Xiomara Yamil Zambrano

Comunicación, responsabilidad social y sostenibilidad

  • Complejidad, las lecciones de la pandemia y el rol de los actores sociales según Edgar Morín  

    Enfatiza la necesidad de un cambio radical de Vía, un ¨new deal ecológico-económico que recupere el empleo, el consumo y el nivel de vida¨ en el que la conjunción de responsabilidad y solidaridad es imprescindible.

    El conocido pensador francés Edgar Morín, nacido en 1921, ha seguido mostrando la irreductibilidad de la complejidad como característica sine qua non de la sociedad contemporánea. Y más aún tras la irrupción de la Covid-19. Su libro ¨Cambiemos de vía¨ (2021) es su reflexión centenaria, la cual comienza con un recorrido existencial desde su condición de neonato sobreviviente a la pandemia de 1918 o gripe española.

    Expone 15 lecciones, 9 desafíos y 5 políticas que articulan una propuesta enfocada en la imprescindible humanización de la sociedad con tareas para todos los actores sociales. La misma se fundamenta en el eje del pensamiento complejo -el modelo del bucle tetralógico- y en sus tres principios clave (*), cuya presencia tácita se percibe en toda la extensión de la obra.

    Quienes hemos abordado, estudiado y adoptado el paradigma de la complejidad (o Teoría de la Complejidad) para el conocimiento de las realidades, los fenómenos y sus actores sociales este es un libro de obligatoria lectura. Pero también es idóneo para quien se sienta motivado o ávido de conocer cuáles son las ideas que distintos autores contemporáneos intentan explicar el presente y el post del mundo a raíz de la pandemia y más aún, cómo se juega eso con su propio patio. Con Morín puede que no se esté completamente de acuerdo, pero es innegable el legado de su reflexión. No es frecuente leer en vida a un filósofo de 100 años, y menos aún con capacidad para proponer una Vía, tras el aprendizaje que deja una situación de impacto planetario, tal como lo ha sido esta pandemia.  

    Entre lo más resaltante y es uno de los principales aportes de la obra se encuentra el concepto de ¨comunidad de destino compartido¨. Ante la tensión orden/desorden y el correspondiente incremento de la complejidad social Edgar Morin reitera esa noción diciendo que ¨Lo único que puede proteger la libertad, a la vez del orden impositivo y del desorden integrador, es la presencia constante en la mente de sus miembros de una pertenencia solidaria a una comunidad de la que sentirse responsables. Así pues, la ética personal de responsabilidad/solidaridad de los individuos también es una ética social que mantiene y desarrolla una sociedad libre¨.   Además, la noción de comunidad de destino compartido terrestre es considerada por el pensador galo como el acontecimiento clave del Siglo XXI y el principal mensaje de la crisis del 2020. ¨Somos solidarios en este planeta y de este planeta¨.

    Este pensador -cuyo centenario le fue celebrado globalmente desde la UNESCO- además de identificar lecciones y desafíos propone a humanidad un Cambio de Vía en vez de una revolución o un proyecto de sociedad que pueda ayudar a superar la gran crisis de civilización gatillada por el coronavirus. La misma ha hecho visible una enorme contradicción: todos los humanos ligados inseparablemente al destino bioecológico del planeta Tierra, pero al mismo tiempo se intensifica la crisis de la humanidad que no logra constituirse como tal. Brotan muestras de solidaridad espontánea y al mismo tiempo nacionalismos, divisionismos y otras clases de segregaciones.  

    ¨El hombre es sapiens y demens, faber y mythologicus,economicus y ludens, es decir, Homo Complexus¨

    Edgar Morin

     Su actitud pudiera calificarse como moderadamente optimista, al invitar a conservar la esperanza, pero sin euforia, y en términos de un modelo político-ecológico-económico-social sobre la base de un humanismo regenerado y políticas que direccionen el quehacer de la nación, la civilización, humanidad y la Tierra. En este ámbito la empresa privada es la gran ausente en la ¨gobernanza de concertación¨ definida por el autor como un espacio de despertar ciudadano y democracia participativa, con rol protagónico del Estado libre de ¨patologías administrativas¨. Tampoco asoma esa presencia en los segmentos del libro donde expone la necesidad de crecimiento fundamentado en una economía de necesidades esenciales y no en la exacerbación de una ¨economía de lo frívolo e ilusorio¨. Mientras que el peso del deber ser en lo económico lo adjudica al incentivo y resguardo de las empresas locales y la producción local, junto a una muy cautelosa mirada y actitud defensiva hacia los grandes consorcios internacionales con amplio margen de maniobra y poder.

    Principios de esperanza

    Morin adiciona al conjunto de lecciones, desafíos y políticas 4 ¨Principios de esperanza¨ como corolario a su obra y legado a la humanidad:

    1. El surgimiento de lo improbable.
    2. El principio de regeneración.
    3. Allí donde está el dolor también crece lo que lo salva.
    4. La aspiración milenaria de la humanidad a otra vida y a otro mundo.

    Su definición de ¨ser humanista¨ es ¨sentir en lo más profundo que cada uno de nosotros que es una parte minúscula de una aventura que comenzó hace 7 millones de años con una multiplicidad de especies, y de la que hay que esperar que siga su metamorfosis, de la que nacerá un nuevo devenir¨.

    Reitera que la complejidad del individuo implica contradicciones y debemos tener en cuenta las ambigüedades, las inestabilidades y las versatilidades humanas.

    Por otra parte, al abordar la civilización se suma a lo que otros pensadores y analistas han señalado sobre el confinamiento. No solo nos ha recluido desde la casa sino también ¨nos ha empujado dentro de nosotros mismos¨, invitando a realizar cambios como ¨lo esencial a lo inútil, la calidad a la cantidad, lo duradero a lo desechable¨.   

    A nuestro juicio entre lo más importante de esta visión sobre las ¨Lecciones de la pandemia¨ es la reiteración de la complejidad como paradigma para la compresión, el análisis y el estudio de la sociedad y sus dinámicas. Se entiende que, quizás, dadas las circunstancias del obligatorio aislamiento en casa, se acentuó la alusión a la realidad francesa como centro del análisis. Y por otra parte, el excesivo señalamiento hacia la empresa privada versus la acentuación del rol protagónico del Estado en el llamado a la reconducción de vía.

    ¿QUÉ ÉS LA COMPLEJIDAD?
    El pensamiento complejo es un planteamiento epistémico llamado así por Edgar Morin, que impulsa la visión sistémica y dinámica de lo cognoscible, y con base transdisciplinaria. Es un método una serie de principios y elementos que fundamentan los aspectos clave para la exploración y definición de una realidad, aplicable en múltiples ámbitos del conocimiento, especialmente en las ciencias sociales.
    Se ha conformado una cultura de la complejidad enfocada en las relaciones, la interconectividad, el caos, la incertidumbre, las múltiples realidades y la capacidad del hombre para co-crear su propio destino. 
    En el pensamiento complejo se distinguen tres vertientes: lo sistémico, lo biológico y el método. Está signado entre otros aspectos por lo relativo, lo cambiante y la multiplicidad de procesos humanos y sociales derivados o alimentados con el uso de las Tecnologías de Información. Este paradigma cuestiona el determinismo, el absolutismo, lo inmodificable,  y el razonamiento mecanicista. 
    Sus elementos clave: Dialógica. Desorden. Orden. 
    Emergencia.Imprinting.Cultura.Racionalidad. Contradicción. 
    Principios: 
    1. Dialógico.  Involucra la asociación compleja de instancias que interactúan entre sí
    2. Hologramático: Tiene lugar un principio presencial y anti-reduccionista, en el que se define que cada punto del holograma contiene al objeto en su totalidad. 
    3. Recursivo: Es entendido como el hecho de que los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productos de aquellos que los produce 
    
     
    
    

    ¨La esperanza no es certidumbre, lleva incorporada la conciencia de los peligros y las amenazas, pero debemos tomar partido y aceptar la apuesta¨. 

