta pedagógica innovadora que permite trabajar en la creación de marcas con causa en equipos interculturales y virtuales, fomentando habilidades comunicativas, pensamiento estratégico y sensibilidad social.

    Quisimos presentar en este encuentro internacional la experiencia práctica sostenida durante tres años, con estudiantes de comunicación y empresa de distintas universidades, orientada al diseño de propuestas de marca comprometidas con causas sociales relevantes en distintos contextos geográficos. Los resultados evidencian que el 70% del estudiantado logró integrar con éxito principios de propósito social en los proyectos de marca desarrollados en el marco de la metodología COIL.

    Las propuestas entregadas por los jóvenes durante los distintos cursos han mostrado una evolución significativa en la capacidad de detectar causas relevantes en contextos locales e internacionales, establecer conexiones emocionales con los públicos y diseñar estrategias de comunicación con enfoque social. Asimismo, el análisis cualitativo de las interacciones digitales evidenció un alto nivel de compromiso, cooperación y reflexión crítica sobre el papel social de las marcas.

    Este Congreso de Innovación (CIINECO, ha sido un interesante espacio para el intercamnbio entre investigadores y docentes de diversas disciplinas, unidos por el interés común de mantenerse actualizados en el conocimiento de las nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje. Este evento en sus ediciones tiene como objetivo principal promover la investigación en el ámbito educativo, destacando la innovación como un elemento clave para la motivación y el compromiso de los estudiantes.

    Para conocer más de los temas tratados en el evento puedes hacer click en https://ciineco.org/simposios/ . Y para conocer nuestro caso COIL/marcas/sostenibilidad te invito a conectar con la presentación completa que realizamos mediante el siguiente video:

  • Ética empresarial, creación de valor y activismo estratégico en la conversación sobre sostenibilidad y responsabilidad social

    Cuando el operador del estudio hizo la señal previa, segundos antes del inicio del piloto, teníamos esa mezcla de alegría y nervios por el arranque de un nuevo proyecto. Una nueva aventura profesional. Aquel ¨Día Uno¨ de ¨Responsabilidad Social Hoy¨ lo marcó la emoción de compartir con los oyentes de Fedecámaras Radio las conversaciones y análisis que, junto a distintos actores sociales en sus diferentes posiciones y facetas, pudieran aportar en la temática de la responsabilidad social.

    Y siempre teniendo presente el rol de la empresa y los empresarios como agentes de cambio.

    Siete años después, a esta aventura mediática se ha sumado la sustentabilidad (o desarrollo sostenible) y sus distintas vertientes como un tema central en el programa. No modificamos el nombre porque cuando decimos responsabilidad social seguimos apelando al concepto de nuestra propia autoría como: ¨acto consciente y estratégico de una empresa, materializado en prácticas y fundamentalmente a través de la intersubjetividad, cuya consecuencia es la transcendencia en el tiempo, con base a un esquema de ganancia compartida y de correspondencia ética con la sociedad¨(Zambrano, 2012).  Es una definición que se alinea con el desarrollo sostenible.

    En ese referido paso inicial tuvimos el privilegio de entrevistar a Víctor Guédez, quien mencionaba una delicada situación en materia de RSE en Venezuela. A lo largo del tiempo le hemos invitado en varias oportunidades, al igual que a Carlos Delgado Flores y más recientemente, a Fernando Velasco. Por sus respectivas trayectorias como autores, conferencistas, investigadores y coordinadores de iniciativas interdisciplinarias les invitamos a ofrecer sus perspectivas actuales, en tres programas distintos. Ofrecemos aquí el resumen y los respectivos podcasts de cada diálogo, para su descarga o escucha en línea.

    El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y periodista Carlos Delgado Flores, señala que la sostenibilidad se está convirtiendo en una función empresarial enfocada en la construcción de valor, más allá de la entrega de servicios o productos. Esta idea la refuerza ampliamente en su reciente publicación en la que expone el estado del arte de la sostenibilidad. Como estudioso del movimiento B y la lógica emprendedora con criterios de sostenibilidad nos comenta sobre necesario de cambiar el enfoque en la exclusividad de la renta para acentuar la innovación y la integración de los stakeholders. Al hacer referencia a la realidad venezolana menciona que ya se observan empresas pequeñas y de alta tecnología, así como emprendimientos de la diáspora, que están cambiando el paradigma a la hora de construir la corporación.

    Entrevista a Carlos Delgado Flores

    Por su parte, Francisco Javier Velasco, profesor y director del CENDES de la Universidad Central de Venezuela comparte la necesidad de una acción global y la interconexión de los problemas. Su rol desde el Observatorio de Ecología Política le permite enfatizar en la importancia de la participación ciudadana y la democratización en la toma de decisiones. En nuestra conversación se manifestó crítico con la agenda del Foro Económico Mundial y el desarrollo sostenible como estrategia corporativa, señalando el riesgo de «greenwashing¨, además de alertar sobre el rezago y precariedad institucional de Venezuela en lo ambiental.