    Edgar Morin
  • Del Cambio Climático también hay que ocuparse

    En nuestro programa «Responsabilidad Social Hoy» dedicamos un espacio al análisis de la llamada Cumbre del Clima o COP26 a través de la participación de Joaquín Benítez, profesor y experto en la materia.

    «El cambio climático cuesta dinero y cuesta vidas, genera y agudiza crisis sociales y hace más vulnerables a los que ya son vulnerables»

    El director de Sustentabilidad Ambiental y del Programa de Ingeniería Ambiental en la Universidad Católica Andrés Bello, comentó que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021, COP26 es significativa. Es un tema en el cual no se ha logrado avanzar lo suficiente, al punto de que el enfoque hoy en día tiene que ser prepararnos para mitigar sus efectos y adaptarnos a los cambios que involucra ese progresivo aumento de temperatura.

    El experto aseguró que la revisión de los compromisos suscritos por los países no va bien, y que será necesario que muchos deban modificar sus planes para poder llegar a la meta. El objetivo final de estos acuerdos es lograr que la temperatura media del planeta no aumente en más de 1.5 grados centígrados.

    Ofreció una amplia y detalla explicación de lo que implica y por qué todos debemos preocuparnos por el Cambio Climático, ya que las consecuencias en la economía y general en las condiciones de vida del ser humano son de gran magnitud. Actualmente el incremento de la temperatura va por 1.1 grados centígrados, lo que es sumamente cercano al limite acordado. Puso como ejemplo de este fenómeno la reducción de la placa de hielo que cubre al Polo Norte. Si el aumento de la temperatura sigue al ritmo que tiene cada vez serán más las olas de calor y los inviernos serán menos fríos.

    (Escucha aquí la entrevista completa y conoce más sobre este tema)

  • Jorge Villalobos: Hay que ver a la empresa como una verdadera escuela de cambio y conducta social

    Suma tres décadas al frente del Centro Mexicano para la Filantropía, CEMEFI, al igual que múltiples enseñanzas y reflexiones. Compartió algunas de ellas en Responsabilidad Social Hoy, nuestro programa en Fedecámaras Radio, la web de economía y negocios.

    El andaRSE de Jorge Villalobos se extiende a toda Latinoamérica, de cuyos procesos en la materia ha sido parte involucrada y observador. Es sin duda una de las voces más calificadas para conocer y entender de dónde viene y hacia dónde va la responsabilidad social tanto en México como en la región, pero más allá de ello, es un caballero que durante la conversación transmite calidez y sensibilidad humana, componente esencial en los actores con genuino interés en construir un mundo mejor.

    Inicia el diálogo digital con mención a su intervención como ponente en el Simposio Internacional de RSE y Sostenibilidad 2021 de Venamcham, en el cual hizo un recuento de la evolución de la RSE. Y hace énfasis en reiterar un planteamiento que coincide con aquello que continuamente le escuchamos decir al profesor Emeterio Gómez: el capitalismo es el único sistema en el que se puede dar el progreso social, pero es crucial transformarlo.

    Para Villalobos es el capitalismo el sistema que más ha impulsado el desarrollo del mundo, más que ninguno. Ha beneficiado al mayor número millones de habitantes, ha generado crecimiento social, movilidad social, bienestar en sus familias. Pero hay que reconocer que tiene muchos defectos, nadie lo puede dudar, porque también fomenta la desigualdad, la concentración de capital. Por eso cree en planteamientos como los de un empresario como Bill Gates sobre el capitalismo creativo y el cambio climático. Es un reto.

    ¨Comienzo con esta idea, porque me parece que la visión de la responsabilidad social dentro de la estrategia de los negocios es un correctivo importante que hacen los empresarios de manera libre y voluntaria. No nos lo impone la ley, es por convicción, porque creen en una serie de valores y me parece que hay que repetirlos: En primer lugar, que el centro de la actividad económica no es el dinero, es la persona y su dignidad. Y la tiene desde el más humilde de sus colaboradores hasta el principal miembro del consejo de administración de una empresa o de un negocio¨.

    Y refiere, en segunda instancia, al valor compartido. ¨El negocio debe de generar bienestar a todos. Estos son valores que ha traído la responsabilidad social y que, de alguna manera complementan las distorsiones que genera el capitalismo¨.

    Resalta el rol del capital privado como promotor del ascenso de las clases medias, en mejorar su calidad de vida.

    La empresa privada como agente de cambio

    A lo largo de la conversación Villalobos destacó el rol de la empresa como actor social con atribuciones como agente de cambio.

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    ¨Antes, en otras generaciones, se debía convencer a los dueños, pero desde hace tiempo las grandes corporaciones se manejan por gobiernos corporativos y las empresas van adquiriendo su propia lógica. Esto ha hecho que no se queden en la visión corta de solo generar dinero, empleo, pagar impuestos. Ahora las grandes corporaciones tienen visión de influir, de moldear conducta social¨.

    Explica que hoy en día la empresa es una verdadera escuela de cambio y conducta social, porque puede incidir en las dinámicas de las familias de sus miembros, además de modificar hábitos y fomentar educación cívica, participar en lo público, la conciencia sobre la importancia de los valores, y otras cosas que parecen intangibles y que son necesarias.

    La empresa familiar en la gestión de la RSE

    Al consultarle sobre la diferencia que puede tener la responsabilidad social en las grandes corporaciones y las compañías o consorcios familiares, indica que hay que trabajar en ambos sentidos. ¨Hay que trabajar para que los Consejos de Administración de las grandes corporaciones den valor a la visión que tiene la empresa y también en las familiares porque aquí también ocurre otro fenómeno. Cuando un jefe de familia ha logrado construir y consolidar con su esfuerzo una gran empresa resulta que los nietos – quienes no vivieron eso de emprender desde cero – no entienden socialmente la solidaridad que se debe tener con los demás. Y me parece importantísimo que eso vuelva a ocurrir¨.  

    Recuerda que las grandes corporaciones fueron alguna vez empresas pequeñas y cita que, en la actualidad, más del 95 % de las compañías en México son Mipymes. Son micros y pequeñas empresas como el que tiene un pequeño puesto de comida ambulante, así sea informal. Allí reside la mayor parte de la acción empresarial.

    ¨Yo los admiro porque son personas que quieren progresar, invierten lo que tienen, y lo van sacando adelante. Si ellas entienden que hay que ser socialmente responsables, es decir, tener valores, ser éticos y no dejarse seducir por ideologías ni nada, son quienes pueden hacer efectivos los cambios sociales. Desde lo pequeño¨.

    ¿Qué grandes satisfacciones le ha producido este transitar por la responsabilidad social?

    Enormes satisfacciones. Yo comencé en CEMEFI después de venir de trabajar en organizaciones de la sociedad civil, de promoción en barrios marginales, en zonas campesinas, en radio educativa. Y conocí y estuve en casas de personas muy pobres, de esas que no escatiman para darte de lo que tienen. Es otra cultura y aprendes que todos tenemos derecho a progresar. Es uno de los grandes aprendizajes que he tenido y cuando llegué a CEMEFI apliqué ese principio de que polarizar a una sociedad entre ricos y pobres no lleva a nada, hay que crear puentes de relación entre emprendedores pobres y ricos, me parece que fue un gran aprendizaje.

    Ahora que estoy en una nueva etapa, después de estar 30 años dirigiendo CEMEFI y 15 años dirigiendo organizaciones de la sociedad civil, estoy aprendiendo. Y quiero dejar como mensaje que todas esas personas que tienen pequeños negocios y tienen colaboradores, están influyendo en ellos. Cuando las personas influyen a otras, le transmiten valores cambian vidas.

    Y en esta pandemia en México ocurrió que las empresas se pusieron las pilas rápido durante la emergencia, querían ayudar para que nadie se quedara sin alimentos. En México, en muchas Ongs creció la recaudación como nunca antes.  

    Tras esas reflexiones y puntos de vista preguntamos: hacer el bien, entonces, ¿es un asunto de educación o es natural en el ser humano?

    El corazón del hombre los dos principios, dos polaridades, el del egoísmo y el del amor. ¿Por qué el hombre ayuda a otro? ¡Pues porque lo hace feliz! Y yo lo que recomiendo es que libere su generosidad y que disfrute lo feliz que le haces ayuda a otra persona. Si eso lo transferimos a empresas y hasta gobiernos, si no se actúa por el principio de ayudar a otros, fracasas. Y en eso hay que reflexionar.  

    Diálogo con Jorge Villalobos, ampliamente reconocido por su liderazgo como promotor de la responsabilidad social en México y en América Latina

  • La pandemia: Tiempo para líderes socialmente responsables

    (Artículo ganador del Premio del Periodista Venamcham 2021, categoría Responsabilidad Social)

    Versión Podcast

    ¿Y qué pasa si una pequeña mariposa bate sus alas en un lugar del planeta en forma de virus…?

    La pandemia de Covid-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2 no ha terminado. Y ya sabemos que quedará para la historia como una situación que evidenció la complejidad que signa a la humanidad en la primera parte del Siglo XXI. El confinamiento global avizoró, desde su inicio, un impacto con una magnitud sin precedentes. No fue exagerada la declaración de una líder como Angela Merkel el 18 de marzo de 2020 cuando comparó la similitud que representaba ese desafío con la Segunda Guerra Mundial, cuyo entramado de implicaciones y múltiples consecuencias derivó en profundos cambios. Uno interesante por lo visible y contundente ha sido la emergencia de nuevas formas de liderazgo.
    Pensadores contemporáneos como Noah Yuval Harari, Byun Chung-Hang, Edgard Morin han estado advirtiendo o identificando fuerzas opuestas que hacen de este macroproceso un espacio complejo. Se suscitan grandes saltos hacia adelante en la humanidad como por ejemplo, el rápido desarrollo de vacunas para combatir al enemigo, y por otro lado se dan retrocesos contundentes en materia de democracia y libertades individuales, dado el riesgo de nuevos sistemas de control sobre el individuo. Un brote dictaduras digitales amparadas en la Big Data aunado a líderes con inclinaciones totalitarias. También es tiempo que acentúa desigualdades: el privilegio de quien puede resguardarse accediendo al teletrabajo desde casa versus la imperiosa necesidad del trabajador independiente de salir a la calle a ganarse el pan, bajo riesgo de contagio.


    Desde el surgimiento de las primeras reflexiones hasta el presente, para el momento de escribir este artículo tales autores y otros más han insistido en que el Covid ha sido un catalizador del deterioro de la salud mental y de la convivencia humana. Coinciden en invocar lo imprescindible de la cooperación, el entendimiento y el acuerdo. Humberto Maturana, recientemente fallecido, además del valioso legado científico e intelectual insistía en que debíamos “darnos cuenta que somos humanidad, no somos seres aislados, por lo tanto tal vez nos pueda inspirar a un vivir de conversaciones para colaborar y en el deseo de convivir en forma honesta”.
    Claman por el aprender a vivir con la incertidumbre y comprender la interdependencia, la volatilidad, la velocidad de las dinámicas y de los cambios. Pero sobre todo la emergencia o potenciación de nuevos desafíos que como bien dice la investigadora y catedrática venezolana Carlota Pérez “El futuro no va a ser mantener o reconstruir un pasado, ya visto como inadecuado, sino diseñar un nuevo rumbo idóneo”.
    La banca multilateral, organismos internacionales e instituciones académicas han estado aportando conocimientos mediante el monitoreo y permanente análisis para aportar en la comprensión del problema, desde una perspectiva económica, manteniendo el acento de impacto de la pandemia en el ser humano y el comportamiento de los actores sociales.
    Y entre estos últimos se observa la progresiva voz del líder emergente que irrumpe y mitiga el protagonismo o el peso de los factores geopolíticos e intereses gubernamentales en la formulación, articulación o ejecución de soluciones para atenuar las consecuencias de la enfermedad, evitar su propagación o erradicarla. Se ha ido mostrando el rol de la empresa privada y del empresario como agente de cambio. Ya sea por la vía de la influencia directa de holdings familiares o multinacionales, de las alianzas o de la asociatividad gremial, el capital privado ha ido mostrando proactividad en la búsqueda y construcción de rutas posibles.
    Para ese contexto de apretada síntesis citamos la definición de Responsabilidad Social Empresarial que hicimos hace unos años: Es el acto voluntario, consciente y estratégico de una empresa, materializado en prácticas y fundamentalmente a través de la intersubjetividad, cuya consecuencia última es la trascendencia en el tiempo, con base en un esquema de ganancia compartida y de correspondencia ética con la sociedad.
    Esa noción es pertinente para este ejercicio de comprensión, por una parte, de la responsabilidad social en tiempos del Covid-19, y por otro lado, de la influencia e importancia de la gestión comunicacional, ya sea institucional o corporativa, producción de canales y contenidos o acción divulgativa como tal.

    Además de los pensadores o fuentes ya citadas en esa perspectiva es necesario incorporar la mirada que dejó el alemán Niklas Luhmann quien propuso la teoría de los sistemas sociales sobre la base de conceptos desarrollados por los chilenos Maturana y Varela, especialmente la autopoiesis o auto-eco-organización. En su planteamiento la comunicación es el gran hilo conductor y organizador de la sociedad, al punto de afirmar que “no pueden haber sociedades sin comunicación”.
    ¿Cuál es el desafío para la empresa? ¿Para el comunicador?¿Para el líder?¿ Para el ciudadano? Nos permitimos asomar o proponer entre algunos retos donde subyace la dimensión protagónica de la comunicación:

    La empresa se asienta como eje social en la nueva realidad

    Hay un proceso de recolocación o redimensionamiento del rol de la empresa como actor social de alto impacto en el proceso de re-equilibrio de la sociedad, con velocidad para adaptarse a los cambios y promoverlos. La propuesta de Klaus Schwab de un capitalismo de partes interesadas cobra fuerza, con ejemplos de nuevas coaliciones. Tan evidente es que el Banco Interamericano de Desarrollo anunció a principios del 2021 una alianza, única e histórica con 40 empresas globales y regionales para la recuperación de la región tras la pandemia, enfocada en el empoderamiento de la mujer, en fortalecer las cadenas de valor y en acelerar la digitalización.
    Los trabajadores o colaboradores se convierten en la prioridad número 1 de las empresas, y a su vez sus dirigentes (fundadores, jefes) empiezan a marcar huella como modelos de actuación y de aporte a la sociedad durante emergencias de este calibre. Serán la referencia de credibilidad de aquí en adelante sobre que la compañía haga o diga hacer. En el caso de Amazon Jeff Bezos fue uno de los primeros empresarios en Estados Unidos que asumió directamente la situación de una manera pública y muy franca. En un comunicado dirigido a los 800 mil trabajadores de su negocio dijo “esto va a ser duro, fuerte y se va a poner peor. Y vamos a contratar 100 mil personas más porque sabemos que mucha gente se está quedando sin empleo”.


    Los desafíos ante la pandemia

    No se trata sólo de corporaciones multinacionales. Basta con pensar en cualquier negocio cerca de casa, dentro de los rubros esenciales para analizar cuánto hizo o dejó de hacer en materia de suministro y servicios, especialmente en los primeros meses de la cuarentena. ¿Han estado presentes la solidaridad, el compromiso con clientes y la comunidad? ¿Otros valores?

    Las principales prácticas que las personas de negocios accionaron en los primeros días de la cuarentena se orientaron al apoyo de terceros -especialmente del sistema sanitario- con donaciones de insumos (caso Ron Santa Teresa con el alcohol), dinero, productos e incluso cambios en las líneas de producción para manufacturar artículos indispensables en la lucha contra el coronavirus. Por ejemplo, la empresa de cosméticos L’Óreal decidió fabricar geles desinfectantes. La cesión de conocimientos –específicamente patentes de equipos médicos- también ha signado la actuación empresarial, como por ejemplo, Medtronic.