    Entrevista a Francisco Javier Velasco

    La vertiente ética del tema ha sido y es la bandera del profesor Víctor Guedez, quien presentó además su nuevo libro ¨Hacer bien y hacer bien las cosas: Instrumentos para decidir lo correcto¨. En su opinión, este es un eje transversal que debe atravesar todas las determinaciones empresariales, más allá de normas y códigos pre-establecidos. Propone ir más allá de un código de ética y pensar en un sistema ético y una cultura ética porque las empresas solamente pueden crecer y realizarse a partir de su condición, de su naturaleza y de su propósito humano.

    Entrevista a Víctor Guédez

    Aún cuando se distinguen diferencias en los tres autores en enfoques y argumentos centrales, son importantes sus coincidencias. Las perspectivas de Delgado, Guédez y Velasco en RSE y sostenibilidad nos permiten identificar que es indudable la relevancia de adoptar políticas y estrategias sólidas y coherentes con el entorno y la sociedad donde se opera. Vale decir entonces que los

    desafíos y retos en materia de responsabilidad social y sostenibilidad, son múltiples y están interconectados. Requieren un enfoque global, participación ciudadana, compromiso ético y una visión integral que vaya más allá de las acciones superficiales.pero difieren en sus enfoques y argumentos centrales. Delgado Flores se centra en la construcción de valor y la integración de la sostenibilidad en las operaciones empresariales, Velasco en la participación ciudadana y la crítica al «green washing», y Guedes en la ética empresarial y la toma de decisiones éticas….

    Al conversar durantes estos siete años de programa con hombres y mujeres que se ocupan de la responsabilidad Social y la sostenibilidad en Venezuela y otras partes del mundo buscamos también identificar al día de hoy retos y desafíos que puedan conducir a oportunidades de acción. En estas miradas conjuntamente con nuestros propios análisis permiten exponer algunos aspectos a considerar, tales como:

    Conflictos y tensiones globales: los conflictos armados y las confrontaciones geoeconómicas como problemas emergentes que, junto con los desastres ambientales, configuran un panorama mundial complejo, distintos al momento de establecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto influye en la capacidad de abordar los desafíos de sostenibilidad de manera efectiva.

    Crítica al desarrollo sostenible como estrategia de reputación: El frecuente cuestionamiento al desarrollo sostenible como una mera estrategia corporativa, con alertas sobre el riesgo de «green washing» mina la confianza. Así que el llamado es al compromiso genuino de todos los actores sociales con la sostenibilidad. Ir más allá de la reputación o la mera confrontación con fines políticos-partidistas.

    Acción global y participación ciudadana: La acción global coordinada es necesaria para abordar con éxito los problemas ambientales. Se trata de avivar la participación ciudadana coherente, sensata, correctamente informada y no sesgada por intereses de cualquier origen, para encontrar soluciones a estos problemas. La democratización de las decisiones y el acceso a la información son cruciales.

    Integración de criterios ASG: Los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG/ESG ) son fundamentales para la sostenibilidad empresarial, pero su implementación efectiva requiere una visión integral y un compromiso real. Los modelos de negocio han de abordarlos y sumarse a las prácticas basadas en normas, estándares y sistemas de gestión de las empresas.

    Construcción de valor y cadenas de valor sostenibles: Construir valor es un cuidadoso proceso de inteligencia organizacional que implica involucrar a los grupos de interés y empoderarlos como socios.

    Cultura ética y toma de decisiones: La auténtica gobernanza corporativa trasciende la elaboración de un código de ética e impulsa un sistema y una cultura ética.

    Desafíos específicos en Venezuela: Es un contexto difícil y árido para los negocios dada la complejidad del entramado socioeconómico. La mayoría de las organizaciones y los actores sociales en sí dan prioridad a su sobrevivencia y se postergan o minimizan acciones inherentes a la sostenibilidad. Pero aún así hay avances y ejemplos significativos y construir alianzas sociales es un eje importante para lograrlo.

  • Marcas con propósito, negocios sostenibles

    Nuevamente tuve el agrado y la satisfacción de compartir aula colaborativa en línea con la profesora Marilé Pretel Jiménez de la Universidad Católica CEU San Pablo, de Madrid.
    Entre ambas llevamos adelante la misión de conducir equipos de trabajo integrados por estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello y de esa casa de estudios, quienes crearon y presentaron propuestas interesantes e innovadoras. Es el llamado COIL en el mundo académico, desarrollado por la Universidad de Nueva York, SUNY. El reto se llamó «Marcas con propósito, negocios sostenibles».
    La profesora Carmen Ruiz Viñals de la Universidad Abat Oliva CEU Barcelona nos apoyó en la iniciativa con la charla, a todos los alumnos sobre equipos de trabajo interculturales para profundizar en las competencias y destrezas que, junto a la interdisciplinariedad, signan los negocios en el mundo de hoy.