    En Venezuela la respuesta de los empresarios los ha convertido en una especie de “héroes”, con circunstancias muy distintas a las de sus colegas en cualquier lugar del mundo. Así nos lo han referido entrevistados a nuestro programa ‘Responsabilidad Social Hoy” tales como Víctor Guédez, Charo Méndez, entre otros. Explican que hombres y mujeres de negocios o los nuevos emprendedores se han esmerado en que la empresa sobreviva u operar a pesar de innumerables dificultades como acceso a insumos, servicios públicos, traslado del personal, preservación de la bioseguridad y del bienestar emocional del equipo de trabajo. No todos lo han logrado a pesar de los esfuerzos de adaptación y así, de alguna manera, el ejercicio de la responsabilidad social ha retornado a lo básico. Pero está presente el interés en cuidar de su propia gente y en atender al consumidor.

    La voluntad del liderazgo empresarial venezolano de crear, canalizar o proponer soluciones desde la asociatividad y la cooperación se ha manifestado en este tiempo en acciones concretas. Por ejemplo, Fedecámaras con la propuesta de un plan nacional de vacunación en el que la empresa privada aporte desde su operatividad logística y recursos. O la organización e impulso -a través de la divulgación- que hace la Cámara de Comercio Venezolana Americana a las ONG’s que desde Estados Unidos se ocupan de brindar y canalizar asistencia humanitaria a la población.

    Abundan los ejemplos de la empresarialidad interconectada para sumar valor a la sociedad en esta pandemia. Venamcham ha sido un factor clave para la interrelación entre actores motivados a conocer o mejorar su acción social y se ha adaptado con nuevos formatos.

    Redimensionamiento del liderazgo

    Según el informe “Approaching the future 2021” para la identificación de tendencias, conducido por Corporate Excellence, la gestión de la incertidumbre así como el mayor escrutinio de los grupos de interés ha llevado a los profesionales latinoamericanos a revisar su rol de líder. Tan importante es para las organizaciones su adaptación a la nueva realidad creada como lo es el fomento de un modelo de liderazgo denominado socialmente responsable. Significa que del ejecutivismo inspirador y modelador de innovación se evoluciona hacia el concepto de sujeto consciente, sensible, responsable y empático, practicante de esa visión del otro como legítimo otro que acuñó Maturana junto a mayores destrezas en la toma de decisiones.
    Para 69,6 por ciento de los consultados en el citado estudio la pandemia ha cambiado su forma de liderar, independientemente del tamaño de la organización. En consulta propia a mandos gerenciales de empresas venezolanas quien suscribe ha notado la alusión a cambios personales de hombres y mujeres que se vieron en la necesidad de brindar soporte y orientación a sus equipos de trabajo en medio de la incertidumbre. Fortalecieron su propia resiliencia con las herramientas que ya tenían. Por ejemplo, 90.4 por ciento de los cuadros de mando de una empresa agroindustrial percibe que ha potenciado su ejercicio del liderazgo, y 80 por ciento no se siente sobrepasado por la emergencia.

    Los dilemas éticos para el comunicador

    Carmen Aristegui, periodista de CNN, indicaba en un foro durante los primeros meses del confinamiento que la pandemia estaba desnudando muchas cosas. Una de ellas era la desigualdad y la necesidad de darle voz a los sin voz.
    En el caso de la comunicación institucional o corporativa estos tiempos del Covid-19 han abierto espacio para la conjunción de fortalezas y debilidades del comunicador con sus dilemas personales en momentos de alta volatilidad. En los recientes resultados del Global Communication Monitor en Europa se identifica que el cultivo de la ética es un desafío creciente para los colegas de la comunicación organizacional y relaciones públicas del viejo continente. Sobre sus hombros lleva la responsabilidad de incidir y asesorar a los líderes de la organización y a su vez mediar en la interacción de la misma con sus grupos de interés. La pandemia hizo que por lo menos una vez al día surgiera un reto de tipo ético en 64.8 por ciento de los encuestados. No es de extrañar que así fuese, ante lo inédito de la situación y la urgencia de las empresas en actuar ante la crisis. Incluso, el DirCom, por el necesario nexo directo con el alto mando decisor de la organización se vio en la necesidad de ser proactivo e inducir a la acción corporativa hacia los stakeholders.

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    Refiere ese estudio que a mayor necesidad de desempeñar funciones de influencia, especialmente como agente externo, mayor la contundencia del desafío ético. El rol de consultor, asesor, coach o ejecutivo de cuenta 67,2 por ciento se vio en la necesidad encarar dilemas éticos, especialmente ante situaciones de complejidad. Un poco más que otras funciones más operativas. Ninguna estuvo exenta y aunque cada país tiene un contexto en particular que según las medidas de sus autoridades condujo a una mayor o menor intensidad del desafío.
    ¿Y qué hace el profesional ante los momentos complejos, inciertos y saturados de presión con alta carga moral? Apela por su espacio íntimo, configurado por sus valores y creencias personales (86, por ciento) como referente para las decisiones y consecuentes acciones. Y en menor instancia toma en cuenta tanto los códigos y reglamentos de la organización con la cual trabaja (76,5 por ciento) como las pautas dictadas por una instancia colegiada a la cual pertenece (57,5 por ciento). Será interesante contrastar tal realidad europea frente a la latina cuando próximamente dispongamos de los resultados del LCM 2020-21.
    ¿Es tiempo de hablar de responsabilidad global?
    Los cambios ocurren aunque no puedan verse con claridad, aún. La tormenta sigue en curso, con variantes, con movimientos pro y contra vacunación, con actores emergentes en la economía y en la composición social de las minorías. Pero el ciudadano no queda fuera de juego. De sus competencias o de su dominio de la esfera digital se expanden las posibilidades de hacer virales contenidos y asuntos, de amplio alcance y multiplicación de conductas tanto para hacer el bien como hacer daño. Y puede suceder incluso en entornos con menores facilidades de conexión.
    Así que comunicando con o sin mediatización digital hay consecuencias en el otro por lo que hago o dejo de hacer en situaciones de incertidumbre. Esa es la esfera de la RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL
    Y también hay implicación sistémica en la toma de decisiones y acciones de cualquier actor social que como agente de cambio lidera pequeñas o grandes transformaciones. Lo que se hace o se deja hacer o decir en un punto del planeta puede impactar al mundo entero: es RESPONSABILIDAD GLOBAL, desde la metáfora del aleteo de la mariposa que identifica a la Teoría del Caos.
    Por: Xiomara Y. Zambrano
    @xiomarayamil

    La llamada "nueva realidad" causada por la pandemia también llega a la responsabilidad social empresarial, especialmente al liderazgo.
    Este trabajo publicado en Bussiness Venezuela No.383, Revista oficial de Venamcham).

  • Cuando el coaching  y la comunicación organizacional se encuentran
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    Se dice que al Renacimiento le precedió un período oscuro, en el que la peste negra ocupó un papel protagónico. Y que los confinamientos de ese entonces dieron lugar a procesos interesantes como por ejemplo el referido sobre Isaac Newton. No por la observación de la supuesta caída de la manzana como detonante de la formulación de leyes físicas, sino porque justamente para construir tales ideas pasó mucho tiempo aislado. Y se dedicó a estudiar, observar, reflexionar y profundizar sobre los conocimientos que había adquirido en sus estudios. Ese profundo cavilar incitó a escribir su Phisophae naturalis principia mathematique o mejor dicho, la ley de la gravedad.
    Por supuesto el mero hecho de permanecer aislado no conduce a una persona a formular un gran descubrimiento o a desarrollar un invento que cambie la historia de la humanidad. Pero si es muy probable que tal proceso incida, en mayor o menor grado, a la revisión interna, a la conversación consigo mismo y a identificar, conscientemente, el apoyo que puede recibir o brindar a otro para el logro de esas metas que después de reflexionar, quiere cruzar en su trayecto de vida.

    La mirada hacia el interior en tiempos de Covid-19


    El auge del teletrabajo ha sido una de las consecuencias y a la vez tendencias más mencionadas desde que se inició la pandemia causada por el coronavirus; pero también ha habido otras inherentes a la esfera personal, el autodescubrimiento y la reinvención total o parcial del proyecto de vida. Del ocuparse de si mismo como base para ocuparse de los demás y de las organizaciones. Entre los diversos estudios realizados desde el inicio de la pandemia se han identificado tendencias personales que conducen en mayor o menor grado a la reinvención del proyecto de vida como una imperiosa medida para garantizar la supervivencia o como cambios derivados de la reflexión y del estudio de otras perspectivas, valoraciones y constructos.
    Como profesional y como académica he sido testigo en primera fila de cómo esos procesos decantan en interesantes proyectos de emprendimiento, de trabajos de grado u otro tipo de elaboración de objetivos de vida que llegan a feliz término, con evidentes logros.
    La aplicación del coaching como herramienta ha sido fundamental para ayudar al otro técnicamente en el camino de la reinvención y del darse cuenta de sus opciones y sus posibilidades para materializar su propósito, cuando lo tiene claro.
    En esto último el confinamiento resultó ser un momento oportuno para el ejercicio autocomprensivo, el cual a su vez es clave en la toma de decisiones. Y en momentos de alta incertidumbre – tal como resultó ser la primera etapa de la pandemia- la claridad interna facilitó ese momento de dilemas, de selección de opciones para construir hojas de ruta e inyectar agilidad a los pasos.
    Un claro ejemplo de esto último lo representa el desafío que ha representado la irrupción del Covid-19 en la gestión de la comunicación organizacional, con la abrupta interrupción de las dinámicas relacionales internas y externas.

    Ética y autocomprensión

    Para mis colegas de ese campo ha sido crucial el asirse a sus criterios propios como punto de apoyo ante el surgimiento de dilemas. Según el estudio bienal Latin American Communication Monitor (LCM) 2020-2021, de EUPRERA, el cultivo de la ética ha sido un desafío creciente especialmente durante la primera etapa de la pandemia, con las características propias de las crisis. En las organizaciones de todo tipo –privadas, públicas, sociales, grandes o pequeñas- la gestión comunicacional se hizo más necesaria que nunca, según el 92 por ciento de los consultados… (leer más …)

  • Transparencia organizacional como desafío en la gestión de la responsabilidad social

    Este trabajo fue publicado en el libro Nuevas Tendencias en Comunicación Organizacional de la editorial Abediciones de la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, como parte del grupo de autores que ofrecen sus perspectivas sobre el estado del arte en este campo. Además de identificar los elementos centrales que signan la gestión de la responsabilidad social, en este texto se plantean como interrogantes: ¿Cuál es la relación entre transparencia organizacional y la gestión de la Responsabilidad Social? ¿Cómo se conecta este nexo con la llamada “Cuarta revolución industrial” y algunos de sus desafíos éticos en materia de gestión de datos masivos o big data, revolución cognitiva, inteligencia artificial e inclusión social? ¿Qué otras tendencias se relacionan con la gestión de responsabilidad social?

    1.- Introducción

         La gestión de la responsabilidad social es uno de los ámbitos que integran las funciones del comunicador organizacional, y que requiere, cada vez más, un enfoque transdisciplinario, integrador y ético. La práctica netamente filantrópica, de goodwill elemental, coexiste con la evolución hacia otros modelos acoplados con las estrategias de negocio. Estos a su vez requieren su alineación con los departamentos de relaciones o comunicaciones con visión de creación de valor, de la mano de los grupos de interés o stakeholders. Tal transformación ha impulsado la participación de otras disciplinas, especialmente como el derecho, la sociología, las ciencias políticas, las ciencias administrativas y tecnologías propias de la llamada revolución digital o Cuarta Revolución Industrial (Schwab, 2016).

    Epistemológicamente este campo de gestión invita al comunicador organizacional o DirCom a conocer y comprender los fenómenos del entorno corporativo desde la complejidad y el dinamismo de los sistemas sociales, junto a las necesidades de ejercer liderazgo – o de formar parte de equipos de trabajo- capaces de aportar o de co-crear soluciones que sumen al capital social y reputacional de la institución, en sintonía con el mundo que le rodea; y en forma confiable y creíble. 

    1. La ubicación del contexto incidente en el tema

         La redacción de este texto ocurre en medio de un hecho inédito y global causado por un agente patógeno identificado como COVID-19 o Coronavirus; decretado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (2020). La autora considera necesario referir la situación en el presente trabajo y acotar que la actuación social de empresas, gobiernos y sociedad civil durante la emergencia mundial está en proceso de desarrollo[1], por lo que no se cuenta con información consistente que sitúe o defina tendencias claras en el posterior comportamiento de los actores sociales y en el estudio de las consecuencias de la crisis. Entre los elementos coincidentes y recurrentes en la conversación global durante la coyuntura, afines a la gestión de lo socialmente responsable se encuentran conceptos como  cooperación,solidaridad,moral,salvación,ética, responsabilidad, control social; algunos de los cuales son definidos en el punto 2 de este capítulo.      

         Sin embargo, para efectos de este trabajo se tomó como referencia el contexto global y local previo a la pandemia, como base para el entendimiento de la idea central y sus interrogantes.

    1. Una sociedad con capitalismo en revisión, tecnologías disruptivas y cambios constantes

         De acuerdo a la tesis del historiador y académico Yuval Noah Harari (2018),  la humanidad enfrenta desafíos que comprometen su supervivencia: el cambio climático, el impacto de las tecnologías disruptivas, la guerra nuclear y alteraciones radicales en cuanto a reproducción humana. Y ocurre en un momento de fragilidad del sistema de democracia liberal según lo exponen estudios como el realizado por Henderson (2020), aunado al descenso de la confianza hacia las empresas, los gobiernos y otras instituciones (McNamara c.p. Moreno et.al 2019). En contraparte, estas procuran converger en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por la Organización de las Naciones Unidas, en su rol de institución que representa a todos los países del mundo. Tales propósitos (ver tabla No. 1) adquieren un sentido de dirección y visión conjunta global, a través de una serie de tareas que deben cumplir esos tres grandes actores sociales: gobierno, empresa y sociedad civil.


    [1] Para el momento de la redacción se estima (El tiempo.com, 2020) que el 43% de la población mundial se encuentra confinada en sus hogares, voluntariamente o por imposición de medidas estrictas de distanciamiento social o cuarentena. La dimensión global de esta situación y su impacto puede equiparse a la Segunda Guerra Mundial, según lo han afirmado mandatarios de distintos países y la Organización de las Naciones Unidas.

    (click aquí para acceder texto completo)

  • ¿Qué tanto importa el desarrollo de valores y la escucha activa en el comunicador corporativo?

    En tiempos de incertidumbre y de cambios veloces el rol de la comunicación en las organizaciones pasa a ocupar un lugar más estratégico, demandando mayores competencias en el líder del área. Ya referíamos que el comunicador corporativo o DirCom –e incluso el consultor externo experto- es mediador e influyente y está llamado a sumar valor a las organizaciones, cada vez más.

    Tanto para las empresas como para las instituciones civiles o gubernamentales se hace imperiosa la búsqueda y puesta en marcha de enfoques y prácticas que permitan hacer frente a las exigencias de la sociedad tras el impacto de la pandemia causada por el Covid-19. No es el DirCom quien tiene las únicas respuestas. Los tiempos invocan y seguirán invocando la cooperación entre disciplinas, áreas de trabajo e instituciones, y el responsable de la comunicación corporativa u organizacional tiene bastante que aportar  en los objetivos que buscan fortalecer las conversaciones efectivas, la empatía y el manejo de la emocionalidad en los grupos de trabajo, entre otros aspectos relacionados con la actitud resiliente. Y esta es necesaria para la sobrevivencia de las organizaciones y de la sociedad misma.

    Un reciente estudio global (WEF-IPSOS, 2021) si bien refiere un somero repunte en el estado emocional de la población (5% dice sentirse mejor que en el 2020) en líneas generales no hay mucha diferencia en las sensaciones, al no avizorarse un fin total de la pandemia en el corto plazo. La afectación de la salud mental de las personas, ya sea la de los colaboradores y sus familiares, los clientes, la comunidad vecina,  proveedores u otro stakeholder, es una realidad derivada de la situación. La sucesión de pérdidas personales, forzados cambios de estilo de vida y de ganarse el pan, padecimientos físicos, pronunciación de las desigualdades, confusión de sentimientos o falta de esperanza, por citar algunas, forman parte de ese entorno externo o clima interno con el cual es necesario lidiar.