    Para conocer más de esta experiencia innovadora que acercó a los estudiantes de ambas universidades con la sostenibilidad y los criterios ESG (ASG) comparto la reseña realizada por la Escuela de Negocios UCAB.

    https://negocios.ucab.edu.ve/blog/proyecto-coil-marcas-con-proposito-negocios-sostenibles

  • Ética de la IA: Principios y Desafíos

    Abordar y estudiar las implicaciones morales en materia de Inteligencia Artificial es un paso indispensable para establecer una base de principios y un camino confiable, en ese campo. Es decir, sin caer en maniqueísmos sobre el bien y el mal, una primera aproximación plantea aspectos para el conocimiento, la reflexión y la posterior acción, en aras de optimizar los beneficios de la IA y mitigar tanto los riesgos como los resultados adversos. En el texto ¿Qué es la ética de la IA?, publicado en el site de IBM, se insiste en que es necesario detenerse a pensar y tomar posición en aras de optimizar los beneficios de la IA y mitigar tanto los riesgos como los resultados adversos.

    Incorporo aquí una idea de Mark Coekelbergh, profesor de filosofía de la Universidad de Viena y experto en el tema, quien en ¨Etica de la Inteligencia Artificial¨(2021) cuestiona si la IA merece alguna forma de consideración moral. Habría que partir de su capacidad de agenciar o no razonamientos morales, o si son los humanos quienes programan, con alto grado de elaborarión o sofisticación, las rutas a seguir por la IA ante los desafíos éticos. Pero eso ya es entrar en aguas profundas, lo cual no es el propósito de este artículo.

    Vuelvo a referirme al texto corporativo de partida, el cual conduce a la revisión de publicación , The Belmont Report o Informe Belmont (National Commission for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Research, 1979) que sigue vigente y en su propósito original estuvo proveer una base conceptual sobre las consideraciones éticas en materia de investigación biomédica y del comportamiento humano. Sigue vigente en el campo científico y académico en muchas universidades e instituciones. Define tres principios éticos a seguir en los proyectos de innovación y desarrollo. Tales son:

    1. Respeto por las personas.

    2. Beneficiencia (no caridad, sino en el sentido del ganar-ganar)

    3. Justicia

    Con esa guía inicial, esa compañía ha desarrollado sus propios principios de Confianza y Transparencia , con énfasis en el uso de la IA para potenciar la inteligencia humana y en el uso y tratamiento de los datos, que bien vale la pena leer, evaluar y comparar. En las grandes corporaciones de la tecnología el desarrollo de soluciones y nuevas propuestas pasa por la búsqueda y acumulación de millones de datos en sus respectivos departamentos de Investigación y Desarrollo, lo cual acentúa el interés y hasta la obligación moral de construir sus propios marcos y parámetros de acción.

    En este vistazo a las implicaciones éticas en el uso y desarrollo de la IA hay que incorporar a los llamados sesgos algorítmicos, la inclusión y las brechas digitales. Sobre el primero cabe una construcción mental algo metafórica: si nos imaginamos a la IA en el rol de juez en uno de esos concursos de talentos televisados, ¿cómo se puede garantizar que ha sido programada para haber visto todo tipo de perfomances? Porque si en su complejo banco de datos hay actuaciones que desconoce o alguien trae algo innovador ¿Cómo esperamos que juzgue justamente a todos los participantes? Lo que se desconoce, por omisión intencional u otra causa, queda totalmente fuera de juego, excluido.

    Por otra parte, en regiones como América Latina, donde el acceso a internet y a la tecnología no es igual para todos. Las desigualdades existentes podrían incrementarse debido a:

    Acceso desigual: En 2019, solo el 67,3% de los habitantes de la región tenía conexión a internet, y en las poblaciones de menores ingresos es apenas 46,4% de la población según estimaciones del PNUD. La brecha es aún más pronunciada entre zonas urbanas y rurales, y entre diferentes estratos económicos.

    Impacto en la educación: La pandemia de COVID-19 reveló dramáticamente esta desigualdad. El 46% de los niños entre 5 y 12 años en la región vive en hogares sin conexión a internet, lo que afecta directamente su derecho a la educación.

    Desigualdades socioeconómicas: La falta de acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC) limita las oportunidades laborales y económicas, perpetuando ciclos de pobreza.

    Exclusión social: Aquellos que no tienen acceso a la tecnología e internet pueden sentirse excluidos de la sociedad digital, afectando su participación en actividades sociales, políticas y culturales

    Aún así, bienvenida la IA. Es indudable su incidencia la transformación de nuestro mundo y nuestra vida cotidiana a pasos agigantados, pero con grandes avances vienen grandes responsabilidades, personales, corporativas e institucionales.

    Es la puerta de entrada a una vida más productiva y si quiere aprovechar al máximo, más amplia en cuanto a oportunidades de aprender, de crear y de innovar. Y más…  y también menos, porque los riesgos están allí. Los desarrollos de IA contienen prejuicios, el resultado puede ser una toma de decisiones automatizada injusta y discriminatoria. En el fondo se trata de personas domando decisiones, gestionando datos, creando algoritmos, pautas, impulsando patrones y toma de decisiones. La formación y el espíritu crítico se hace más necesario que nunca.