    Más que un tema más a abordar en el portafolio de asuntos corporativos, es un punto de partida para mirar hacia las competencias “blandas” del profesional corporativo de la comunicación. La mirada es hacia el adentro, la revisión de lo humano, la auto-comprensión en sí misma.

    Según los resultados del estudio European Communication Monitor 2020, el cultivo de la ética es un desafío creciente para los colegas de la comunicación organizacional y relaciones públicas del viejo continente (*). La  pandemia hizo que por lo menos una vez al día surgiera un reto de tipo ético en 64.8 % de los encuestados. No es de extrañar que así fuese, ante lo inédito de la situación y la urgencia de las empresas en actuar ante la crisis. Incluso, el DirCom, por el necesario nexo directo con el alto mando decisor de la organización se vio en la necesidad de ser proactivo e inducir a la acción corporativa hacia los stakeholders.

    Refiere ese estudio que a mayor necesidad de desempeñar funciones de influencia, especialmente como agente externo, mayor la contundencia del desafío ético. El rol de consultor, asesor, coach o ejecutivo de cuenta 67,2 % se vio en la necesidad encarar dilemas éticos. Un poco más que otras funciones más operativas. Ninguna estuvo exenta y aunque cada país tiene un contexto en particular que según las medidas de sus autoridades condujo a una mayor o menor intensidad del desafío.

    ¿Y qué hace el profesional ante los momentos complejos, inciertos y saturados de presión con alta carga moral?  Apela por su espacio íntimo, configurado por sus valores y creencias personales (86,1%) como referente para las decisiones y consecuentes acciones. Y en menor instancia toma en cuenta tanto los códigos y reglamentos de la organización con la cual trabaja (76,5 %) como las pautas dictadas por una instancia colegiada a la cual pertenece (57,5%). Será interesante contrastar tal realidad europea frente a la latina (*) cuando próximamente dispongamos de los resultados del LCM 2020-21.

    La mirada interna en la comunicación inteligente o de excelencia

    La llamada “comunicación de excelencia” o inteligente puede aportar en la búsqueda de una respuesta a la pregunta planteada líneas atrás.

    Aspectos personales y existenciales del comunicador organizacional forman parte de los 9 mandamientos o “comandos” clave para implantar la comunicación excelencia, visto como modelo de avanzada en materia de gestión comunicacional y relacional organizacional. Diseñado por Ralph Tench, Dejan Verčič, Ansgar Zerfass, Ángeles Moreno y Pier Verhoeven (2017) es la base conceptual global del Communication Monitor y se divide en tres módulos o áreas no excluyentes:

    • Organizaciones conectadas (globalizadas, mediatizadas y reflexivas).
    • Departamentos de comunicaciones influyentes (hacia el interior  exterior de la organización).
    • Competencias del DirCom.

    Sin duda la gestión de la comunicación corporativa, a partir de la globalización, ha venido desempeñándose en un contexto de creciente y veloz complejidad, de incertidumbre. Las paradojas son recurrentes y los nueve mandamientos de la comunicación de excelencia identifican y proponen abordar las más significativas:

    1. Globalización y cultura.  Los esfuerzos de cambios organizaciones requieren encarar las fuerzas de resistencia que se amparan en identidades y culturas locales. Una de las ventajas de la globalización es el benchmark y la comprensión de nuestros valores y de lo que nos hace ser buenos en lo que hacemos. Cuidar que no se fomente una división entre superiores e inferiores y tener presente los procesos de adaptación.
    2. Control y mediatización.  Las organizaciones – públicas, privadas o civiles- que se afanan en tener un mayor control social posible a través de las posesiones de medios y de recursos de comunicación van minando la confianza en sus stakeholders. Buenas relaciones con influenciadores.
    3. Un profesional competente y sólido: Fuerte, sensible y experto, en cuyo comportamiento sea visible lo siguiente:  
      1. Sabe usar y gestionar 4 niveles de escucha: a sí mismo, a sus colegas y compañeros, a los consumidores y a otros stakeholders, actores sociales y a la sociedad en sí. La empatía ocurre en esos cuatro.
      1. Ética: el desafío de un punto de vista moral
      1. Asuntos de género: lo aborda  y propone la incorporación en la agenda organizacional. 
      1. Liderazgo: visión a largo plazo, tratamiento de issues controversiales o crisis, confidencialidad.
      1. La solidez en la personalidad para aprender a manejar paradojas en el contexto de una sociedad hipermoderna, hiperconsumista e hipernarcisista.

    En este ideal del DirCom volcado a la excelencia se remarca el atributo del profesional como sujeto reflexivo e íntegro. Amerita cultivar y ganar credibilidad, aunada a la capacidad de tener perspectiva en los distintos asuntos y aplicar técnicas del coaching a terceros, especialmente dentro de la organización.  También implica tener prudencia con la aplicación de buen juicio y sabiduría práctica. Entender que los conflictos de intereses son una parte fundamental de la convivencia humana y de la vida organizacional.   

    Según el LCM 16-18  los comunicadores organizacionales perciben a la gestión de comunicación como un campo influyente internamente, lo cual hace pensar que es parte de lo que se describe entre los aspectos más interesantes de su propio trabajo, más allá del estrés y las excesivas tareas.

    Puedo afirmar, sobre la base de mi experiencia, que esto último es similar al atractivo que puede tener el ejercicio del periodismo pero desde otra acera. Personalmente es atractivo y enriquecedor el poder trabajar, acompañar y aportar – desde la cercanía o inmediatez- junto a líderes de organizaciones: hombres y mujeres con el poder de impactar directa o indirectamente la vida de otras personas. A veces cientos o miles. 

    Series, películas y documentales  muestran ejemplos de influyentes DirCom, consultores o asesores, una y otra vez. Es deslumbrante y enceguecedor si no tienes consciente tu rol y la incidencia de tu pensamiento y de tu acción en los líderes para quienes trabajas y para el futuro de la organización en sí. Implica ejercer conscientemente un alto sentido de responsabilidad moral.

    En tiempos de convulsión global y de cruciales decisiones se potencia la necesidad de la ética y de otras competencias para encarar los desafíos del comunicador organizacional que desea avanzar hacia el campo de la excelencia. Hasta el momento sus valores personales se convierten en su principal asidero. Ya lo asoman los resultados de la versión europea del Global Communication Monitor.  Pero, ¿qué pasa cuando es insuficiente o cuando hay opacidad o debilidad en ese cuerpo de valores y creencias personales?  ¿O cuando la toma de decisiones en una situación corporativa o social inédita lo toma desprevenido?

    Lo que aporta la mentoría, el coaching o acompañamiento técnico al comunicador corporativo o comunicador organizacional

    Finalmente, unas líneas para asomar, brevemente la conexión de nuevas herramientas como la mentoría, coaching, tutoría profesional cualquier tipo de práctica formativa, auto-comprensiva y co-creadora con una base reflexiva y de conocimiento, sólida.

    Se hace necesario el acompañamiento –preferiblemente uno a uno- de un experto o maestro sólidamente formado que aporte en esa dirección. En primer lugar cooperando con enseñanzas y técnicas  que ayuden en la estructuración de rutas y logro de metas. En segundo lugar, ayudando a consolidar esa base integral que la persona requiere para la toma de decisiones. Y en tercero reforzando, con amplitud de criterio, que en la apropiación de la noción del Otro como legítimo otro –sabiamente aportada por Maturana como parte de su legado- o de alteridad (Levinas) la construcción del entendimiento interpersonal y social es uno de los propósitos inherentes a la función del comunicador en su rol de mediador y modelador que agrega valor a otro ser humano, a una organización y a la sociedad.

    (*) Para el momento de la redacción de este artículo los resultados del estudio latinoamericano están siendo procesados

  • Algunas cápsulas para ayudar a escribir con éxito la tesis de grado

    Escribí este texto inicialmente para mis estudiantes. Creo que también puede ayudar a quienes día a día visitan y consultan este sitio buscando conocimientos que les ayude de alguna manera.

    En estos tiempos de marca personal, una tesis es el primer producto que proyectas como profesional de la carrera. Incluso puede ser tu carta de presentación ante un posible empleador o cliente, según la ruta que decidas seguir. Lo escribí pensando en  mis estudiantes de Comunicación Social de la UCAB, y lo comparto aquí para que otros tesistas puedan tomar lo que pueda ayudarles.

    Te dejo aquí algunos Tips para contribuir con tu labor de redacción. Los he elaborado después de guiar a tantos estudiantes como tutora y de participar como jurado para la evaluación y defensas de tesis de pre y postgrado en distintas universidades.

    1. Siéntate a escribir pensando en el lector, en esa persona que leerá tu trabajo y probablemente no te conoce. Se trata de que escribas más allá de satisfacer al profesor que te está guiando como tutor y te revisa las entregas.
    2. Cautiva a ese lector anónimo o posible jurado con el dominio del tema, la fluidez del hilo conceptual, siempre con el correcto uso del lenguaje académico
    3. Escribe en tercera persona. En vez del yo y del nosotros, te puedes mencionar como “el autor del proyecto seleccionó como muestra..”, “los investigadores observaron que en ese grupo hay…” Sólo puedes aparecer con tu narrativa personal (junto a tu pareja de investigación, si la hubiere) en las páginas preliminares y en la introducción, ya que en esta vas a presentar el motivo que condujo al proyecto, y su significado profesional o persona (si lo hubiera y lo quieres compartir).
    4. Vas a contarle al lector, con rigurosidad académica, un viaje que acabas de hacer. Por lo cual debes describirla en tiempo pasado. Muchas veces se trabaja con documentos hechos antes de ir a la fase de campo, y se dejan los tiempos redactados en futuro. No cometas ese error. Revisa.
    5. Si lo que busca tu proyecto es proponer una estrategia, proyecto o plan, basados en los  datos de una investigación que YA SE REALIZÓ, esta debe describirse en tiempo pasado. La propuesta que se resulta de ese análisis es lo que se escribe en futuro.
    6. Pule tu redacción tanto como puedas, en todos sus detalles. Dale tus textos a otra persona, ajena a tu trabajo pero con un nivel de conocimiento pertinente, para que te ayude a cuidar que sea una lectura fluida, con ritmo, donde un lector que no sabe del proyecto perciba que es texto integrado, en el que cada uno de los puntos todos forma parte de un TODO. Es un sistema conceptual donde sus partes se conectan
    • 7.Cuando llegues a interpretaciones y conclusiones pon esmero en escribir haciendo conexión con los elementos conceptuales del marco teórico y del marco referencial. Deben conectarse. No tienes que volver a repetir la cita, pero sí mencionar el autor que valida tu argumento.

    Por ejemplo:

    Muy importante el consenso en afirmar que todos están aprendiendo. Dicho lo anterior, y acorde Galindo & Islas (2015) se evidencia que lo que articula, asocia, separa, enfrenta, inhibe, es la comunicación.

    8. Si vas a proponer soluciones, escribe el proyecto pensando en que el lector es a quien debes convencer de que esa es la solución al problema, como si de él dependiera el financiamiento del proyecto.

    9. Se creativo. Siempre. La formalidad de los formatos no impide utilizar recursos cada vez más innovadores para presentar datos, proyectar explicaciones o proponer soluciones.

    10. La conclusión es un puerto de llegada a un viaje. Cierra escribiendo como dejaras una invitación a una próxima etapa, en un nuevo proyecto. Allí sembrarías ideas y motivos para que otros investigadores se animen a seguir y aporten con sus hallazgos.

    11. No copies el estilo ni la redacción de otro. Los tutores, miembros del jurado y otras personas con avanzada experiencia académica desarrollan un agudo sentido del olfato para detectar cuando alguien tuvo la osadía de reproducir algo sin citar al autor. Procura que tu marca personal brille por si misma y no por imitación.

    12. La buena lectura es primordial para escribir bien. Dedícale tiempo y te ayudará cuando escribas tu tesis y durante el resto de tu vida profesional.

  • Relato de un saltamontes (no tan pequeño): mi homenaje al profesor Emeterio Gómez

    El 17 julio de 2014 se realizó la tertulia “La Sabiduría de Emeterio Gómez” organizada por Cedice y la librería Lugar Común, en Caracas. Fui invitada a exponer mi experiencia como la última estudiante que tuvo el honor de contar con su tutoría doctoral, antes del incidente que lo mantuvo distanciado, para siempre, de su prolífica vida como hombre de ideas. Hoy 20 de abril se cumple un año de la partida física del brillante economista y filósofo venezolano y me permito reproducir aqUÍ el texto que escribí y leí a los presentes en tan especial ocasión

    Invitación a las tertulias que se realizaron en el 2014 sobre el pensamiento del Dr. Emeterio Gómez, estando aún en vida

    Muy buenas noches queridos amigos, y público presente.

    Gracias por sacar tiempo hoy jueves y acompañarnos un rato en este acogedor lugar.

    Gracias a Cedice por invitarme a relatar mi experiencia con el profe, en esta cálida tertulia.


    Días atrás tuve, finalmente, el cierre del largo y arduo camino del doctorado, y en medio de ese trajín, recibí la invitación de Fanny  a relatar mi historia con Emeterio, desde mi visión del profe, del tutor. Y es un honor para mí estar aquí compartiendo con Uds. ese espacio donde las vidas se cruzan para construir algo, especialmente, una amistad.

    Entonces, estar aquí para mì se trata de comentar, esperando no aburrir, cómo se creó ese nexo entre el sensei y el pequeño saltamontes», tal como los dos personajes de la serie aquella…


    Hace 10 anos entrevisté a Emeterio en ocasión del vigésimo aniversario de Cedice. Su testimonio era insumo imprescindible para escribir acerca de tan importante celebración.

    Para ese entonces, él era un personaje a quien tenía un buen tiempo viendo en persona, como conferencista en los gremios empresariales y, por supuesto, en las charlas de Cedice. Cuando ingresé como participante del programa para estudiantes de Comunicación Social, aprendí rápidamente a asociar el nombre Emeterio Gómez con la figura de un notable economista. Era el polémico desertor de la izquierda que insistía en la necesidad de restituir las libertades económicas y atacar sin piedad a la inflación a través del control del gasto público y de la imprescindible reducción  del tamaño del Estado. 

    Lo usual y familiar, era su contundencia y su firmeza. Tan intenso era el discurso que lo imaginaba como un señor muy serio, en extremo regañón y huraño.  Tenía un particular estilo de soltar o evidenciar realidades a la audiencia, como un mazazo sin anestesia posible. 


    En esa entrevista mencionada líneas arriba, Emeterio me dijo cosas como “La tarea nuestra hoy es pegar un salto en el tipo planteamiento que se hace, revindicando la idea de economía de mercado, procesando  discusiones que nunca se hicieron, con un salto hacia delante: incorporar la dimensión ética”. Él enfatizaba e insistía en el tema de la moralidad como pilar para implantar efectivos paradigmas de evolución del sistema capitalista. 


    Ya en ese momento, por distintos motivos y vivencias personales, académicas y profesionales, se mezclaban en mi cabeza un montón de reflexiones acerca de los empresarios, la responsabilidad social y los tiempos críticos que habíamos comenzado a vivir, en Venezuela y en el mundo.


    Volvimos a coincidir en un taller de Cedice a propósito de su concepto sobre Responsabilidad Moral, y en medio de una conversación durante el coffee break, al escuchar mis inquietudes y reflexiones aseveró tajantemente «Oye tú deberías meterte de lleno en esas ideas y entrar al doctorado de Ciencias Sociales, en la UCV«. Aquello me hizo click pero a su vez, puso mis ojos  como los de un alpinista amateur frente a un tepuy.

    Tal debió ser mi expresión que para suavizar el consejo asomó una opción menos tajante: inscribirme en sus seminarios sobre “Racionalidad y Religión”, en el doctorado pero bajo la modalidad de «Curso de Ampliación». Esa vía permitía una exploración iniciática a ese mundo, antes de tomar la decisión…    ¡Qué bueno es hacerle caso a un sabio…!!

    La aventura del doctorado

    Una cosa es escuchar a Emeterio en un foro público, en una entrevista en la televisión; y otra cosa es asistir a su clase. Seguro que varios de los presentes han tenido esa experiencia y saben a lo que me refiero. La intensidad de sus palabras crece exponencialmente al igual que la radicalidad de ciertos puntos de vista. Se enciende la clase y  se crea una atmósfera de rica discusión, muchas veces filosófica y existencial. Siempre bajo la guía de un Maestro. Cuando finalizaba, y según el nivel de profundidad que hubiera alcanzado el debate, uno salía del aula con la actividad neural acelerada y poniendo en  remojo ideas, creencias. Pero, muy especialmente, con ganas de conocer más, de buscar, leer, pensar y escribir. De excavar mucho más allá de la madriguera del conejo.

    Como ejemplo de ello, un día de esos en que nos ponemos a mover papeles y libros, tropecé con mi cuaderno de apuntes exclusivos para las clases de Emeterio tanto en la UCV como en los cursos de la Fundación Valle de San Francisco. Noté la abundancia de gigantes “R” y “Q”, al margen de un párrafo o frase. Es un código personal, inspirado por el profe. Esas letras identifican una reflexión propia o una pregunta importante a resolver, impulsada por la dinámica de la clase. Creo que con esa práctica, sin darme cuenta, ya había comenzado a tener sentido uno de las frases mandatorias de Eme, recomendaciones que no están escritas en libro alguno: «hay que fajarse».

    Lo comprendí, o más bien, capté el sentido que tenia para el profe cuando un día quedamos en reunirnos en una panadería para conversar acerca de mi ingreso formal al doctorado, y la posibilidad de su tutoría. Acudí sin sospechar su intención de someterme a una especie de “examen de admisión”. Supongo con su propósito fue probarme, no tanto por los conocimientos académicos, sino por mis reflexiones en torno a la responsabilidad social, la crisis venezolana,  y especialmente  la noción de Dios y cómo conectaba todo ello con mi propia vida.

    En severo tono de advertencia me pintó lo arduo del proceso doctoral. Sería un largo y retador episodio que probaría a menudo mi capacidad y sentido del sacrificio. Implicaría mucha voluntad para poner mucho empeño y foco, solitariamente, a la lectura, la reflexión, la constante redacción de ensayos. Pero que además me haría encarar y evidenciar mi nivel de fortaleza ante los duros imprevistos e incidentes personales que, durante ese extenso camino, te pone la vida. Y así fue.

    Pues bien, si el profe pensaba asustarme… lo que logró fue me hacerme sentir como Indiana Jones en “La Última cruzada”. Para los que no vieron o no recuerden esa película, en ella padre e hijo se juntan en la aventura de buscar el Santo Grial. Es una historia de desafío, humor, reflexión,  afecto, enseñanza, cuestionamiento, en tiempos de un orden social trastocado.

    Como bien lo advirtió Emeterio el viaje hacia el doctorado implicó la inversión en muchas horas hombre (u horas mujer en mi caso) en lecturas para la discusión, cara a cara, y con el soporte de un ensayo. Por supuesto, la primera vez que entregué un texto al profesor Gómez para su revisión y crítica fue como una prueba de fuego. Tomas conciencia de estar frente a un hombre muy exigente. Él disecciona tu producción intelectual hasta dejarla en carne viva. Te devuelve tus páginas, con sus ideas en puño y letra regadas por los márgenes y reversos de cada hoja, y te sorprende con frases para “tomarte el pelo” o verter dosis de fino humor. Te insta a leerlo, tomar nota o que modifiques y profundices ideas. También resalta con grandes alabanzas lo que considera extraordinario o «crucial». Muchos dirán que eso de rayar los trabajos es típico de los académicos y es cierto, yo también lo soy  y he adoptado algo de ese estilo. Sin embargo, en este caso, cuando lees sus comentarios a tus textos o las notas a los libros que selecciona y fotocopia para tu obligatorio consumo, tomas consciencia de ser testigo privilegiado de la conversación que Emeterio establece, en un tono muy íntimo, con un autor o…  consigo mismo. Tan especial es que se escribiría un libro interesante a partir de todas estas notas al margen.

    No es fácil ser guiado por un tutor como Emeterio. Es muy auténtico, sincero, incisivo, crudo. A muchas personas les pareció una locura que lo hubiese escogido para tal labor, porque así como ha tenido miles de seguidores, tampoco le faltan detractores. Fueron varios años de intercambio, los suficientes para autoidentificarme como un pequeño saltamontes  con el privilegio de un sensei. Se vive una relación de mutuo respeto y aceptación, muy en el concepto de alteridad o del otro como legítimo otro,  a la manera de Búber o Maturana. De cada comentario y conversación siempre había una idea, una reflexión. Más allá del contenido intelectual, la huella de Emeterio la imprime un espíritu noble, sensible, solidario. Pesa más la humildad y sencillez de pueblo nunca desprovista, por muchas calles y fronteras que haya transitado.

    Al estar cerca de una persona pionera, contundente, atrevida, valiente y firme en sus ideas, trae consigo el gusanito del conocimiento y nuevas reflexiones. Incluso te lleva a la temeraria provocación de retar al sensei.

    Uno empieza a caminar hacia otros autores o campos. En mi caso fue la neurociencia. Quería ver otra cara a los ejes conceptuales de la aventura doctoral, y me acerqué a la relación entre el cerebro y la ética. Allí Emeterio sacaba a pasear su carácter testarudo. Se resistía fuertemente al principio e incluso durante la revisión de la versión final de la tesis, aún me decía que era innecesario dedicarle tiempo a la discusión en torno al nexo entre conciencia, emociones, cerebro y moral. Pero, como buen sabio y caballero que es, respetó mi firmeza en mantener ese bloque temático.

    Tiempo después entendí que no haberle hecho caso, contradictoriamente, fue otra de sus múltiples enseñanzas como tutor con sus exámenes invisibles. Esa determinación probó la capacidad para sostener una idea y sustentarla. Claro, allí no iba a quedarse el asunto y puso sus condiciones: El temita se quedaba en la tesis siempre y cuando escribiera, como epílogo, un capitulo o segmento para fijar posición acerca del determinismo biológico y la ética. 

    El viaje finaliza con un producto llamado tesis, pero principalmente a llevarme a entender y evidenciar la conexión del empresario con el sentido y la trascendencia de la conciencia activa, tema central de sus libros Qué es lo humano y Responsabilidad Moral.

    Desde un inicio mi interés fue ir al mundo de la vida e investigar la acción empresarial con los ojos puestos en el comerciante. Y lo encontré como un sujeto demasiado humano, que vive múltiples realidades y se debate entre ser ciudadano de a pie y el ser líder de su propio sistema social, o reino. Estudié y escarbé el tema a través del encuentro cercano con 8 sujetos que me abrieron una ventana a sus vidas. Conversar de ello con Emeterio fue enriquecedor, tanto como lo fue compartirlo con la profesora Ana María Rusque, quien fue una invitada permanente a esta aventura y a quien Eme delegó y confió la tutoría metodológica, además de mostrarle un gran respeto  como colega y como persona.

    Aquí hablé del profesor, para no excederme en el tiempo, sin dejar de comentar que la vivencia fue integral y, decir que he tenido el honor y placer experimentar la calidez y el afecto del hogar de Emeterio y Fanny.

    Finalmente, cual examen final concluyo mi participación en esta tertulia en Homenaje a Emeterio Gómez, con una pregunta: ¿Qué es lo humano? Tal vez se trata de crear, decidir, vivir. Pero ese es el tema de la próxima sesión, donde se hablará de Steve Jobs en su complejidad como creador, aún cuando fuera polémico por su forma de actuar.

    Así que, tal como el poema de Gustavo Adolfo Bécquer, en el que pregunta ¿Qué es poesía? Si el profe Emeterio pregunta, ¿Qué es lo humano? Yo diría, ¿y tú me lo preguntas? Lo humano eres tú.              

    Xiomara Y. Zambrano

    Caracas, 17 julio de 2014